Susana Solís: «Necesitamos una transición energética como nos pide la industria, sin sectarismo ideológico»

ASTURIAS

Susana Solís
Susana Solís

La candidata asturiana de la lista del PP en las elecciones europeas defiende una transición energética compatible con la rentabilidad

01 jun 2024 . Actualizado a las 09:24 h.

Nacida en Avilés, Susana Solis empezó en realidad su carrera política en Madrid, como diputada de Ciudadanos en la asamblea regional y luego como eurodiputada naranja la pasada legislatura. Ahora ha cambiado al PP y apuesta por un modelo de transición energética que sea compatible con la competitividad.

-La pasada legislatura estaba en Ciudadanos, ¿cómo llega el cambio al PP, le contactaron en Bruselas, cómo la convencieron?

-Yo he sido siempre una persona que ha trabajado en la empresa privada, he sido más de 20 años ingeniero industrial y por tanto para mí la política es la oportunidad de poder servir a mi país. En este momento el Partido Popular ofrece un proyecto amplio donde cabemos todos y donde vamos a defender unos valores que yo siempre he defendido: el Estado de Derecho, la igualdad de todos los españoles y una España próspera. Que sea un cambio tras el nefasto gobierno que estamos teniendo y me siento muy representada por este proyecto centrado. Tenemos que resolver los problemas del día a día de los españoles que hoy en día, lejos de lo que dice Sánchez que vamos como un cohete, la realidad es que somos cada día mucho más pobres. La verdad es que siempre pensé que después de la última legislatura volvería a mi empresa pero he trabajado mucho estos años en Bruselas por la industria, por los fondos, por temas que afectaban muchísimo a la economía española y a los ciudadanos; en temas de salud, de digitalización y cuando me ofrecieron formar parte de este de esta gran familia en un momento donde España lo necesita pues me lo me convencieron.

-¿Con esa experiencia ha cambiado su percepción de las instituciones europeas, de cómo sirven a territorios como Asturias?

-Siempre he tenido la idea de acercar Europa a los ciudadanos y yo creo que durante estos cinco años es lo que he hecho. Me he recorrido todos los rincones de España, también de Asturias, para solucionar, por ejemplo, los problemas que tiene la industria electrointensiva. En estos cinco años me he dedicado a temas tan variados como las zonas despobladas; la ejecución de los fondos europeos, he sido la responsable de una ley de datos sanitarios para que podamos compartir los datos; he tratado la salud mental y la inteligencia artificial. Y también la energía. Porque debemos poder tener una transición energética que sea compatible con la rentabilidad. Los próximos cinco años van a ser fundamentales para que llevemos a cabo la reindustrialización de Europa y ese es un sector con puestos de trabajo de calidad, es empleo estable para nuestros jóvenes y para Asturias. Si lo hacemos bien podemos colocar Asturias en el mapa y revertir el declive industrial de Asturias.

-¿Cómo debería aprovechar Asturias esa ola de reindustrialización?

-Lo que nos pide la industria y las empresas es en primer lugar seguridad jurídica y nos piden simplificación legislativa. Yo diría que necesitamos un parón legislativo para que sean capaces de digerir todo lo que sea aprobado hasta ahora y que la transición energética sea compatible con la competitividad y con la rentabilidad. En segundo lugar la industria nos pide energía barata; una reforma del mercado eléctrico para que seamos capaces d de asegurar contratos de energía a largo, plazo estables y competitivos. Lo que está haciendo ahora Francia gracias a la energía nuclear. Necesitamos una transición energética como nos pide la industria sin sectarismo ideológico, ¿qué quiere decir esto? que tengamos en cuenta todas las fuentes de energía para ver cómo podemos llevar a hacer esta transición más más digerible.  Necesitamos que los fondos europeos se utilicen bien, tenemos una oportunidad, que no la hemos tenido nunca en España para transformar nuestra economía, son 163.000 millones de euros para transformar nuestra nuestra industria, para innovar y para ser más competitivos. Creo que estamos desaprovechando esta oportunidad que nos ha dado Europa y por tanto, pues es fundamental y yo estoy haciendo muchísimo hincapié durante todos estos meses en que esos fondos vayan a transformar nuestra industria. Porque lo que estamos viendo es que esos fondos han ido al sector público y no han llegado a la economía real, no han llegado a los autónomos, no han llegado a las empresas.

-Los fondos llegan de la comisión a los estados miembros y luego el estado hace convocatorias y también se despliegan a las comunidades. 

