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Tal vez ustedes se hayan preguntado lo mismo algunas o muchas veces. ¿Por qué el 90% de los chefs conocidos y reconocidos son hombres? ¿Por qué al frente de las cocinas en los mejores restaurantes están hombres? En casa, sin embargo, quienes suelen cocinar de lunes a viernes son ellas, las mujeres; tal vez los siete días de la semana. O dediquen buena parte del tiempo del sábado y domingo a cocinar para toda la semana, no digamos si hay estudiantes universitarios que llevan tuppers.
Es raro o curioso, cuando menos. ¿Por qué no hay un mayor porcentaje de mujeres chefs en los restaurantes? (Me pasa lo mismo con los ginecólogos, me pregunto ¿por qué hay tan pocas mujeres ginecólogas si ellas ya son mujeres?). Vale, no sé si esta reflexión viene a cuento ahora.
Me consta que este alto porcentaje de chefs masculinos sorprende porque lo he oído en varias conversaciones. Pero nadie, que sepa, ha dado aún una respuesta satisfactoria. Una explicación. Puede que ahora, entre los más jóvenes, ese porcentaje ya no sea tan desigual, pero la mayoría aún siguen siendo hombres. Hay, quizá, más mujeres en la repostería, que también es un arte, y forma parte de la cocina.
Por eso el reconocimiento del chef Elio Ferpel a las guisanderas es importante: ellas han sido pioneras. Auténticas heroínas. Quienes transmitieron el verdadero valor de la cocina, desde siempre, desde muy antiguo, la cocina tradicional, esa que forma parte de nuestra identidad y nuestra historia. Han sido ellas (y ellos como que ahora se apoderaron).