El gobierno regional está decidido a impulsar una nueva industria vinculada con los nanosatélites y los motores cohete
09 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Parece ciencia ficción, pero es solo ciencia. Y tal vez sea posible que Asturias produzca tecnología espacial o, al menos, esta es una de las ambiciones de la consejería de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo. Para ello, ha reservado en su presupuesto de 2024 unos 600.000 euros que se destinarán a crear dos bancos de pruebas: uno para nanosatélites y otro para motores cohete.
En definitiva, según el proyecto, se trata de aprovechar el actual interés por la digitalización para «implementar tecnologías de las que ahora carece Asturias, vinculadas a la industria espacial».
El primero, el banco de nanosatélites, busca «integrar todas las capacidades necesarias para una simulación orbital completa (control de orientación, simulador solar, simulador de campo magnético, vacío, medidor de empuje para propulsión) cubriendo a su vez las necesidades actuales para desarrollar tecnología satelital que se integra en redes de comunicaciones avanzadas de apoyo al 5G e IoT».
En cuanto al segundo proyecto, lo que se quiere es desarrollar y probar motores de cohetes diseñados específicamente para satisfacer las necesidades de la industria espacial enfocada en lanzamientos de pequeña escala, es decir, precisamente esos mismos nanosatélites.
Eso incluye «cubrir las necesidades más demandadas actualmente del sector: las actividades en órbita y las fases inferiores y superiores de los pequeños lanzadores con empujes de entre 1kg y 20kg de fuerza», así como facilitar la obtención de las certificaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA).
¿Qué es lo que busca, en realidad, el Gobierno asturiano con este proyecto? Según consta en sus fundamentos, la idea tiene los pies muy en la tierra. Sus objetivos declarados son «atraer la industria espacial a Asturias, potenciar actividades espaciales en los centros de la región, atraer financiaciones europeas y de la Agencia Espacial Europea para fomentar la industria» con el fin de reconvertir parte de la industria del metal para aplicaciones espaciales, como sería la calderería pesada para desarrollo de nuevos cohetes.
Este sería el punto de partida para posicionar Asturias «junto a Galicia, Cataluña, Andalucía y Madrid como comunidad autónoma del New Space», dicen los responsables del proyecto, así como favorecer el conocimiento de este ámbito en la Universidad de Oviedo, que en realidad carece de una escuela de ingeniería aeronáutica.
Cuando se adjudique este contrato, los ganadores deben aportar, en primer lugar, el capital humano: profesionales y especialistas adecuados. A partir de ahí, debe fijar objetivos de investigación y desarrollo «para dar respuesta al reto descrito y la demostración de su factibilidad e impacto sobre el territorio del Principado de Asturias y sobre el mercado de satélites».
La consejería que dirige Borja Sánchez ya realizó en 2022, a través de la dirección general de Innovación, Investigación y Transformación Digital, una consulta preliminar del mercado (CPM) como fase preparatoria de una eventual contratación pública, para obtener información sobre la capacidad del mercado, el estado de la ciencia y tecnología, así como para informar a los operadores económicos sobre los proyectos y los requisitos de posibles futuras contrataciones. El límite es el cielo.