-Europa nos ha dado 163.000 millones de euros a España porque somos el país que peor lo ha pasado durante la crisis y que somos los que peor hemos salido, con nuestro PIB más dañado durante la crisis. Y el primer problema es que para hacer el plan nacional de esos fondos, el Gobierno de España no ha contado con las comunidades autónomas, no ha habido cogobernanza; y de ahí vienen ahora los problemas de ejecución. En segundo lugar, queremos transparencia porque, como decía, no sabemos cuánto se ha ejecutado de esos fondos. El Gobierno central es el que lo ha gastado en su mayoría el 80%; cuando vemos los 100 grandes receptores el 80% son las empresas públicas. Además en la ejecución por comunidades, Asturias no sale bien parada, solo ha ejecutado el 23% de los fondos, de un total de 510 millones. Si nos comparamos con Castilla y León nos saca 9 puntos más y cuando nos comparamos con Galicia 23 puntos más. Algo estamos haciendo mal.

-En la campaña ha citado como mal precedente los fondos mineros ¿cree que se están repitiendo errores? 

-Bueno claro. El impacto que han tenido los fondos mineros lo vemos ahora, con casi 50.000 habitantes que han perdido las cuencas en los últimos 25 años.  No podemos cometer el mismo error y menos aún nos lo podemos permitir cuando el declive demográfico en Asturias es enorme, somos la población con la menor tasa de actividad de toda España y la más envejecida, hombre, yo recuerdo esta Asturias industrial pujante. Yo quiero esa Asturias para mis hijos.

-¿La de los 60?

-No, no, después.

-¿La de los 80?

-Cuando yo estudiaba aquí cuando teníamos en Asturias una industria fuerte cuando estaba Alcoa, cuando estaba Arcelor, cuando estaba en cuando estaba Vesuvius. Las industrias de Asturias se han ido poco a poco, ha sido un proceso largo, por falta por falta de inversiones, por falta de empuje, por falta de apoyo del gobierno regional, se han ido todos. Nosotros queremos que la industria se quede y que sea una industria limpia. Efectivamente necesitamos una transición energética, pero hay que apoyar a las empresas en la descarbonización, es muy costosa, muchísimo muchísimo.

-Por ejemplo, las instituciones europeas han hecho un desembolso muy grande, de más de 450 millones de euros, para la planta de DRI de Gijón y en Asturias se ha dado luz verde a los planes ambientales, pero la empresa no da el paso, ¿qué pasa?

- Ah, pero ¿sabes por qué la empresa no da el paso? Porque lo que les interesa, lo que prima hoy en día para la competitividad de la industria es un precio de energía estable, por un periodo largo, que puedan calcular ese coste por diez años. Y por ejemplo en Francia, para la planta de Dunkerque, Francia tiene una propuesta muchísimo más barata durante unos años asegurada por la energía nuclear que aquí la demoniza Teresa Rivera. Bélgica también ha puesto propuesta encima de la mesa para que la planta de Gante disponga de energía estable y barata durante los próximos 10 años, ¿qué pasa con la planta Arcelor de Gijón? Que ahora están pensando pues que no que no tienen esa propuesta encima y eso es fundamental. Otra cuestión es que Europa nos permite dar como compensación del CO2 hasta la cuarta parte en ayudas, el 25% y en España se da mucho menos y a esto se agrava si no hay Presupuestos Generales del Estado. Los demás Estados miembros están apoyando a esa industria y nosotros tenemos las mismas herramientas y no las estamos aprovechando. Una herramienta es la reforma del mercado eléctrico, que sí pueden usar la energía nuclear mientras nosotros la desmantelamos; y también las compensaciones de CO2, y eso bajaría el coste de energía.

-Aquí hay dos cuestiones, ¿defiende abrir nuevas centrales nucleares, dónde? Y por otra parte, la cuestión en Francia en buena medida es que el Estado controla la compañía eléctrica y puede fijar la tarifa por cuestiones de estado o estratégica. ¿Vería bien que el Estado controlara una compañía eléctrica en España?

-Ya te digo que ahora mismo con el mecanismo que se ha aprobado en la Unión Europea no hace falta. Tú puedes hacer contratos bilaterales, se pueden asegurar mejores precios de la energía, con energía renovable y con la energía nuclear. Nosotros no estamos diciendo que haya que construir más centrales nucleares, sino que se mantengan las que hay abiertas hasta que tengamos energías renovables, almacenamiento energético, u otras energías de respaldo. En el caso de Asturias la descarbonización está siendo muy complicada porque al cerrar las térmicas la producción de energía renovable es muy baja. Aquí se ha desmantelado la central térmica de Lada y la central térmica del Soto de la Barca sin que se haya decidido una alternativa, a lo mejor lo puedes conectar con eólica o con biomasa. Pero sólo se han desmantelado.

