Un cubo para medir las sensaciones físicas y emocionales del paciente

Marcos Gutiérrez REDACCIÓN

ASTURIAS

Cubolab
Cubolab

Un equipo interdisciplinar liderado por la asturiana María González ha creado el dispositivo CuboLab, que se ha hecho con el galardón de Innovación enfermera en los III Premios de Investigación del Consejo General de Enfermería y ayuda a mejorar la comunicación entre el personal sanitario y los enfermos, tanto ingresados como en domicilio

08 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un dispositivo para hacer más sencilla la interacción entre pacientes y auxiliares técnicos sanitarios durante un ingreso. Esto es, precisamente, CuboLab, un dispositivo de comunicación directa que se ha hecho con el galardón de Innovación enfermera en los III Premios de Investigación del Consejo General de Enfermería.

Se trata de un desarrollo creado por la profesora en la Facultad de Enfermería de Gijón María González. La investigadora principal de este proyecto, nacido hace un año en la cátedra Medialab de la Universidad de Oviedo, señala que la idea pasa por mejorar la comunicación entre personal sanitario y los propios pacientes.

Resalta que se trata de «una idea que surgió entre un equipo interdisciplinar» formado por ingenieros y profesionales sanitarios para «transmitir de manera remota dolor o incluso emociones sin tener que utilizar un dispositivo electrónico».

María González, investigadora principal del proyecto
María González, investigadora principal del proyecto

El diseño es el de un cubo, en el que cada una de sus caras se asocia a un color (del verde al rojo) y un dibujo (de una cara que sonríe a una enfadada u otra que llora) y un número del 0 al 5. Cada una de esas imágenes se corresponde con escalas del dolor como la escala wong baker o la facial affective scale.

González explica que «la cara que queda en la parte superior se transmite a una base de datos donde el profesional puede ver el registro y, de manera inmediata, puede saber cuál es el dolor que tiene esa persona». De este modo, «pacientes que están en su domicilio no tienen que llamar a la consulta para pedir una cita o que le vean» y, además, el profesional dispone de un «registro evolutivo»

Gracias a CuboLab la enfermera puede recibir de inmediato la información aportada por el paciente en su teléfono móvil. En esta línea es un sistema de monitorización del dolor, no solo físico sino también emocional. «El paciente puede utilizarlo como herramienta para ir moviéndolo a lo largo de su ingreso», añade la responsable del proyecto.

En esta línea ayuda a comprobar cuestiones tales como «si la analgesia ha tenido su efectividad o si realmente la persona tiene un dolor, sin que llegue a ser insoportable».

CuboLab buscar erigirse en un dispositivo fácil de utilizar por toda la población, incluidos niños y ancianos. González, también integrante del grupo de investigación de Farmacología de las dianas terapéuticas del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado, apunta que «el mayor beneficio es que se puede registrar como si fuese cualquier constante vital». Asimismo, «hay un registro evolutivo que a día de hoy no se tiene o se está haciendo a través de apps».

Considera que gracias al reconocimiento obtenido en los Premios de Investigación del Consejo General de Enfermería «el acceso a las instituciones nos está resultando un poco más fácil». «Ahora estamos con la burocracia y haciendo mejoras en el dispositivo, que ya se puede utilizar y es seguro», concluye.