Protestas de la plantilla de ALSA por la inseguridad en las estaciones y el despido de un trabajador tras una agresión en Gijón

ASTURIAS

PACO RODRÍGUEZ

Los trabajadores se manifestarán el jueves 14 de diciembre frente a la estación de Oviedo y, al día siguiente, en la gijonesa

08 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los trabajadores del grupo ALSA han organizado varias protestas por lo que consideran una creciente falta de seguridad en las estaciones de autobuses de Oviedo, Gijón y Avilés. La próxima está prevista para el jueves 14 de diciembre frente la estación de Oviedo, a las tres de la tarde, y habrá otra al día siguiente, a las tres menos cuarto, frente a la de Gijón. Los representantes de los trabajadores creen que la seguridad va a menos tanto para los usuarios como para los propios empleados, y esto es especialmente acusado en Gijón, donde han ocurrido «atropellos, incendios, agresiones, etcétera».

Esta estación tiene «unas instalaciones totalmente obsoletas donde existen importantes problemas estructurales que afectan a la seguridad», entre ellas, «una puerta de acceso que incumple la normativa de evacuación». Además, denuncian deficiencias en la gestión de los recursos en un espacio «sin información, sin megafonía, sin consignas, sin sala de espera» o con «dársenas compartidas entre varios autobuses, donde es habitual que los viajeros pierdan su autobús por no saber dónde colocarse». A esto se suma la falta de personal de seguridad (consideran que un solo vigilante es insuficiente). Muchas veces, todo esto hace que los usuarios tengan una actitud hostil que acaban pagando con el personal.

Estas denuncias vienen de atrás, pero lo que ha provocado que la plantilla diera un paso más fue el despido de Juan Corte, trabajador de la empresa Ebrobús y responsable del Sector de Carretera por el sindicato CSI, que llevaba 34 años en la empresa, tras un incidente en la estación de autobús.

Corte se encargaba del servicio directo entre Oviedo y Gijón. Según explica, el día 15 de septiembre estaba en Gijón a las seis y media de la tarde y había gente haciendo cola para subirse al autobús. Una mujer le pidió que abriese el maletero y bajó. Entonces, oyó a un «drogadicto» discutiendo con gente de la cola, y asegura que el joven le propinó un puñetazo y le escupió en la cara entre insultos. «Te voy a pinchar», dijo, echó la mano al bolsillo y añadió: «Ven pa acá que te voy a rajar».

En ese momento, según Corte, llegó el guardia de seguridad. «Yo estaba esperando a que el guardia me lo quitase de encima, pero se quedó parado; él siguió viniendo hacia mí y me escupió», relata el trabajador. Corte le quitó entonces la porra al guardia, que seguía paralizado, y sacó al joven hacia atrás: «Mientras yo pueda defenderme no me vas a pinchar». Todo terminó y se volvió a subir al autobús. El caso es que el trabajador quería denunciar al joven y unos días después llamó al guardia de seguridad, pero no lo había identificado y no pudo presentar la denuncia.

Para su sorpresa, la empresa le abrió un expediente el 5 de octubre. Continuó trabajando pero el 10 de noviembre le llegó el despido por burofax. Tres días antes ya se lo habían notificado a sus delegados. Le acusaron de golpear a un viajero y de dejar al guardia de seguridad sin defensa. Juan Corte considera el despido «una locura», y espera que lo restituyan en su puesto de trabajo. No obstante, y por eso defiende las manifestaciones, lo principal es que «los problemas siguen estando ahí» y es necesario, a su juicio, dar pasos firmes para mejorar la seguridad de las estaciones.