Un año de la desaparición de Sandra Bermejo: múltiples hipótesis y ninguna certeza
ASTURIAS
El fallecimiento de la psicóloga madrileña afincada en Gijón, a la que se le perdió el rastro el 8 de noviembre de 2022, ha estado rodeado de muchas incógnitas que no se han podido esclarecer ni con el hallazgo de sus restos en el Cabo Peñas en la víspera de la pasada Nochebuena
25 nov 2023 . Actualizado a las 11:13 h.Sandra Bermejo era una joven madrileña de 32 años afincada en Gijón desde hacía dos años. Psicóloga de profesión. El 8 de noviembre de 2022 se le perdió la pista al no acudir a algunas de sus citas habituales de trabajo y de ocio, aunque su desaparición consta desde el día siguiente, 9 de noviembre, al ser el día en el que se interpuso la denuncia ante la Policía Nacional. Durante un mes y medio se barajaron diversas hipótesis sobre su desaparición, cobrando especial relevancia la idea de que se trataba de «una desaparición voluntaria» por parte de la joven. La investigación dio un vuelco el 23 de diciembre, la víspera de la pasada Nochebuena, cuando se hallaron unos restos humanos en el entorno del Cabo Peñas, zona en la que se la buscaba desde unos días después de su desaparición al ser hallado allí su coche y, más tarde, aparecer una camiseta en unas zonas rocosas. Aunque la primera evaluación forense descartó que los restos fueran los de Sandra Bermejo, el 4 de enero se conocía que los resultados del ADN confirmaban que se trataba de la joven psicóloga.
El caso es que un año después de la desaparición de Sandra Bermejo sigue sin haber certezas sobre las circunstancias de su fallecimiento más allá de que el informe forense determinara que falleció por «traumatismo por precipitación», es decir, por las heridas que sufrió al caer desde una altura considerable, como la que hay en los acantilados del Cabo Peñas. Durante la búsqueda cuando desapareció, la posterior investigación cuando se confirmó que se trataba de sus restos y hasta que se archivó el caso el pasado mes de junio, han sido diversas las hipótesis que han barajado las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Desaparición accidental
Cuando dos días después de su desaparición se localizó su coche en el aparcamiento del Cabo Peñas, se inició la búsqueda de la madrileña por el entorno y se trataba de determinar la última señal de su teléfono móvil, los investigadores barajaron la posibilidad de que Sandra hubiera sufrido un accidente e, incluso, de que alguna otra persona estuviera relacionada con el caso.
Una semana después, la Policía descartaba que hubiera indicios de criminalidad mientras que, a su vez, su entorno familiar, teniendo en cuenta sus planes vitales, descartaba hipótesis como la del suicidio o la de la desaparición voluntaria y apuntaba, más bien, a algo accidental. La nevera de su casa estaba llena y tenía citas planificadas con sus pacientes. La investigación entonces llegó a analizar las horas en las que las cámaras de seguridad habían captado su presencia para determinar si su presencia en el Cabo Peñas era previsible, ya que la joven tenía previsto acudir a clases de teatro a una hora determinada. En el caso de que Sandra llegara a Cabo Peñas poco antes de su cita dejaría ver que no cuadraba su presencia allí con lo agendado.
La tesis de que se subió a un coche
Unos días más tarde, en torno al 21 de noviembre, con todas las hipótesis abiertas, la investigación se dirigía a determinar si Sandra Bermejo se había subido a un coche antes de desaparecer. Eso llevó a los investigadores a revisar las placas de matrícula de los vehículos estacionados en el aparcamiento de la zona el día de la desaparición de la joven. La última localización del móvil de la joven la situaba en todo momento en el Cabo Peñas a eso de las cinco de la tarde. Su vehículo había sido encontrado en el aparcamiento más próximo a la peña La Gaviera, en el vértice que se encuentra tras el faro del Cabo Peñas. En su interior, se hallaron efectos personales como una mochila y su cartera, aunque su teléfono móvil no estaba. Mientras se continuaba la búsqueda en el entorno del Cabo Peñas, la Asociación SOS Desaparecidos hacía entonces un llamamiento a través de sus redes sociales solicitando la colaboración ciudadana a quienes estuvieran el 8 de noviembre entre las 13 y las 18.30 horas en la zona e hicieran fotografías en las que se pudiera reconocer personas o vehículos.
Desaparición involuntaria
Tras 21 días sin dar con su paradero, y al no aparecer ningún hallazgo vinculado con Sandra, como la ropa, ni tampoco su cuerpo, llegó a cobrar fuerza la hipótesis de la desaparición involuntaria. A este respecto, el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, señalaba entonces que si ella hubiera querido desaparecer voluntariamente o se hubiera marchado voluntariamente con alguien, se hubiera llevado el bolso que estaba en el interior del coche, por lo que añadía que la posibilidad de una desaparición voluntaria quedaba «descartada».
