Cómo entender a las nuevas generaciones sin dar «cringe»: así hablan los jóvenes asturianos

Nel Oliveira
Nel Oliveira REDACCIÓN

ASTURIAS

María Pedreda

La creación de nuevas palabras sigue algunos patrones claramente diferenciados, según los expertos: «Ahora no se habla peor que antes; es una creencia que existe desde la antigua Grecia»

04 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El lenguaje varía con el paso de los años y cada generación juvenil ha pasado por una jerga propia que en la mayoría de ocasiones es complicada de entender para las anteriores. Nuevas expresiones y palabras que se actualizan de forma constante hasta llegar al punto de que entenderlas empieza a ser toda una ardua tarea. Dejar de estar al día y quedar desfasado tan solo es cuestión de tiempo. Sin embargo, hay varios patrones que a día de hoy se repiten y que podría ayudar a entender algunas de las nuevas tendencias sin dar «cringe» —o vergüenza ajena— en el intento.

En todo este proceso de transformación existe la creencia popular de que los más jóvenes cada vez hablan peor que antes. Una convicción que, según Emilio Fernández, profesor del departamento de Filología Española de la Universidad de Oviedo, difiere de la realidad: «En la antigua Grecia ya se comentaba que qué iba a ser de la generaciones futuras que hablaban tan mal». Explica el docente que la jerga juvenil —que se arma entre los 18 y los 20 años— está limitada a ciertos contextos y temas concretos, por lo que «si existe falta de comprensión entre generaciones no es por el lenguaje». «Ahora han cambiado algunas referencias por la globalización. Antes, eran mucho más locales. No obstante, el ingenio siempre ha perdurado», comenta Fernández.

Y es precisamente debido a la globalización, según explica el profesor, por lo que los jóvenes españoles cada vez hablan con expresiones que se parecen más entre autonomías e incluso entre otros países europeos. «En las nuevas palabras y expresiones existe mucho anglicismo, por lo que cada vez los jóvenes hablan más parecido», comenta el docente, quien incide en que el componente local sigue existiendo a pesar de la universaldad del lenguaje: «La forma de enfocar los temas antes de la juventud es bastante similar a la de ahora. Cada generación exige tener su propios código». Una globalización que, por el contrario, ha provocado que tanto hombres como mujeres hayan acercado posturas en cuanto al lenguaje se refiere. 

Sería a partir de los 25 años cuando esa generación ya deja de comprender algunas de las palabras que utilizan los más jóvenes de 18 ó 20 años. Una desconexión que se abre camino con el paso de los años. «El motor de la creación está en los 18 años, más o menos, por lo que es a esas edades donde se renueva constantemente. Es un proceso gradual y uno cada vez se percibe menos a la moda», explica Emilio Fernández, asegurando lo que muchos seguramente hayan experimentado en algún momento de sus vidas: «No hay nada más desfasado que una palabra de una jerga antigua».

¿Qué patrones sigue la creación de nuevas palabras?

Fernández nota varios patrones en la creación de las jergas actuales. Por un lado, los anglicismos. «Sería una palabra que llega y sobre la que se modifica ligeramente el significado para darle un sentido algo más frívolo», explica. Por otro, un anglicismo inverso. Es decir, una palabra que haya sido aceptada volver a darle un uso castellanizado, como por ejemplo pasar de decir «vibes» a «vibras» para expresar que algo te produce buenas o malas sensaciones.

Un tercer patrón, según explica el profesor, pasaría por modificar expresiones o palabras que ya existen en castellano para darles un nuevo significado. «Un ejemplo de este caso sería la palabra 'literal', que se utiliza para dar la razón a alguien», comenta. Otro de los patrones que se siguen, explica, pasaría por los fenómenos culturales que se vayan produciendo de forma dinámica en las redes sociales. «Hoy en día es cierto que se puede pegar mucho más que nunca el lenguaje de los referentes», remata.