Sumar apacigua los ánimos con Barbón y pide «unión» frente a deslocalizaciones como la de Saint Gobain

ASTURIAS

El diputado Rafael Cofiño llevará al congreso una iniciativa contra los traslados de sede de empresas
16 may 2024 . Actualizado a las 14:31 h.Ni tirios ni troyanos se explican cómo estalló ayer un conflicto entre el Gobierno del Principado y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a cuenta de la visita de la también vicepresidenta a la plantilla de la línea de parabrisas para coches (Sekurit) de Saint-Gobain en Avilés. Trabajadores que se manifestarán esta tarde (a partir de las 18.00 horas, partiendo de la Plaza del Vaticano).
El desencuentro se fraguó por la imposibilidad de concertar una cita entre la ministra y el presidente --que ayer tenía un pleno ineludible en el parlamento-- y las declaraciones de Díaz señalando que no tenía competencias para afrontar el cierre. Fuentes del equipo de la ministra citadas por la televisión autonómica indicaron que Barbón y Díaz se reunirá el próximo 30 de mayo. Este jueves las llamadas han sido la calma entre los grupos y poner el foco en las reclamaciones de los trabajadores.
En este sentido el diputado de Sumar por Asturias, Rafael Cofiño, recalcó que la encuentro de la plantilla con la ministra había sido positivo y que de él se debía extraer «la necesidad de la movilización de la sociedad civil y de todas las fuerzas políticas asturianas para seguir solucionando el conflicto» así como que se señalara que el Ministerio de Industria de interceder, que se hará un análisis desde la inspección de trabajo para valorar cuáles son las causas que se presentan para los despidos «y lo tercero, que si hay empresas que han disfrutado de bonificaciones tienen que devolver esas bonificaciones en caso de cierre».
Este es un asunto clave y que gira sobre un amplio debate, que trasciende el marco nacional, sobre las deslocalizaciones. Tan es así que ya a comienzos de semana el eurodiputado asturiano por el PSOE Jonás Fernández reveló que la multinacional francesa Saint-Gobain ha recibido cerca de dos millones de euros en ayudas procedentes de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER) en los últimos diez años para su planta en Avilés. El asturiano remitió una carta al comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, con el respaldo de otros 40 eurodiputados de España, Alemania, Francia, Países Bajos, Italia, Portugal, Austria, Dinamarca y Finlandia, donde le exigen que analice pormenorizadamente las ayudas recibidas por la compañía y si su decisión de cierre es compatible con los propósitos expresados por el Ejecutivo comunitario.
En este sentido, el diputado de Sumar indicó también, que dentro su labor en el Congreso «se registrará probablemente la próxima semana una proposición de ley en relación con proteger los derechos de personas trabajadoras ante procesos de deslocalización. Necesitamos contar con una legislación fuerte frente a las deslocalizaciones y tenemos un ejemplo en Francia, con leyes en este sentido».
Malentendidos y llamadas
Y, sin embargo, y aunque lo cierto es que todos los implicados están de acuerdo en el fondo, en las formas e incluso la estrategia para afrontar el conflicto laboral en Avilés, lo cierto es que miércoles estalló un conflicto que nadie termina de explicarse y que llevó a última hora de la tarde a Barbón a lamentar en público que Díaz hubiera «aporreado al Gobierno asturiano».
Distintas fuentes de los partidos implicados --y son todos los que forman los gobiernos no sólo de Asturias sino del país, ya que tanto en la administración autonómica como en la estatal los ejecutivos se componen de una coalición-- creen que hubo algún malentendido que fue creciendo a medida que pasaban las horas y que «faltaron llamadas».
Lo cierto es que Díaz apeló de forma muy rotunda en Avilés que había tratado de reunirse con el presidente asturiano «porque las competencias radican aquí, y si desde luego sumamos y actuamos conjuntamente, podemos impedirlo. Yo lamento muchísimo, lo he dicho a la presidenta y a los miembros del comité, no tener competencias en este expediente». Pero desde el Principado se interpretó que no se valoraban la labor que lleva a cabo el gobierno regional en la búsqueda de una solución y además se insistió de forma vehemente en que habían tratado de ofrecer todo tipo de alternativas (incluyendo cambios en la agenda del presidente) para tratar de acordar un encuentro entre Barbón y Díaz que, siempre según los asturianos, el equipo de la ministra despachó con displicencia aduciendo que no podían cambiar los billetes de avión.