¿Por qué han aparecido a lo largo del verano medusas de varios tipos en las playas de Asturias?
ASTURIAS
Los bañistas han sido testigos de cómo las aguas del mar Cantábrico se han llenado de estos animales invertebrados. La proliferación de estas especies se debe a diferentes factores. El catedrático de biología de la Universidad de Oviedo, José Luis Acuña, nos explica la situación
16 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El verano se hizo de rogar en Asturias. Tardó en llegar el buen tiempo pero eso no impidió que la región se llenase de turistas, quienes buscaban disfrutar del período estival sin tener que asfixiarse de calor. También a nuestra comunidad llegaron a principios del mes de julio y se quedaron hasta la fecha cientos de carabelas portuguesas y medusas de varios tipos que alertaron a los bañistas del mar Cantábrico.
Desde oriente a occidente, por las diversas playas asturianas aparecieron ejemplares de estos organismos que, aunque son similares, no tienen nada que ver. Esto obligó a extremar las precauciones, en algunos arenales incluso llegó a prohibirse el baño, y como siempre puede más la curiosidad, la gente empezó a especular sobre el origen y los motivos de esta plaga. Pero, ¿cuáles son realmente las razones por las que han proliferado estas especies marinas en nuestra región?
A día de hoy «no hay ciencia suficiente» para predecir estas proliferaciones. Así lo asegura el catedrático de biología de la Universidad de Oviedo, José Luis Acuña. Sí que los expertos «sospechan» de varias causas porque, en verdad, son «muchos» los factores que pueden influir en la aparición masiva de estos organismos invertebrados, caracterizados principalmente por tener un cuerpo gelatinoso y transparente.
Uno de los motivos por los que han podido aparecer medusas y carabelas portuguesas en las playas asturianas es el cambio climático. «En algunos lugares como en el Mediterráneo y también en Irlanda, en donde hay largas y series temporales de observación de medusas, las poblaciones oscilan de manera acoplada con las grandes oscilaciones climáticas que se dan», explica el experto.
También es probable que esta situación se haya visto favorecida por la falta de control por parte de sus depredadores. Tradicionalmente, la forma de investigar la dieta de los animales es «mirando contenidos estomacales». Pero, como las medusas aparecen «completamente destruidas e irreconocibles», los científicos se han visto obligados a utilizar «métodos moleculares basados en la genética» para conocer así la alimentación de cierta fauna. «Se ha llegado a la conclusión de que muchas especies marinas, como pueden ser las tortugas o las aves, se alimentan de medusas, incluyendo los humanos que en algunos sitios las comen», asegura José Luis Acuña.
Que hayan proliferado medusas en la costa asturiana puede también ser debido a que estos ejemplares encontrasen alimento en el mar Cantábrico. «Pequeños pelágicos como anchoas o sardinas compiten con las medusas por el alimento. En ciertos lugares donde se pescan estas especies se sospecha que se produce una sobreexplotación, por lo que se elimina a esos competidores y favorece a las medusas», argumenta el biólogo.
Hay que tener además en cuenta que «la mayor parte» de las especies de medusas vienen de pólipos que viven fijos en el fondo del mar y tienen una biología «completamente» diferente de la fase medusa. «Por ejemplo, los depredadores que se comen los pólipos son nudibranquios —pequeños moluscos con muy variadas formas, tamaños y colores— », apunta el experto. Es por ello que también pueden entrar en juego otros factores.
Aunque a ciencia cierta no se sabe el motivo de la aparición de medusas en nuestras costas, José Luis Acuña ve factible que la situación sea fruto del calentamiento global. «Estamos viendo cambios radicales en el ecosistema marino. Están apareciendo especies de peces que antes no se veían más al sur del Cantábrico, están desapareciendo especies de macroalgas de forma prácticamente radical… y estos cambios son totalmente atribuibles al cambio climático», dice el experto.
Es por esta razón que el biólogo de la Universidad de Oviedo cree que «es muy probable que las medusas estén aquí como consecuencia del calentamiento de las aguas, de cambios en las corrientes…». Eso sí, deja bien claro que por el momento «no hay pruebas» para poder confirmar dicha teoría.
¿Debería de preocuparnos la presencia de medusas en las playas asturianas?