-Acabamos de hablar de intervención en el caso de la tarifa eléctrica en Francia. El cierre de las térmicas en Asturias, que se ha llevado a cabo de forma bastante cuestionable y sin alternativas, fue en todo caso una decisión de empresas privadas. ¿Debe la administración poder intervenir en estos casos para pararlos, para encontrar alternativas?

-Yo estoy en contra del intervencionismo. Yo creo que la economía tiene que ser una economía libre de mercado, pero hay que apoyar a las empresas en esos planes. En otros países se ha decidido, no el desmantelamiento sino la hibernación y tú tienes apoyar que esa empresa, por ejemplo, transforme una térmica en una planta de biomasa o en otra planta de energía eólica.

-¿Apoyar no es intervenir?

-No, Alemania está apoyando a las empresas, no las está interviniendo Lo que digo es que desde Europa no nos pedían un desmantelamiento tan rápido. No nos han pedido nadie una una descarbonización tan rápida y descontrolada. Nosotros estamos a favor de la lucha contra el cambio climático, los objetivos yo los tengo clarísimos y los llevo defendiendo cinco años pero estoy diciendo una descarbonización que no sea descontrolada que no haya sectarismo ideológico y que no se haga todo con prisas sin con plazos.

-En Europa, en todo el continente, cuando se mira a EEUU o China hay una sensación de haber perdido el paso, de que avanzan más. Y hay regreso al proteccionismo, con EEUU poniendo aranceles y con fuertes ayudas públicas.

-Yo creo que no es una sensación, es una realidad. Hemos perdido competitividad frente a Estados Unidos y frente a China. En el caso de China controlando toda la cadena de valor de los procesos industriales, y conozco muy bien el ejemplo del sector del automóvil. Frente a eso tenemos a Estados Unidos que está respondido con una propuesta intervencionista y yo creo que en Europa nuestra respuesta debe ser otra, nosotros queremos una autonomía estratégica abierta. Es decir, Europa tiene que ser independiente en aquellos productos o en aquellas capacidades que sean estratégicas, pero siempre que sea posible tenemos que trabajar con otros socios. Yo creo que lo que ha pasado en Europa es que nos hemos despertado, tarde, pero nos hemos despertado, porque hemos ido perdiendo esta competitividad y ahora mismo pues los próximos cinco años es recuperar nuestra autonomía estratégica pero, como digo,  también con otros socios socios viables.

-La cuestión es ¿por qué un trabajador europeo que ha perdido un enorme poder adquisitivo con la inflación y con la guerra, se va  comprar un coche eléctrico europeo muy caro cuando le pone enfrente un coche eléctrico chino por 5.000 o 6.000 euros, ¿qué va a pasar? ¿Se puede evitar eso sin intervención en la UE? 

-Debe ser abierta sí, pero sin competencia desleal y lo que está haciendo China es competencia desleal. En el caso de los coches hay una investigación abierta  porque han estado subvencionando la producción de coches eléctricos, bajando el precio, para luego aumentar la producción y todo lo que sobra exportarlo a Europa. Nos pasó igual con los paneles solares  y desde enero de este año se están registrando todos los coches chinos que se importan en Europa y se va a calcular, como se ha hecho con otros productos, el arancel correspondiente.

-Más allá de lo local, y entiendo aquí España por local, la cuestión en el continente es qué pasará si hay un crecimiento de la extrema derecha y el PP se abre a colaborar con ellos en las instituciones europeas. Se lo pregunto en particular porque usted viene de un grupo como el liberal muy adverso a eso. 

-Mira, en el PP salimos a ganar las elecciones europeas. Vamos a defender los problemas de los de los españoles y vamos a ser la primera fuerza. En el Parlamento Europeo somos la fuerza mayoritaria, los que presiden la comisión y por tanto como fuerza mayoritaria, vamos a poder marcar la agenda y eso es poner unos límites: que son somos pro europeístas, que somos un partido que gobierna desde la centralidad y somos un partido pro Ucrania. Sólo vamos a hacer coaliciones y pactos con partidos que respeten el Estado de Derecho, que sean europeísta y pro Ucrania. De todas maneras, que me digan a mí si hay algo más ultra que lograr el gobierno por siete votos de un xenófobo como Puigdemont. No hay nada más extremista que haber dado el Gobierno de España, habernos vendido la igualdad de todos los españoles, por siete votos de un prófugo de la justicia. E insisto en que nosotros somos un partido pro Ucrania, quizá no pueda decir lo mismo los socios del gobierno.