¿Quieres apadrinar a una cabra 100% asturiana?: «Nos han llegado correos de Estados Unidos y Holanda»

Marcos Gutiérrez REDACCIÓN

ASTURIAS

Picurriellu

Picurriellu ha desarrollado el proyecto «Quesería de mí, sin ti», que permite, por poco más de 30 euros al mes, apadrinar un animal de esta explotación llanisca, conocer su evolución y recibir tres quesos artesanos cada mes

24 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Aurelio López y su mujer, Irene, son los responsables de la quesería llanisca Picurriellu. En su negocio han desarrollado una original iniciativa, con el nombre de «Quesería de mí, sin ti», que permite apadrinar por Internet una cabra y recibir un lote de su queso desde la comodidad del hogar por 32,90 euros al mes .

Se trata de un proyecto para la sostenibilidad ganadera, así como orientado al cuidado y respeto por el medio ambiente y destinado a poner en valor su producto, garantizando, además, que el cliente obtiene la garantía de calidad de unos verdaderos artesanos queseros.

«Los que empezaron con el negocio fueron mis padres, pero ya se hacía queso en casa cuando mis abuelos», recuerda Aurelio. En efecto, ha pasado casi un siglo y tres generaciones, desde que los abuelos Benjamín y Delfina, de Treviso, y Aurelio y Paca, de Sotres, iniciaron la elaboración de queso artesano. Hoy son sus nietos quienes siguen la tradición al pie de la cordillera del Cuera. 

Picurriellu

«En el 96, cuando dijo Europa que había que ponerse las pilas, mis padres fueron los que decidieron hacer la quesería, pero después de su jubilación fuimos Irene y yo los nos quedamos con ella», apunta. Explica que «los que no dormimos por la noche tenemos que pensar». Y, medio en broma, medio en serio, fue así como surgió la idea de «Quesería de mí, sin ti».

«Yo soy compañero de Ecopitas en el mercado artesano de Gijón», apunta. En estos momentos compartidos comenzó «el bombardeo de ideas locas, ya que ella estaba empezando con eso de apadrinar gallinas». Con esta fuente de inspiración arrancaron su proyecto. Sin embargo, no duda en afirmar que «el tema jurídico es complicado». Quiere decir que la clave está en «librar de toda responsabilidad al padrino o madrina».

«Nosotros le mandamos a la gente un pergamino donde pone el nombre que ellos escogen, la foto del animal y ya se les manda otra carta diciendo que quedan exentos de toda responsabilidad de lo que pase con ese animal».

Picurriellu

Los usuarios eligen en la web el animal que desean apadrinar, escogen el nombre y rellenan el formulario. «Nosotros le mandamos un documento reflejando que ya son los nuevos padrinos de esa cabra con ese nombre, la foto del animal y ya le enviamos el primer pedido de queso por mensajería, una vez que se recibe el cobro», señala.  

Ofrecen «tres tipos de queso»: uno maduro de cabra, un «Queso Valle Oscuro» de cabra y fermento de yogur y una cuña de queso «El Raposín».

Esta ramificación de su negocio sirve «para que la gente vea la vida real de los animales, así como para acercarles el trabajo que se hace en una ganadería». «Le vas enseñando poco a poco a la gente cómo se encuentra ese animal en cada momento, igual cada mes o cada dos meses», explica.

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Comenta que, desde que pusieron en marcha el proyecto, les han llegado «correos de Estados Unidos, Holanda...», si bien «nada más se pueden coger padrinos y madrinas dentro del ámbito nacional». Reconoce haber «perdido la cuenta» de los padrinos y madrinas que tienen hasta la fecha, si bien calcula que rondan los 60. «Solamente puedes apadrinar un porcentaje de las que tienes, no todas, porque si no esto es una locura», admite.