La cucaracha langosta, la especie invasora que eligió Asturias para entrar en Europa

Manuel Noval Moro
Manuel Noval Moro REDACCION

ASTURIAS

Playa de El Arbeyal, en Gijón
Playa de El Arbeyal, en Gijón

Las primeras se vieron en Oviedo en 2022, luego en Gijón y ahora un estudio de biólogos de la Universidad de Oviedo acredita que es la primera vez que aparecen en el continente

26 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las primeras cucarachas aparecieron en 2022 en el campus del Milán, en Oviedo. A quienes las vieron y sabían algo de estos animales les resultaban un poco extrañas y no parecían cuadrar con otras, también exóticas, que ya había en Asturias. Posteriormente, aparecieron ejemplares de la misma subespecie en la playa de El Arbeyal, en Gijón. Entonces, un equipo formado por los biólogos formados en la Universidad de Oviedo Omar Sánchez, Jairo Robla y Andrés Arias comenzó a estudiarlas, y llegó a la conclusión de que se trataba de la cucaracha langosta, oriunda del Mediterráneo oriental y el Oriente Medio. Un artículo firmado por los tres biólogos acredita el registro de la especie en la región.

Según Omar Sánchez, no se conocía la presencia de estas cucarachas en Europa hasta estos registros. Las cucarachas son animales muy resistentes, y además suelen ser nocturnas, y es muy fácil que se cuelen como polizones en barcos de mercancías, lo que facilita que se desplacen entre continentes. Y aunque su llegada a Europa es reciente, este animal se movió por América, tanto del norte como del sur, y Sudáfrica. Una razón de su llegada a Asturias podría ser esa, que aparecieron con las mercancías de los barcos.

Ejemplares de cucaracha langosta
Ejemplares de cucaracha langosta

Otra explicación posible, aunque se trata tan solo de conjeturas, es que este tipo de cucarachas se comercializan como alimento vivo para reptiles, y su llegada a Asturias pudo haber sido consecuencia de una suelta, intencionada o no, de alguien que las usaba para este fin. Una vez que se sueltan unas pocas, es bastante sencillo que se multipliquen, ya que estos animales se reproducen por partenogénesis, es decir, que la hembra se clona a sí misma y no necesita al macho para tener descendencia. Esto significa que, si se dan ciertas condiciones, la especie puede convertirse en una plaga, con poblaciones muy densas en muy poco tiempo, si bien hasta ahora ese no ha sido el caso en Asturias. Otro problema que podría acarrear es la emisión de bacterias y el traslado al territorio asturiano de enfermedades poco comunes para las que habría menos resistencia debido a la falta de hábito.

Para controlarlas, en Oviedo se hicieron diferentes batidas de fumigación en los contenedores donde se habían encontrado, y se ha constatado una bajada la población. «No tenemos más datos pero es posible que sigan estando, porque si no las buscas no se encuentran con facilidad», sostiene Omar Sánchez.

En el artículo también aparecen los primeros registros de otras especies exóticas que han recalado en Asturias, como la Periplaneta lateralis (la cucaracha de Turkestán) o la Supella longipalpa.

A Omar Sánchez le gustaría seguir profundizando en el estudio de estos animales: «A través de la genética, queremos rastrear su posible origen, porque no hay una certeza de dónde han podido llegar; además, tenemos que poner el foco en monitorizar las poblaciones a ver si prosperan y se expanden para proponer medidas de control y evitar que se conviertan en plagas».

En un mundo cada vez más globalizado, es muy común que las especies salten de unos territorios a otros, y aunque en muchas ocasiones las invasiones no tienen mayores consecuencias, pueden darse casos en los que afecten al ecosistema en el que aparecen. De ahí que haya que prestar atención a las nuevas cucarachas para evitar que su presencia se convierta en un problema.