Así es la plaga de moscas que está afectando a los vecinos de Pruvia: «Están por todos lados»

Esther Rodríguez
Esther Rodríguez REDACCIÓN

ASTURIAS

Imagen de archivo de una plaga de moscas
Imagen de archivo de una plaga de moscas XESUS BUA.

Los vecinos de la localidad llanerense conviven desde hace unas semanas con este pequeño insecto de color negro. ¿Cuál es por tanto el motivo de tal proliferación? ¿Puede suponer un peligro para la salud humana? El biólogo Alfredo Ojanguren nos da las claves

14 jun 2024 . Actualizado a las 14:09 h.

Los vecinos de Pruvia andan con la mosca detrás de la oreja. Y nunca mejor dicho. Desde hace tres semanas los habitantes de esta localidad llanerense conviven con estos molestos insectos de color negro. «Están por todos lados», aseguran. En cualquier techo, pared o ventana de la vivienda que sea permanecen agolpados estos pequeños animales. También están presentes en oficinas, comercios y negocios hosteleros de la zona. «Hasta dentro de los coches» se puede encontrar algún enjambre de esta especie que está afectando a la calidad de vida de estos asturianos.

«Es increíble la cantidad de moscas que hay. Parece que está bajando ya un poco la cosa pero la verdad es que están por todos lados», señalan desde el restaurante Tres Hermanos, uno de los establecimientos afectados por esta plaga. «Los clientes no paran de preguntar qué es realmente lo que pasa y nosotros encima no podemos hacer nada. Estamos todos los vecinos igual, quejándonos porque son una auténtica molestia», aseguran confiados de que la situación remita cuanto antes.

Esta población de moscas está concentrada en la zona que va desde la estación de servicio de Pruvia hacia La Fresneda, en Siero, donde también los vecinos están siendo afectados. Los más perjudicados «sin duda» por estos insectos son los hosteleros. «Imagínate ir a comer a un bar y que esté lleno de moscas... Aunque fumigan y en cuestión de momentos se mueren todas al día siguiente están ya de vuelta. Al ser negocios de cara al público tienen que tener la puerta abierta y claro cuando pasan los clientes, las moscas van detrás», asegura Manuel Valcárcel.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Pruvia señala que el problema de todo esto es que no saben dónde está el origen del brote. «Hay un montón de teorías, que si regaron con algas un prao, que hay una fosa séptica… pero ninguna se puede confirmar. Estuvo Seprona ( Servicio de Protección de la Naturaleza  de la Guardia Civil) mirando el motivo de esta plaga pero los resultados no son concluyentes porque no encontraron el foco», manifiesta.

Para intentar poner fin a esta situación o reducir al menos la plaga de moscas, los vecinos se han hecho con todo tipo de remedios. Desde químicos hasta las plantas que repelen insectos, incluidas las famosas tiras en las que se quedan pegadas estas especies. «Compramos matamoscas pero aún así seguía habiendo. De hecho, sigue habiendo muchas», asegura a TPA un trabajador de la empresa Climastar. Han puesto también en conocimiento del Ayuntamiento de Llanera y de la Administración del Principado de Asturias la existencia de este brote.

Por el momento, «hay muchas menos moscas que la semana pasada». Esto puede ser debido a que bajaron las temperaturas, por eso los vecinos temen que con la llegada del calor la situación sea mucho peor. «Estamos preocupados porque no sabemos qué va a pasar cuando venga el buen tiempo. Cuando sea julio y agosto si esto no se controla tendremos moscas de un pulgar o vete tú a saber», señala Manuel Valcárcel.

¿Qué dicen los expertos?

El principal motivo por el que estas moscas pertenecientes a la especie conocida científicamente como Musca autumnalis han invadido Pruvia es debido al cambio del uso de suelo. En esta zona llanerense aquellos terrenos que durante años albergaron árboles, matorrales y demás maleza se han limpiado para ser dedicados a la ganadería. «Como ahora tienen una carga ganadera muy alta, al final lo que pasa es que el prado ya no es un prado sino más bien estiércol. Y es en estos excrementos donde las moscas ponen sus huevos y se desarrollan sus larvas hasta convertirse en adultas», explica el profesor de biología de la Universidad de Oviedo, Alfredo Ojanguren.

«Cuando se simplifica un ecosistema, la mayoría de las especies desaparecen pero hay algunas pocas como, en este caso, esta especie de mosca lo que hacen es proliferar a lo bestia porque las condiciones son óptimas para ella», asegura el experto. Estas moscas similares a las domésticas pero con un tamaño mayor y un color más oscuro «siempre están presentes en aquellas zonas donde hay ganado», ya que suelen estar por el rostro de vacas o caballos «buscando la humedad de los ojos, la nariz o la boca». De ahí que se les conozca también como de la cara.

Esta especie posee además la peculiaridad de reproducirse con mayor frecuencia. «A lo largo del año tienen varias generaciones que a su vez se desarrollan muy rápido», apunta el biólogo. Es por esta razón que cuando se aproxima el invierno la mosca de la cara también conocida como del otoño busca un lugar donde refugiarse. «Típicamente lo harían en cuevas, oquedades o sitios protegidos pero ahora es normal que se metan en desvanes, casas abandonadas, establos o cualquier otro lugar donde no tengan molestias», detalla.

Es por este motivo que es «posible» que estas moscas «estén ahora saliendo de sus refugios y por tanto la gente se las encuentre dentro de sus casas, garajes, desvanes o aquellos sitios que no usan mucho». Cabe también la posibilidad de que «se estén reproduciendo en el campo y que lo que haya sea la primera generación de este año, ya que habrá varias». Que estos insectos se desarrollen depende en gran medida de la temperatura ambiente. Si esta es más alta y además hay recursos disponibles pueden crecer más rápido:«si la mosca puso ya los huevos puede que en un mes sean larvas», comenta.

Pero ¿qué pasa realmente si esto se convierte en una plaga? ¿Podrían suponer un peligro para la salud humana? «No, estas moscas tienen más problema que el hecho de ser molestas, sobre todo para el ganado. No pican, no muerden, no transmiten enfermedades», asevera Ojanguren.

¿Cómo se podría por tanto acabar con esta situación o prevenir la misma? «Hay que mirar a quien está permitiendo, regulando o manejando así el terreno. Estas moscas están relacionadas con el ganado. Si tú tienes vacas en un terreno más amplio, grande y con hierba vas a tener estiércol pero ya no va a ser el suelo puro estiércol, que al final es el hábitat perfecto para la reproducción de esta especie», señala.

Para poder reducir esta situación sería por tanto «fundamental» que hubiese biodiversidad. «Siempre donde hay vacas hay moscas pero no hay tantas como está pasando estos días, que causa alarma y causa sorpresa por todo esto», dice, antes de señalar que en este caso el cambio climático no sería motivo de esta proliferación. «Es más bien cuestión del cambio del uso del suelo. Aunque es verdad que si se alarga el buen tiempo y hay menos invierno da tiempo a que haya una generación más, pero bueno no es el caso», asegura.