Un camionero afectado por las protestas en Francia: «No me tiraron la mercancía porque llevaba patatas francesas para España, aunque me la revisaron»

Marcos Gutiérrez

ASTURIAS

Javier Crespo, un camionero gallego, con 32 años de experiencia en el sector,
Javier Crespo, un camionero gallego, con 32 años de experiencia en el sector,

Javier Crespo, profesional con «32 años de experiencia en la ruta», estuvo retenido 24 horas en Arrás, tras salir de Dunkerque el pasado viernes. «Los gendarmes y las autoridades no nos dieron nada... al contrario», lamenta

06 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cientos de camioneros y transportistas españoles padecieron en el país vecino un buen número de ataques y retenciones por parte de agricultores franceses, como consecuencia de los bloqueos que éstos llevaron a cabo las dos pasadas semanas para reclamar ayudas ante la subida de los costes, el incremento de las importaciones y la carga burocrática, entre otras cuestiones.

Recientemente el comisario europeo del Mercado Interior, el galo Thierry Breton, calificaba dichos ataques de «inaceptables» e «inadmisibles». Javier Crespo es un camionero gallego, con 32 años de experiencia en el sector, que trabaja para una empresa almeriense y que ha sido testigo de la tensión que se ha llegado a vivir en las carreteras francesas.

«Salí de Dunkerque y me retuvieron el viernes pasado en Arrás, un poco por encima de París», recuerda. Este profesional sufrió una parada total de «24 horas en las que no nos pudimos mover». «A mí no me tiraron la mercancía porque llevaba patatas francesas para España, aunque me la revisaron», matiza.

Crespo explica que «a todos los que traían mercancía de España e iban para Holanda e Inglaterra sí se la tiraron». Insiste en que «hubo tensión por parte de los franceses, porque los camioneros españoles colaboraron en todo momento». Sin embargo sí recuerda un episodio más complicado, protagonizado por «un camionero lituano que había cargado en España y con el que sí hubo bastante tensión, porque le tumbaron el camión».

Este transportista comenta que, una vez superadas las retenciones, el problema fue el de la densidad del tráfico. «Después lo que pasó es que nos metieron por vías departamentales y lo que normalmente hago en nueve horas tardé 17», apunta. Se trata de carreteras que estaban «muy colapsadas de camiones, con pueblos muy estrechos, no había donde aparcar...».

Explica que en la empresa para la que trabaja «dilataron la descarga, porque tenía que hacerlo el sábado y al final fue el lunes». No obstante, lamenta que como trabajan «a kilómetros son dos días que se pierden». Resalta que, a la hora de afrontar las horas muertas en la ruta, parados y sin nada que hacer, él contaba con «transformador, microondas y comida», ya que «son 32 años en la ruta y cuando anunciaron que iba a haber huelga hubo que aprovisionarse de todo».

El resto de camioneros menos previsores salieron adelante «con la ayuda de unos y otros». «Al que no tenía agua se la dabas, al que no tenía comida se la calentabas en el microondas, daba igual la nacionalidad», apunta. Eso sí, lamenta que «los gendarmes y las autoridades no nos dieron nada... al contrario».

Ahora la situación en las vías del país vecino parece normalizada. «Salí el viernes de Almería y no me encontré nada; estaba todo perfectamente limpio», relata. El viernes 2 de febrero, un día después de las medidas anunciadas por el primer ministro francés, Gabriel Attal, los agricultores empezaron a levantar sus bloqueos en las carreteras del país. Eso sí, dejando la advertencia de que si no se cumplen las promesas emitidas desde el Gobierno galo volverán a la carga.

De momento «ni las empresas ni los conductores» saben de la posibilidad de que vayan a reanudarse las protestas en el corto plazo. «Eso sí, a la vuelta me van a pillar en España retenciones», explica Javier Crespo, en referencia a los paros patronales anunciados para el sábado 10 de febrero por la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte de Mercancías por Carretera.

«Yo ahora voy para Inglaterra y no sé cómo estará la cosa en Holanda y Bélgica, porque habrá cortes, aunque allí son más civilizados que los franceses», concluye este profesional.