Cogersa espera duplicar la tasa de reciclaje de Asturias con la nueva planta de tratamiento de los residuos que acaban en la bolsa negra

E. G. B. REDACCION

ASTURIAS

Inauguración de la nueva planta de tratamiento de la fracción resto en Cogersa
Inauguración de la nueva planta de tratamiento de la fracción resto en Cogersa Paco Paredes | EFE

Barbón inaugura las nuevas instalaciones que, tras una inversión de 62 millones de euros, permitirán extraer buena parte de las miles de toneladas de basura que generan los municipios asturianos para avanzar en la economía circular

18 ene 2024 . Actualizado a las 17:37 h.

La nueva planta de tratamiento de la fracción resto —conocida como la bolsa negra— del Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa), la «más moderna» de España por su alto nivel de automatización y capacidad de recuperación, permitirá duplicar la tasa de reciclaje del 24% que se registró en el Principado en 2023 y acercarse al objetivo del 55% que establece la ley para 2025. Esta planta, que lleva un par de meses en pruebas y desde principios de año plenamente operativa tras dos años de obras, es «la rampa de salida» para el despegue de la economía circular en Asturias, como destacó el presidente del Principado, Adrián Barbón, durante la inauguración oficial de las instalaciones en el complejo de Cogersa en Serín.

Con una inversión de 62,5 millones de euros procedentes de fondos propios del consorcio, la nueva planta tratará miles de toneladas de residuos procedentes de la bolsa negra que se generan cada año en los municipios de Asturias «para adaptarse a los nuevos retos y las exigencias legales» establecidas por la Unión Europea. Con capacidad para tratar más de 340.000 toneladas al año -que hasta ahora se depositaban en el vertedero-, las previsiones apuntan a que permitirá recuperar mediante sistemas automatizados hasta 80.000 toneladas de plásticos, metales, papel-cartón y vidrio, así como otras 40.000 toneladas de material orgánico bioestabilizado.

En esta primera fase de explotación, en la que trabajan más de 60 personas, el rendimiento de la nueva planta ya está superando el 60% de su capacidad. Las obras se iniciaron en junio de 2021 y se desarrollaron en plazo, como destacó la presidenta de Cogersa y consejera de Transición Ecológica, Nieves Roqueñí, pese a la compleja situación que supuso la pandemia de coronavirus y la escalada de precios derivada de la guerra de Ucrania.

La consejera de Transición Ecológica quiso también felicitar a la empresa ourensana Valtalia, adjudicataria de la construcción de la planta, por su «magnífico desempeño» en unas obras en las que participaron hasta 68 empresas y de media trabajaron 70 personas llegando, en algunos meses, hasta las 150.

Camiones descargan basura en la planta de tratamiento de la fracción resto de Cogersa
Camiones descargan basura en la planta de tratamiento de la fracción resto de Cogersa

Si Cogersa trata cada año unas 450.000 toneladas de residuos municipales, alrededor de 107.000 proceden de recogidas separadas a través de los contenedores de envases, papel-cartón, vidrio, materia orgánica, residuos vegetales y otros reciclables que se depositan en los puntos limpios.

Planta de tratamiento de la fracción resto de Cogersa
Planta de tratamiento de la fracción resto de Cogersa

Con la nueva planta, se duplicaría la actual tasa de reciclaje del 24% hasta situarse en el 50%, aunque tanto Barbón como Roqueñí, quisieron hacer hincapié en que «el camino para pagar menos por el tratamiento de la basura es reciclar más en nuestros hogares». Roqueñí, de hecho, explicó que la heterogeneidad de los residuos, en buena parte reciclables, que llegaron a la nueva planta complicó el periodo de pruebas para su puesta en marcha y recordó que el reciclaje «les sale gratis a los ayuntamientos», ahondando con ello en el llamamiento a la ciudadanía para que reciclen en sus hogares.

Las nuevas instalaciones, que ocupan 81.000 metros cuadrados en cinco naves con 5.300 paneles solares, también servirán para fabricar 150.000 toneladas de combustible sólido recuperado (CSR) para su incineración o valoración química. La instalación cuenta con equipos punteros en el tratamiento de residuos y la automatización de procesos a través de sistemas de última generación dotados con sensores de alta resolución que permiten identificar y separar una amplia gama de materiales, por ejemplo todo tipo de plásticos.