El agua de las playas asturianas se prepara para batir los récords de temperatura del verano pasado

Elena G. Bandera
E. G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

Un hombre camina por la playa de San Lorenzo de Gijón, en un día nublado del verano del año pasado
Un hombre camina por la playa de San Lorenzo de Gijón, en un día nublado del verano del año pasado Alberto Morante

Los valores medios registrados en el primer trimestre de este año son los más altos de la última década

13 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La temperatura del agua de playas asturianas como la de San Lorenzo, en Gijón, ya marcaba por encima de 13 grados en los primeros días de abril. Por encima de los registros medios que, en estas mismas fechas se alcanzaban en 2023, el más caluroso con diferencia de la última década para las aguas que bañan las costas asturianas.

Tomando como referencia la playa de San Lorenzo, donde en junio del año pasado la temperatura del mar superaba prácticamente los 20 grados por primera vez, los valores medios registrados en este primer trimestre de 2024 siguen la misma tendencia y son incluso más altos que los de 2017, otro año de referencia para las aguas cantábricas por anomalías cálidas.

Y muy por encima de los valores registrados en 2022, un año en el que la temperatura del mar batió recórds en las zonas marítimas circundantes a España, con un aumento del 0,7% sobre el primedio de la serie histórica comprendida entre 1981 y 2011. Según los datos recabados por SeaTemperature.info, las temperaturas medias de los meses de enero, febrero y marzo del año pasado vienen rozando los 13 grados, medio grado más que la media de los últimos años y 0,3 grados por encima de los valores del año pasado.

La temperatura media de abril de 2023, cuando el mar inició su progresivo calentamiento en la costa asturiana, es la más alta de los últimos años con 13,5 grados, casi medio grado más que la media de la última década. Fue de hecho en este segundo trimestre del año cuando las temperaturas medias experimentaron el año pasado un aumento aún más considerable, marcándose las más altas de los últimos años también en los meses de mayo y junio, con 15,1 y 17,9 grados, respectivamente.

En junio la media del mes de la última década se sitúa en 17 grados, con lo que se registró casi un grado más. Y, en los meses del verano tradicional, esa diferencia aumentó incluso más: un grado más en julio llegando a una media de 20,2 grados —solo en 2017 se alcanzó una temperatura media de 20,1—, 1,7 grados más en agosto con 21 de media frente a los 20,7 de los valores de la última década y 0,8 grados más en septiembre, manteniéndose una media de 20 grados por los 19,2 que se venían registrado en los últimos 10 años.

Un hombre se refresca en una ducha en la Playa de San Lorenzo, en Gijón
Un hombre se refresca en una ducha en la Playa de San Lorenzo, en Gijón Juan González | EFE

A partir de octubre, con una temperatura media de 18,8 grados que también está muy por encima de la media de la última década, el único mes en el que se registró el año pasado un descenso frente al año anterior fue diciembre, con una temperatura media de 14,3 grados por los 14,4 marcados en 2022.

Dos perros jugando en la Playa de San Lorenzo de Gijón, en noviembre
Dos perros jugando en la Playa de San Lorenzo de Gijón, en noviembre Eloy Alonso | EFE

Este año, en el contexto de la emergencia climática, se mantiene la tendencia de que la temperatura media de cada mes rompa récords y marzo ya es el décimo mes consecutivo más cálido jamás registrado, según confirma Copernicus, el programa de observación y monitorización de la Tierra de la Unión Europea. 

El año pasado, cuando las aguas de San Lorenzo y otras playas asturianas superaban los 20 grados de temperatura en junio, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) explicó que dicha anomalía se debía a una ola de calor poco habitual en todo el Atlántico Norte, recordando que las altas temperaturas oceánicas a escala global que se estaban registrando venían dadas por el fenómeno de El Niño, cuyos efectos se vienen intensificando por el cambio climático y que próximamente dará pasó a La Niña, esperándose una temporada muy activa de huracanes.

También recordaban que un calentamiento de las aguas oceánicas dañan los ecosistemas marinos como ya ha ocurrido en la costa asturiana con la creciente pérdida de los bosques de grandes algas o laminarias. «Aunque todos los años se baten records climáticos, el salto tan notable de la temperatura superficial en el océano global este año ha pillado por sorpresa por intensidad y extensión», explicaba también entonces César González-Pola, científico del Departamento de Oceanografía Física del Centro Oceanográfico de Gijón.

El biólogo José Manuel Rico, experto en ecología marina y codirector de la cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Oviedo, advertía en esa ocasión, como viene haciendo ya hace años, de las consecuencias de este calentamiento de las aguas «a medio plazo» en los ecosistemas marinos, con especies que buscarán otras aguas menos cálidas como ya está ocurriendo. O lleguen otras, suponiendo una amenaza para las locales si son invasoras.

Desde Meteored indicaban recientemente que, entre las causas de las anomalías cálidas récord en las aguas del Atlántico, ya hay científicos del clima que no descartan que se trate de un posible punto de no retorno en el comportamiento del sistema climático.