Pilar García, presidenta de la Asociación Española de Fundaciones: «Donde hay una necesidad, hay una fundación»

S. M. REDACCIÓN

ASTURIAS

Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la Asociación Española de Fundaciones
Pilar García Ceballos-Zúñiga, presidenta de la Asociación Española de Fundaciones

Tras un año al frente de la AEF, García hace balance de los proyectos iniciados en esta nueva andadura y repasa los objetivos de futuro: «Sumamos, de forma directa o indirecta, unos 600.000 trabajadores y 40 millones de beneficiarios»

05 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Pilar García Ceballos-Zúñiga acaba de cumplir un año al frente de la Asociación Española de Fundaciones. Su mandato, que se extenderá hasta 2027, se centrará en avanzar en el cumplimiento de los fines de la asociación y en promover su adaptación a los nuevos retos y realidades del sector. Para repasar estos desafíos y los que están por venir, así como hacer balance de su trabajo hasta la fecha, García atiende la llamada de La Voz de Asturias.

—Hace ya un año desde que fue elegida nueva presidenta de la Asociación Española de Fundaciones, ¿qué balance hace de este período?

—El balance ha sido bastante positivo. La junta directiva del nuevo mandato definimos un decálogo de áreas en las que queríamos trabajar y estamos avanzando en prácticamente todos los puntos. El que ahora nos ocupa, y que me ha traído a Asturias, es el desarrollo de la asociación y el acercamiento a los territorios. Estamos creando los Consejos Autonómicos de Fundaciones y se han desarrollado bastantes actividades este año, formaciones de sostenibilidad e inteligencia artificial... Este punto es del que más satisfecha me siento.

—¿Cuáles son los objetivos que se ha marcado para estos años?

—La AEF tiene cerca de 10.500 fundaciones asociadas, estamos alcanzando esa cifra. Queremos dar visibilidad a todo el trabajo que se realiza en estas fundaciones, porque no todo el mundo conoce nuestras labores. Queremos mejorar las relaciones institucionales con todos los poderes públicos y poner en marcha todo lo que la sociedad civil espera de las fundaciones. Otro punto importante es fomentar las alianzas para reforzar las actividades que hacemos, también con otras entidades del tercer sector, de la economía social o del sector privado; también el desarrollo de la filantropía y el mecenazgo, con la nueva ley a nivel nacional. Estamos trabajando bastante el tema de la sostenibilidad financiera de las fundaciones, es decir, asegurar la financiación y la captación de fondos; y por último, la transformación digital, evolucionar junto a las revoluciones tecnológicas. Estamos haciendo un estudio ahora mismo para atraer y retener talento a las fundaciones, y conocer la situación laboral de los trabajadores.

—¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrentan actualmente las fundaciones en España?

—Yo creo que el principal es poner en valor a los profesionales que trabajan dentro de las fundaciones y cómo podemos mejorar las competencias que necesitamos y atraer recursos. Otro muy importante, como ya mencioné, es la sostenibilidad financiera y los conceptos de filantropía y mecenazgo. Debemos potenciar y trabajar la transparencia de todo lo que hacemos como un valor destacado.

—¿Cómo está abordando la AEF esos desafíos?

—Estamos intentando que estas áreas que tenemos como foco se potencien desde el trabajo a nivel regional. Somos casi 10.500 fundaciones repartidas por todo el territorio y tenemos que cooperar conjuntamente con las comunidades y también con las instituciones del Estado. Esta es la manera en la que vamos a trabajar estos próximos años.

—¿Qué tipo de apoyos ofrece la AEF a sus miembros? ¿Cuentan con algún programa de formación y desarrollo?

—Lo primero que tenemos es un programa de asesoramiento, unas guías sobre el cumplimiento de todas las obligaciones que tenemos las fundaciones. Es crucial que todos entendamos la importancia de las obligaciones, de cumplir nuestros fines, de la transparencia. Tenemos un equipo que da asesoramiento, también formaciones para los directivos, otra formación específica para patronos de fundaciones y en paralelo vamos formando según las necesidades que detectamos o que nos hacen llegar las propias fundaciones, desde temas de gestión, financiación o de comunicación. 

