El balance del turismo rural asturiano: caída de la temporada baja y pocos clientes extranjeros

Marcos Gutiérrez REDACCIÓN

ASTURIAS

Panera en Cueves
Panera en Cueves Turismo de Asturias

Luis Gabriel Suárez, miembro de la Junta Directiva del Clúster de Turismo Rural de Asturias y presidente de Avatur, apunta que la ocupación fuera del verano está siendo este año «muchísimo más floja» y afirma que los establecimientos no aprecian una mayor llegada de huéspedes de otros países

07 sep 2024 . Actualizado a las 09:30 h.

Los profesionales del turismo rural en Asturias están prácticamente echando el cierre a la temporada veraniega, por lo que ya pueden comenzar a hacer un balance más o menos fiable del año, cuando queda menos de un cuatrimestre para finalizar el ejercicio. Si bien julio y agosto han sido, en esencia, similares a otros años en lo que respecta a la ocupación, algunos dueños de este tipo de negocios comienzan a vislumbrar una menor afluencia y peores cifras en los meses ajenos al periodo estival que en años anteriores.

Luis Gabriel Suárez, miembro de la Junta Directiva del Clúster de Turismo Rural de Asturias y presidente de la Asociación Valdesana de Turismo Rural (Avatur), destaca que «en julio y agosto, sobre todo del 10 de julio al 31 de agosto, ha habido la misma demanda» que otros años. En este sentido, no duda en afirmar que «cada vez hay más turismo en Asturias». Así, «julio y agosto son meses con tanta demanda que hay para todos, de hecho llega a haber un exceso de turismo».

No obstante el matiz para este segmento de actividad viene si nos fijamos en los meses que se alejan del periodo veraniego propiamente dicho. Suárez afirma que «la temporada baja está siendo muchísimo más floja, incluso para los meses de junio y septiembre, que parecía que estaban empezando a crecer».

Este representante de la Junta Directiva del Clúster de Turismo Rural de Asturias apunta que, en general, «las casas rurales están teniendo el 50 por ciento menos que el año pasado en septiembre y la primera quincena de julio, que siempre cuesta un poco más, hay muchas casas rurales que les está costando llegar a un 50 por ciento de ocupación».

Escasa presencia del turismo extranjero

Este profesional, que también regenta los Apartamentos Rurales La Torre, un negocio familiar en Gamones (Valdés), comenta que «ha subido un poco el turismo extranjero, pero no precisamente en el segmento del turismo rural, sino en estas plataformas que son de carácter internacional y llegan a todos lados». En este sentido, no duda en afirmar que la llegada de clientes extranjeros al turismo rural «creció un poco, no una barbaridad, en el oriente», si bien en el occidente del Principado, «ni lo hubo ni lo hay».

Reserva de la Biosfera Oscos, Eo y Tierras de Burón
Reserva de la Biosfera Oscos, Eo y Tierras de Burón Turismo Asturias

Explica que las campañas, tanto de verano como de temporada baja, para estos negocios «están cambiando mucho» a causa de la proliferación de Viviendas de Uso Turístico (VUT), un incremento que «está pasando factura a los alojamientos de toda la vida», ya que «el volumen de turistas se reparte más».

Estancias más largas

Patricia Arias es la secretaria de la Asociación de Turismo Rural de Asturias, Arca, y responsable de la Casona de Benito, en Cudillero. En este sentido, afirma que, en su caso concreto, esta temporada veraniega ha funcionado muy bien, en el sentido de que «el turismo que se ha alojado en mi casa es de un poder adquisitivo muchísimo más alto». Asimismo, también ha podido comprobar que se han dado «estancias muy largas, que yo jamás en 20 años que llevo he tenido estancias de 12 días».

Según datos de la web escapadaRural.com, por comunidades autónomas el dato de ocupación más alto en agosto para este tipo de alojamientos se registró en Asturias (con un 80%), seguido de Navarra, Cataluña y Andalucía (65%), Galicia y Cantabria (64%).

Judith Monmany, responsable de comunicación de la plataforma, resalta que «las temperaturas son un factor que tenemos en cuenta al elegir el destino vacacional» y las regiones del norte de España, además de ofrecer «un atractivo cultural, patrimonial, natural y gastronómico excepcional», sirven de «refugio climático».