Las agencias de viajes de Asturias, ante la falta de renovación generacional: «Muchos compañeros tienen problemas para encontrar profesionales»
ASTURIAS
La patronal de operadores turísticos recalca que es un sector que «requiere de trabajo, esfuerzo, seguridad en uno mismo y en el que cliente te exige muchísimo», al tiempo que denuncia los cada vez mayores requisitos burocráticos que han de satisfacer estas compañías
16 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El sector del turismo representa cerca del 14% del Producto Interior Bruto (PIB) en España. El país marcó un nuevo récord de llegada de turistas extranjeros durante el primer semestre de 2024, con 42,5 millones de personas, un 13,3% más que en el mismo periodo de 2023, y con un desembolso también récord de 55.570 millones de euros (20,6 % más), según el Instituto Nacional de Estadística (INE). De acuerdo con los datos que maneja la patronal hostelera OTEA y el Gobierno del Principado de Asturias, este segmento de actividad representa ya cerca del 12% del valor añadido bruto (VAB) regional y supone unos 52.000 empleos.
Sin embargo, uno de los principales actores de este ámbito, los operadores turísticos y agencias de viajes, se están encontrando en todo el país con una grave traba, que no es otra que la carencia de trabajadores formados y con una cierta experiencia. Asturias no se escapa de este escenario, que pone en un brete la actividad de estas agencias, curiosamente en un momento en el que, al menos sobre el papel, se está generando una gran actividad.
Íñigo Fernández Ortiz, presidente de la patronal de Operadores Turísticos y Agencias de Viajes de Asturias (OTAVA), reconoce que la falta de personal cualificado en este segmento de actividad «es un problema real y que se da en todas las comunidades de España» y señala que en los últimos años «no ha habido una renovación generacional importante». Indica que al sector se ha ido incorporando tecnología, pero se trata de unos avances que «también hay que saber manejar».
Tres años para capacitar a un trabajador
El presidente de OTAVA destaca que «hay dos opciones de acceso al sector, que son a través de la carrera de turismo o por la FP de agencias de viajes, que es un año». Uno de los problemas de cara a encontrar personal formado pasa porque «la gente piensa que trabajar en una agencia de viajes es coger cuatro hoteles por Booking», cuando «requiere de trabajo, esfuerzo, seguridad en uno mismo y en el que el cliente te exige muchísimo».
El responsable de la patronal del sector de operadores turísticos en Asturias calcula que «conseguir una persona que tenga profesionalidad y conocimientos suficientes para estar rindiendo en una agencia de viajes te puede llevar dos o tres años».
En este sentido, «para despachar puede valer casi cualquiera, pero para hacerlo en una agencia de viajes, no». Asimismo, en virtud del convenio sectorial, se trata de un ámbito que «no es de los mejor remunerados». Por otra parte, resalta que antes «te invitaban a conocer los destinos y eso hoy en día ha desaparecido».
Por eso, actualmente en las agencias del sector en el Principado «muchos compañeros se encuentran con problemas para encontrar profesionales y gente que esté dispuesta a trabajar». «Aquí no vale, además, pensar: 'estoy trabajando, son las 6 de la tarde, se ha acabado mi jornada', pues no, porque tienes a dos tipos tirados en un aeropuerto no sé dónde y tienes que solucionarlo», recalca.
«Canibalización» de trabajadores entre empresas
Íñigo Fernández considera que la suya «es una profesión que tiene bastantes alegrías, porque cuando te felicita un cliente satisfecho que te ha confiado sus vacaciones y su ilusión te da una alegría». Sin embargo, pese a lo anterior, «también tiene la parte mala de que tienes que trabajar mucho para conseguir eso».
Otro problema derivado de la falta de profesionales cualificados, compartido con sectores en los que esta circunstancia también se da, es el de la «canibalización» entre empresas del ramo, en el sentido de que, en muchas ocasiones, «te llevan a una persona que ya está formada y así no tiene que iniciarse el proceso».
«Muchas pequeñas empresas prefieren no formar, pero claro, el problema es que llega un momento en que no tienes vida», asegura este profesional. En este sentido, para esquivar la parte formativa del proceso, «las grandes cadenas nacionales lo que hacen es fichar personal de otras agencias, cadenas o empresas más pequeñas».
Otra traba es el momento del año en el que los centros formativos están en disposición de pedir prácticas para sus egresados. «Nos llama muchas veces gente que ha hecho el grado o la carrera y nos pide prácticas, pero a mí sí me las solicitas en el mes de abril estoy al 100% y no tengo tiempo para enseñarte», explica.
En este sentido, la misma persona, «si viene en enero, noviembre o diciembre puedo empezar a enseñarla, para que cuando llegue Semana Santa conozca gran parte de lo que necesita saber para estar un primer año atendiendo la parte más básica de lo que es nuestro trabajo».
Y es que, «si tienes una persona a la que empiezas a formar con unas prácticas en plena temporada, cuando llega el verano ya no puedes». «La formación tiene que adaptarse a los tiempos de las empresas y no estas a los tiempos de la educación, con sus periodos de vacaciones y demás», destaca.
Fernández cree que, «para que las empresas puedan dar prácticas y completar la formación de los estudiantes, estos tienen que ir a las agencias cuando se les pueda dedicar tiempo»
El inexorable trabajo burocrático
Íñigo Fernández suma otro problema a los anteriormente citados: «el de la burocracia». Se trata de una sobrecarga de papeleo para este ámbito que «viene a nivel europeo o nacional». por poner un ejemplo, de acuerdo con el Real Decreto 933/2021, de 26 de octubre, toda persona física o jurídica que ejerza actividades de hospedaje o alquiler de vehículos a motor está obligada a recoger, registrar y comunicar a las fuerzas de seguridad y protección del Estado un listado de más de 30 datos personales de todo tipo, que deberán conservarse durante 3 años.
El presidente de OTAVA comenta que «se supone que el último aplazamiento de la obligatoriedad de cumplimiento es en Octubre de 2024, pero seguimos intentando que no entre en vigor». En este sentido, «según el decreto, si hago una reserva para julio del año que viene, mañana tengo que comunicársela a la policía y al Ministerio de Interior mediante la página web».
Se trata de un listado de datos que, entre otros, incluyen «nombre, DNI, fecha de nacimiento, teléfono, correo electrónico, medio de pago, nombre y DNI de los acompañantes...», a lo que hay que sumar el hecho de que «si se modifica o cancela, hay que comunicarlo».
Es por eso que los profesionales lamentan que en su día a día «todo son papeles, papeles, papeles y papeles». «Yo lo que quiero es vender y organizar viajes y que la gente vaya feliz, no redactar la hipoteca de un piso», asevera este profesional, que llama la atención de la incongruencia que, en este sentido, supone que «tanto si me has reservado un billete de tren a Madrid con una noche de hotel como la vuelta al mundo, ambas cosas llevan exactamente el mismo requisito burocrático».