El septiembre negro del trabajo en Asturias

L.O.

ASTURIAS

F. Sotomonte

Un cadena de accidentes laborales en las últimas semanas ha disparado la siniestralidad en la comunidad

20 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Todavía este jueves, Asturias quedó sacudida por la noticia de dos heridos por una descarga eléctrica en la empresa Tadarsa, ubicada en el Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) de Avilés. No había dado tiempo siquiera a sacudirse el golpe del accidente con una explosión en Arcelor, con tres trabajadores heridos en Gijón, apenas 48 horas antes. Y no son los únicos episodios. El mes de septiembre ha sido verdaderamente negro en el mundo del trabajo en Asturias y ha despertado la preocupación sobre la atención real que se está prestando a la prevención de los riesgos laborales.

«Desgraciadamente llevamos demasiadas noticias, algunas con muertos; esto exige reflexión profunda como sociedad más allá del lógico compromiso con las familias de los dos fallecidos de llegar hasta el final en la investigación y analizar qué ha sucedido para tomar las decisiones oportunas al respecto», señaló el presidente asturiano, Adrián Barbón tras conocer la noticia de la descarga eléctrica en Avilés. Los heridos fueron dos hombres, de 44 y 29 años que tuvieron que ser ingresados por lesiones de gravedad.

No menores debieron ser las registradas en la planta de Arcelor de Gijón. Según relató la empresa, la explosión se dio en el extremo de la batería 1 debido a una sobrealimentación de gas de cok, esta circunstancia hizo actuar la válvula de seguridad para quemar el gas y entonces se ha produjo una deflagración que afectó a tres hombres que se encontraban en la zona. Tuvieron que ser trasladados al HUCA pero al final, uno de ellos, con peor pronóstico, tuvo que ser trasladado a la unidad de quemados del hospital La Paz, en Madrid.

No ha habido respiro en todo el mes de septiembre y ya en sus dos primeras semanas estuvo marcado por la siniestralidad. En Mieres falleció un hombre de 32 años al colisionar su carretilla elevadora con un tren de cercanías cuando realizaba labores de mantenimiento de las líneas eléctricas Viesgo.

Fue especialmente aparatoso el accidente con el que se abrío el mes, en unas complejas obras en el puerto de El Musel, con el despliegue de grandes grúas que fueron arrastradas al caer a cabina de una fija que se estaba retirando. El accidente causó la muerte de dos hombres (de 49 y de 23 años) y cuatro heridos de diversa consideración.

«El trabajo no puede significar la vida nunca», insistió Barbón que se reconoció preocupado por el encadenamiento de accidentes que ha padecido la comunidad en apenas unas semanas. 

Según los últimos datos oficiales difundidos por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), entre los meses de enero y julio se han contabilizado en el Principado 6.785 accidentes laborales con baja, lo que supone un descenso del 2,3 por ciento respecto al mismo mes del año pasado.

La cifra de accidentes graves ascendió en dicho periodo a 45, once más que en los siete primeros meses del pasado ejercicio, mientras que el número de siniestros mortales fue de 9, tres menos, informó Efe.

En lo que va de año Asturias ya suma once accidentes mortales. En declaraciones realizadas a La Voz de AsturiasMarino Fernández, secretario de salud laboral y medioambiente de UGT Asturias, afirmó que «no se está cumpliendo con la ley de prevención de riesgos laborales». «Lo que vemos es que las empresas ven la seguridad como un coste más y no como una mejora para los trabajadores. Si hubiese siempre un técnico de prevención en las obras, muchos de los accidentes no ocurrirían».

Por su parte, Gerardo Argüelles, responsable de Acción Sindical de CCOO de Asturias,indicó que  su juicio ha habido una relajación en la prevención de riesgos laborales, «al final prima la producción y la rapidez en detrimento de la planificación de la seguridad». En este sentido, apuntó que en el Principado hay apenas un inspector por cada 9.500 afiliados a la Seguridad Social y que si bien los accidentes leves muestran una tendencia a la baja en lo que va año, también «son los más fáciles de ocultar por parte de la empresa porque en muchos casos no se llegan a declarar».