Galicia y Asturias reclaman una negociación multilateral del nuevo sistema de financiación autonómica

ASTURIAS

Alfonso Rueda y Adrián Barbón, presidentes de ambas comunidades, coinciden en los Encuentros en el Eo en la falta de información que hay sobre la propuesta de reforma

03 oct 2024 . Actualizado a las 13:31 h.

Los presidentes de Galicia y de Asturias, Alfonso Rueda, del PP, y Adrián Barbón, del PSOE, han coincidido esta mañana en el Teatro Pastor Díaz de Viveiro en reclamar al Gobierno central que la reforma del sistema de financiación autonómica -condicionada ahora por el acuerdo para un concierto catalán- sea fruto de una negociación multilateral entre todas las comunidades que forman parte del régimen común. Así lo han expuesto en los Encuentros del Eo, organizados por La Voz de Galicia y el Banco Sabadell, y en el que ha estado presente un cariñoso y emotivo recuerdo a la figura de Santiago Rey Fernández-Latorre, presidente y editor del periódico, recientemente fallecido y gran valedor del foro. El debate entre los presidentes fue moderado por el director de La Voz, Xosé Luís Vilela. La conversación estuvo precedida por un discurso a cargo de Pablo Junceda, director general de Sabadell, que defendió la cooperación entre Galicia y Asturias como camino de progreso. Antes, Lois Blanco, director general de la Corporación Voz de Galicia, presentó el encuentro, que este año alcanzó su sexta edición.

«Se están tomando decisiones que pueden ser perjudiciales, y que constituyen un antes y un después con graves consecuencias», ha advertido Rueda, quien ha insistido en que lo que es de todos debe repartirse entre todos. El presidente de la Xunta ha cifrado en 444 millones el coste que tendría para Galicia un cupo catalán, una estimación que se situaría en la franja baja. Si se sumasen al modelo de concierto Madrid y Baleares, la factura ascendería a 2.000 millones. El máximo mandatario gallego, en coincidencia con el asturiano, ha insistido en que todas las comunidades se encuentran infrafinanciadas con un modelo que ya caducó en el 2014, y que la aspiración de todas las autonomías es mejorar el marco actual, objetivo cuya consecución está amenazada. «La alternativa no puede ser subir impuestos o recurrir a la deuda para contar con más recursos», ha alertado Rueda.

Por su parte, Adrián Barbón, ha insistido en que su postura es la misma que acordó el Parlamento de Asturias en el 2020 y que desembocó en la Declaración de Santiago, de la que forman parte ocho comunidades, populares y socialistas, que reclamaban un sistema de financiación justo que atendiese a las singularidades, pero dentro de la multilateralidad. «Galicia y Andalucía son dos autonomías gobernadas por el PP, y seguramente tienen criterios diferentes, pero deben debatirse en el Consejo de Política Fiscal y Financiera», ha explicado el máximo mandatario asturiano, quien recuerda que también deberá modificarse la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA). Barbón, sin embargo, ha puesto el foco en la opacidad y la falta de transparencia sobre la reforma en ciernes. «No sabemos qué modelo va a proponer el Ministerio de Hacienda. No hay datos. Hasta conocer la propuesta literal nadie puede calcular nada. Faltan datos. Voy a defender con todas mis fuerzas mis singularidades. Y tengo claro que no voy a apoyar ningún sistema que perjudicaría a Asturias», ha advertido el presidente del Principado.

Desde la Xunta, Alfonso Rueda ha argumentado que no se pueden admitir como normales las contradicciones entre Hacienda y el independentismo sobre si hay o no un concierto, y ha recordado que la propuesta de la ministra Montero de doblar el Fondo de Compensación Interterritorial para satisfacer al resto de territorios tendría un impacto mínimo en las arcas de la comunidad. Según sus cálculos, Galicia pasaría de 35 a 70 millones en ingresos, cuando el desequilibrio en la financiación de servicios públicos fundamentales supera los 500 millones.

Discrepancias

El máximo mandatario asturiano ha querido poner el foco también las propias comunidades. Y ha advertido de que este no es un modelo equiparable al de Estados Unidos, y en consecuencia las autonomías tampoco pueden bajar impuestos y entrar en competencia fiscal para luego pedirle más dinero al Estado. «Creo que la corresponsabilidad es importante, una pieza esencial en el modelo, y de esto debe hablarse en el seno del Consejo de Política Fiscal y Financiera», ha argumentado Adrián Barbón. Sin embargo, su homólogo gallego ha mostrado su discrepancia sobre las políticas tributarias a la baja. «Es un debate un poco tramposo, porque lo correcto sería que cada comunidad recibiésemos lo que realmente nos toca, y luego que cada uno, en función de sus necesidades, se responsabilizase de sus impuestos e hiciese lo que estimase oportuno ante sus ciudadanos», ha dicho Rueda.  