La hipótesis del contacto con una «pseudosecta»
Un mes después, la desaparición daba un giro a las hipótesis barajadas por la Policía Nacional, que entonces mantenía que estaban abiertas «todas las hipótesis». Personas del entorno de Sandra Bermejo, que conocían su forma de ser, descartaban la opción del suicidio y planteaban que la desaparición fuera involuntaria. El psicólogo Javier Urra, que fue profesor y jefe de Sandra, llegó a plantear que la joven hubiera podido entrar en contacto a través de las redes sociales con una «pseudosecta» o «grupos que se meten en esos procesos espiritistas». Urra consideró, en este sentido, que una de las hipótesis es que Sandra podría haber sido captada, que habría quedado en la zona del Cabo Peñas con una persona y que por ello «deja el bolso en el coche, sale, entra en el otro coche y posiblemente contra su voluntad haya desaparecido». Además, se daba la casualidad de que el día de la desaparición, el 8 de noviembre, se celebraba el ritual de la luna de sangre, celebraciones «en las que también se utiliza ayahuasca, una medicina tradicional utilizada habitualmente por los chamanes en las celebraciones que a veces se pueden ir de las manos», apuntaba el profesor.
Accidente con terceros
Otra hipótesis de la que se habló fue la de un accidente con terceros. En este sentido, hay que recordar que, durante los rastreos que se realizaron los primeros días de la desaparición de la joven, un hombre se precipitaba por uno de los acantilados y su cadáver apareció unos días después. «Siempre hemos pensando en la intervención de terceros, que pudo ser no forzosa y tratarse de un accidente. La hipótesis de la desaparición involuntaria es lo que barajamos nosotros y también la familia. Y todas las líneas de investigación van en ese camino», dijo entonces el presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, en una intervención televisiva. Sin embargo, un mes después de la desaparición de la joven psicóloga y antes de que aparecieran sus restos, la principal hipótesis de la Policía seguía siendo la «desaparición voluntaria», una tesis sobre la que la familia dijo que «raya el esperpento».
El 23 de diciembre de 2022, víspera de Nochebuena, un pescador encontraba restos humanos en la zona del Cabo Peñas, en concreto, en una zona de playa bajo el acantilado. Inicialmente, y dado el avanzado estado de descomposición del cuerpo, los primeros análisis forenses descartaban que se tratara del cuerpo de Sandra. Justo antes de que se localizasen estos restos humanos Amills había informado de novedades en el caso de Sandra Bermejo. Según el presidente de Sos Desaparecidos, el atestado policial recogía que varios percebeiros vieron tres coches en el párking de Cabo Peñas a las 7.30 horas de la mañana siguiente a la desaparición. Uno de ellos era el de Bermejo y los otros dos están sin identificar. Los pescadores, que tienen licencia para trabajar los lunes, martes y miércoles, se extrañaron por la presencia de los coches. Cuando los percebeiros regresaron, ya solo estaba el coche de Sandra en la zona. Al parecer, entonces no dieron más importancia a lo vivido hasta que conocieron la noticia de la desaparición. En ese momento, comunicaron lo ocurrido tanto a la Policía como a la familia.
Una mujer en una imagen misteriosa
Y mientras se analizaba el ADN de los restos hallados en el Cabo Peñas para determinar si eran o no los de la psicóloga madrileña desaparecida, SOS Desaparecidos difundía una imagen misteriosa de la zona del Cabo Peñas en la que aparecía una mujer en el lugar donde desapareció Sandra Bermejo. Al parecer la imagen fue tomada por un ciclista al día siguiente de la desaparición de la joven, la mañana del 9 de noviembre. La pista de Sandra se había perdido pasadas las 17 horas del día anterior, 8 de noviembre, en los acantilados del norte del litoral asturiano, donde la situaba la última geolocalización de su teléfono móvil. Dado que el físico de Sandra y el de la mujer de la fotografía era «muy parecido», la familia solicitó al Juzgado de Instrucción número 3 de Gijón encargado de la causa que trasladase a la Policía Nacional de Gijón su petición para la realización de una prueba pericial.
El 4 de enero de este año, la familia de Sandra Bermejo recibía un «jarro de agua fría» al confirmar la Policía Científica que los restos humanos hallados el pasado 23 de diciembre en el Cabo de Peñas resultaban compatibles con el perfil genético de la psicóloga madrileña. Sin embargo, para Amills, ejerciendo de portavoz familiar, apuntaba que la investigación policial no despejaba aún las numerosas incógnitas que se abrían para los familiares sobre lo qué le ocurrió a Sandra, familia que rechazaba tanto la idea del suicidio como la del accidente fortuito.
El caso es que el hallazgo de los restos de Sandra Bermejo no despejaba las incógnitas que rodearon su desaparición. Así, dos días después de conocerse el resultado de las pruebas de ADN, la familia pedía que se realizaran todos los análisis necesarios y pruebas complementarias para conocer las causas del fallecimiento, como podría ser un análisis toxicológico, para tratar de esclarecer qué le pudo pasar a la chica.
Unos días después, el Jefe Superior de Policía de Asturias, Luis Carlos Espino Cruz, indicaba que la investigación para esclarecer las causas de la muerte de la psicóloga Sandra Bermejo seguía «abierta», aunque matizaba que hasta el momento no se había encontrado «ningún indicio de que hayan participado terceras personas».
A finales de junio de este año, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 7 de Avilés archivaba la investigación iniciada a raíz de la muerte de la psicóloga madrileña afincada en Gijón. El magistrado dictaba el auto de sobreseimiento al considerar que, con los informes forenses, unidos a las pruebas practicadas, no se disponía de evidencias de que hubieran participado terceras personas en la muerte de Sandra Bermejo. Frente a esta decisión judicial, su familia, no conforme con el sobreseimiento y considerando que la investigación había sido deficiente y que quedaban cabos sueltos, presentó recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Asturias.