Asturias salva sus aguas de la contaminación por nitratos al no tener macrogranjas
ASTURIAS
Greenpeace señala al Principado como una de las regiones con los mejores resultados en las mediciones realizadas en 2023, en las que un 49% de las aguas superficiales sí estaban contaminadas
21 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Asturias vuele a ser una de las comunidades con los mejores resultados en los niveles de contaminación de sus aguas según las últimas mediciones de la Red Ciudadana de Vigilancia de Nitratos, que vuelven a confirmar el mal estado de las aguas en España: un 61% de las mediciones realizadas en aguas superficiales como ríos o lagos presentaban contaminación por nitratos, un 54% en el caso de las aguas subterráneas y un 13% en las de las aguas de consumo.
La Red Ciudadana de Vigilancia de Nitratos es una iniciativa popular impulsada por Greenpeace para el control de la calidad de las aguas que lleva funcionando desde 2021 con la participación de unos 30 colectivos y presencia en todas las comunidades autónomas. En 2023 se realizaron más de 1.300 mediciones, casi el doble de las efectuadas en años anteriores.
En Asturias se realizaron 95 mediciones y los resultados obtenidos están muy por debajo de los valores medios del conjunto de las comunidades autónomas. El valor más alto en Asturias se alcanza en las aguas superficiales: un 48,98% están contaminadas por nitratos. Solo otras cuatro comunidades (Aragón, Cantabria, Canarias y Madrid) presentan valores aún más bajos que Asturias, que pone el marcador a cero en el caso de las aguas de consumo, al no hallarse nitratos en las mediciones realizadas como en Andalucía, Canarias Cantabria, Extremadura, Madrid y Murcia.
La contaminación de las aguas subterráneas, una de las grandes preocupaciones según se subraya desde Greenpeace al ser reservas estratégicas del agua, también es muy baja en Asturias: un 6,25% frente a ese 61% que se alcanza en el conjunto de España. No obstante, en tres comunidades (Euskadi, Madrid y Extremadura) el valor se queda en cero mientras que en otras nueve los resultados indican una contaminación por encima del 50% de las mediciones: Baleares (100%, aunque con muy pocas mediciones), Galicia (75%), Aragón (72%), Castilla y León (68 %), Andalucía y Navarra (62%), Murcia (57%), Comunidad Valenciana (56%), La Rioja (55%) y Castilla-La Mancha (52%).
El informe de Greenpeace destaca que Asturias y Cantabria siguen siendo las regiones con los mejores resultados al tener un modelo de agricultura y ganadería mucho menos intensivo frente a las macrogranjas que se localizan en otras comunidades, lo que parece confirmar que, a menor presión sobre las aguas, menor contaminación. En este sentido, también se analiza la evolución de las explotaciones de ganadería industrial que están obligadas a declarar sus emisiones en el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes, constatándose que en menos de 10 años las macrogranjas se han incrementado en un 135% hasta alcanzar 3.681 en 2022, que son los últimos datos disponibles.
El 86% de las explotaciones ganaderas industriales que declaran sus emisiones son de porcino mientras que las macrogranjas de bovino siguen exentas —«sorprendente e inexplicablemente», según Greenpeace— de declarar sus emisiones y no es posible conocer su evolución.
«La contaminación del agua por nitratos es un problema que se arrastra desde hace más de 30 años y, en vez de mejorar, empeora. Las medidas adoptadas hasta ahora han sido más que insuficientes porque no van a la raíz del problema: la expansión de la agricultura y la ganadería industriales. Si no actuamos ahora, peor que las multas será no poder beber agua. Reducir el uso de fertilizantes, la cabaña ganadera en intensivo y adoptar una dieta donde predominen los alimentos de origen vegetal es vital», aseguran desde Greenpeace, donde recuerdan que la última sentencia condenatoria del Tribunal de Justicia de la UE por el incumplimiento de la directiva de nitratos exigía la adopción de medidas en Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Murcia, «precisamente aquellas comunidades en las que la presión de la ganadería industrial más se ha incrementado en los últimos años».