Los dos presidentes rechazan el «no a todo» en los nuevos proyectos industriales

En materia industrial, los dos presidentes hicieron un llamamiento a evitar la «demagogia» de rechazar todos los nuevos proyectos. Alfonso Rueda contó que tuvo una reunión con un empresario que está invirtiendo en otras comunidades. Le invitó a hacerlo en Galicia, porque cuenta con recursos e infraestructuras similares a los de esas autonomías. El empresario, contó Rueda, le contestó: «No te equivoques, presidente, en esas comunidades no tienen los líos que percibimos en la tuya».

El presidente pidió el fin de esa «oposición por sistema» a los nuevos proyectos industriales y energéticos. «Se pide a la Xunta que no autoricemos nada, adónde vamos con eso», se preguntó. Insistió en que «los inversores lo observan todo y, si ven esa oposición, ni se lo plantean».

Subrayó que se ha dado la «falsa idea» de que se autoriza «cualquier cosa», cuando la Xunta ha rechazado proyectos, pero insistió en que el «follón» lleva a los inversores a ni intentar ir a Galicia. En esas circunstancias, la «enorme oportunidad» que tienen las dos comunidades para aprovechar la nueva industria podría perderse. Si se deja pasar, «otros la aprovecharán, dejaremos de crear riqueza y lo podemos pagar muy caro». La reindustrialización, concluyó Rueda, «se hace poniendo industrias».

Adrián Barbón mostró su comprensión hacia las palabras del presidente de Galicia, porque ha tenido experiencias similares. Relató que se entrevistó con vecinos contrarios a la instalación de nuevos parques eólicos, y cuando les preguntó en qué trabajaban sus hijos resultó que lo hacían en empresas «altamente consumidoras de electricidad», que dependen de que la energía tenga un precio «razonable», que solo es posible alcanzar con el despliegue de fuentes renovables, eólica, solar y biomasa. También la eólica marina de la que ambos presidentes se mostraron partidarios siempre que, resumió Alfonso Rueda, se desarrolle de forma regulada y teniendo en cuenta al sector pesquero. Barbón, a la vista de su experiencia, insistió en la necesidad de hacer «pedagogía» para combatir la «demagogia del no a todo» y subrayó que es preciso no dañar la industria del futuro.

Los dos presidentes también coincidieron en su defensa del sector turístico como una fuente de riqueza estratégica para sus comunidades.

Ambos rechazaron la imposición de una tasa turística autonómica. Barbón reiteró la propuesta que ya hizo a los alcaldes en septiembre del 2023, de permitir a los ayuntamientos que lo consideren necesario aplicar un tributo de ese tipo, pero no imponerlo en toda la comunidad. El presidente asturiano recordó que la situación en los municipios es distinta: unos cuentan con gran afluencia turística —los de la costa especialmente— y los del interior aún pueden recibir a más.

Rueda celebró que ese planteamiento coincide con el de Galicia y subrayó que «en ningún caso» se va a poner una tasa autonómica. Explicó que la «petición concreta» de imponer ese tributo partió del Ayuntamiento de Santiago, y se mostró dispuesto a permitir su aplicación por los concellos que lo consideren necesario, pero «bajo su responsabilidad» ante los perjuicios que puede causar. También consideró que la tasa no ayudará a frenar la afluencia turística, y penalizará a los visitantes que pernoctan pero no a los excursionistas, que en general dejan menos ingresos.

Rechazo a la «turismofobia»

Los dos mandatarios coincidieron también en rechazar la «turismofobia». Rueda fue muy crítico con los carteles contra los «fodechinchos», que consideró «ofensivos» y poco inteligentes, porque también los gallegos hacen turismo.

Los dos coincidieron también en la necesidad de regular los pisos turísticos. Barbón mostró su preocupación por ese fenómeno, que en algunos casos desplaza a los habitantes originales, e insistió en la necesidad de regularlos. De hecho, explicó que el asunto ya se habría debatido en el Parlamento autonómico este verano si la «extrema derecha» no lo hubiese impedido. Rueda también abogó por la regulación, aunque subrayó su rechazo a prohibir los pisos. Trazó un paralelismo sobre el debate en el pasado con las autocaravanas, que también recibían numerosas críticas hasta que se regularon.

En otras materias, como la pesca, los dos presidentes confirmaron la alianza estratégica de ambas comunidades. También abogaron por la defensa del sector primario y por el impulso a la minería de metales necesarios para las nuevas tecnologías. Por último, hablaron de proyectos de futuro y actuales.