El experto señala que no hay de qué preocuparse, pero sí considera necesario que exista un protocolo de respuesta ante la aparición de esta especie. «En el momento en que se detecten estas proliferaciones debería de haber un mecanismo basado en la ciencia que informe si esas especies son peligrosas o no, si hay que cerrar playas o tomar otro tipo de medidas», manifiesta. Si además se recopila información sobre estas especies, se podrían incluso elaborar «modelos predictivos» y la implantación de los mismos haría que «todo fuera más seguro».
En las playas asturianas aparecieron este año dos tipos de medusas que no suponían ningún riesgo para la salud de los bañistas. «La Aequorea forskalea no produce ningún daño y la Rhizostoma luteum aunque puede producirlos estos son muy leves», precisa el biólogo. En cambio, la carabela portuguesa, que se ha visto en varios arenales de la región este verano, sí que es un organismo «muy, pero que muy peligroso».
¿Qué debo hacer si veo una medusa?
En caso que de avistes en el mar algún que otro ejemplar no subestimes la situación. Ante una proliferación es mejor no meterse en el agua, ni siquiera en la orilla, ya que pueden existir fragmentos de tentáculos con la misma acción urticante. El Servicio de Emergencias de Asturias advierte también que no se deben tocar las medusas muertas o fragmentos de ellas. Cabe recordar que su poder urticante persiste hasta 24 horas en condiciones de sequedad.
Si has visto medusas y no existe ningún aviso, informa al puesto más cercano de vigilancia de la playa. Presta además especial cuidado a la zona de rompiente, ya que es una zona peligrosa en caso de existir medusas, ya que muchos fragmentos con acción urticante pueden concentrarse allí. Para minimizar el riesgo de picadura, puedes usar crema solar o protegerte con ropa ligera.
¿Y si me pica?
En el caso de que una medusa roce tu cuerpo, el 112 de Asturias aconseja lo siguiente:
- No rascar o frotar la zona afectada, ni siquiera con una toalla o arena.
- Lavar la zona con agua marina, nunca con agua dulce.
- No aplicar amoníaco, orines o vinagre.
- Quitar los restos o trozos con pinzas y, si lo haces con la mano, que esté protegida.
- Para aliviar el dolor, aplica frío durante unos 15 minutos, sin frotar. Si usas hielo, evita el contacto directo con la piel.
- Los niños, personas mayores o aquellas con alergias que resulten afectados, pueden necesitar atención especial.
- Si se observan síntomas como náuseas, vómitos, mareos, calambres musculares, cefaleas o malestar generalizado, acude al hospital más cercano e informa, si es posible, del tipo de medusa que produjo la picadura.
- Desinfecta la herida con alcohol yodado 2 o 3 veces al día durante 48 a 72 horas.
¿Tendremos los asturianos que acostumbrarnos a la presencia de medusas en nuestras costas?
Aunque las medusas aparecieron este verano en cantidades muy grandes y de forma muy estable, José Luis Acuña no cree que vayan a aparecer el año que viene. Sin embargo, da casi por sentado que las carabelas portuguesas sí volverán a las aguas del mar Cantábrico. «Ya es el segundo año que las tenemos y no de forma ocasional. En el momento en que llegaron, a principios o durante el mes de junio, se establecieron y siguieron llegando durante todo el verano», recuerda.
Es por tanto «posible» que se repita esta situación. «Hay una regla muy conocida en meteorología para predecir el tiempo y es que, si llevamos dos días de mal tiempo, es probable que mañana también haga mal tiempo, —en este caso llevamos dos años—, es probable que el año que viene también las haya», dice.
Este experto asturiano participa en una investigación que tratará de conocer un poco más acerca de las carabelas portuguesas. «Lo que nos están diciendo los modelos es que este verano ha habido una combinación de vientos que han traído al Cantábrico a estos animales desde latitudes más al sur, que es donde ellas tienen su hábitat natural. Es posible que esto obedezca a un patrón asociado al cambio climático, hay diferentes evidencias que apuntan en esa dirección, por eso, puestos a arriesgarme, sin tener datos, me atrevería a decir que las carabelas van a volver a aparecer el año que viene. Las medusas ya no lo tengo tan claro», manifiesta.