—¿Qué papel juegan las fundaciones en la calidad institucional de nuestro país?

—Es un rol crucial. Al final sumamos, de forma directa o indirecta, unos 600.000 trabajadores más los beneficiarios, con una estimación de 40 millones. Eso refleja claramente la implicación ciudadana y el desarrollo de políticas públicas. Siempre digo que donde hay una necesidad, hay una fundación y que somos complementarios ayudando al sector público. Canalizamos muchos recursos y conocimientos hacia sectores vulnerables. Articulamos y fortalecemos la representación de la sociedad civil.

—¿Cómo mide la AEF el impacto social de las fundaciones?

—Una forma de medirlo es estimar a cuántos beneficiarios somos capaces de llegar, unos 40 millones en este momento. Se trabaja también en medir cada euro de inversión y su repercusión en beneficios. Participamos en organizaciones a nivel nacional que ayudan a las fundaciones a calibrar todo esto. Nuestro interés es que cada una de nuestras acciones llegue al mayor número de personas que sea posible y con la mayor calidad, es el trabajo que estamos desarrollando.

—¿En qué áreas sociales, a su juicio, se debe incidir más en el contexto actual?

—En las áreas que nosotros llamamos vulnerabilidades, como las personas mayores y el envejecimiento. Sabemos que la población va a envejecer. Durante la pandemia, esta población sufrió mucho por temas de aislamiento, también por la brecha digital. Es un área en la que queremos incidir y desarrollar acciones. Otro tema es el desarrollo de la juventud, y atraer a los jóvenes al mundo fundacional para su integración en este sector. Son el futuro y deben saber lo que se hace.

—¿Qué importancia tienen en este sentido las colaboraciones y alianzas para las fundaciones?

—Es vital, uno de los puntos vitales de nuestro programa. Nos hemos dado cuenta, desde nuestra experiencia en varios proyectos, de que juntos no sumamos, sino que multiplicamos. En la colaboración entre fundaciones o con las instituciones está la base de nuestro futuro. También con el sector privado y las empresas. Yo creo que no hay otra manera de trabajar.

—Ya está en marcha una nueva ley de mecenazgo, ¿qué opinión le merece? ¿Qué ventajas cree que reportará esta normativa a las fundaciones?

—Esta ley de mecenazgo recoge mejoras sobre la ley que ya existía. Favorece la desgravación fiscal del micromecenazgo, lo que ayuda a que las personas privadas puedan aportar fondos, y también ha habido una mejora importante en el mecenazgo de las empresas. Es un tema de hacer crecer la cultura del mecenazgo. Estamos pendientes de conocer el desarrollo de esta ley en el Principado de Asturias, de la mano de la Consejería de Hacienda, pero creemos que avanzará en esta misma línea.

—¿Cuál ha sido el papel de la AEF en el desarrollo de esta nueva normativa?

—Se ha estado trabajando más de 8 años. Lo hemos hecho además, como ejemplo de alianzas y colaboraciones, de la mano de otras entidades no lucrativas. Nos hemos reunido muchos agentes y hemos trabajado mucho. Es un gran ejemplo de las cosas que se pueden alcazar cuando nos juntamos y unimos nuestra fuerza.

—Por último, ¿cuáles son sus expectativas para las fundaciones en España? ¿Qué hay que hacer para garantizar el futuro de las mismas?

—A modo de resumen, garantizar el futuro de las fundaciones dependerá de la visibilidad y el entendimiento que tengamos, así como de la colaboración desde las empresas y las asociaciones del tercer sector. Lo que tenemos que hacer es apoyarnos entre todos, también instituciones y particulares, porque es la mejor forma de canalizar nuestro interés como sociedad en mejorar la vida de las personas.