Los productos aztecas echan raíces en Asturias de la mano de Yolka Granja: «Vinimos un poquito a la aventura»
ASTURIAS
Edmundo Ortuño y Lorena Poncela se mudaron al Principado con otra idea, sin embargo, a día de hoy aseguran que «el proyecto sigue creciendo y no va a dejar de hacerlo con más cultivos»
12 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El secreto mejor guardado de Castiello de la Marina está en las raíces de México. En esta parroquia de Villaviciosa es donde Edmundo Ortuño, de México, y Lorena Poncela, de Valladolid, cultivan su negocio desde 2016. La pareja entró a formar parte de un sector común en el Principado pero marcando una clara diferencia, sus productos aztecas.
Los colores que decoran las fruterías y mercados de los barrios son los de las cebollas, las lechugas, tomates o calabacines, sin embargo, no es común el rojo del chile chiltepín o el verde de un tomatillo. Esta pareja que decidió afincarse en Asturias aporta una agricultura diferente desde su huerta directa a los mercados. Ella lo tenía claro y él, que es ingeniero agrónomo, confiesa que lo hizo «por seguirla a ella». Comenta también que mudaron toda su vida, él desde otro país y ella desde otra comunidad «un poquito a la aventura, nuestro plan era montar una granja».
La variedad que cultivan no entiende de fronteras y además de las hortalizas extranjeras como verdolaga, huauzontle, nopal, ruibarbo, lemongrass y todo tipo de chiles como jalapeño, poblano, serrano, habanero, chilaca, güero y catarina, tienen también cebollas, puerros, ajos, berzas o kale, entre otros. Estos alimentos los distribuyen mediante venta directa, a través de algunos comercios en Gijón y en la plaza de abastos los miércoles de mercado en Villaviciosa.
Cuando empezaron en una casa les pilló el invierno y comenzaron con hortalizas locales de esa temporada, con la idea de adaptar su producción para asegurar su cultivo correcto y productos frescos, defendiendo el consumo sostenible y de temporada, por ello su negocio tiene la certificación ecológica. Edmundo asegura que «el proyecto sigue creciendo y no va a dejar de hacerlo con más cultivos».
Edmundo y Elena se afincaron y echaron raíces en Asturias, en todos los sentidos. Sus productos aportan una paleta de colores a las despensas de sus clientes y multiplican las opciones gastronómicas para desmarcar los límites a las recetas de los hogares asturianos ni a su agricultura ecológica.