Cientos de personas han pasado por la capilla ardiente, instalada en el salón de Plenos de la Casa Consistorial, para despedirse del alcalde más querido y reconocido y mostrar sus condolencias a su familia
13 nov 2023 . Actualizado a las 19:46 h.Mieres es desde el domingo un municipio sumido en la tristeza, en la desolación y en la pena por el fallecimiento de quien ha sido su alcalde más querido y reconocido: Aníbal Vázquez. Más allá de que a nivel institucional se hayan decretado tres días de luto, la muerte de Aníbal ha causado una consternación tal que, cual onda expansiva, se ha extendido por cada pueblo del concejo, superado los límites de este y afectado a toda Asturias. Si bien, donde más se percibe la pérdida del regidor está siendo en la capital del municipio, Mieres del Camino, donde las banderas a media asta, los crespones negros puestos en las puertas o escaparates de cualquier tipo de negocio y hasta un ruido ambiente más atenuado que nunca, dan cuenta del sentir y del respeto de una ciudadanía hacia «el alcalde que más ha mirado por nosotros y más nos ha tenido en cuenta», dice Laurentina Fernández en voz muy baja para mantener el silencio que en todo momento está reinando en la plaza del ayuntamiento pese a la cantidad de gente congregada en ella formando cola para despedirse de Aníbal y mostrar las condolencias a la familia.
Un silencio que se mantiene en el salón de plenos del ayuntamiento, donde se ha instalado la capilla ardiente del alcalde de Mieres y donde su familia (la de sangre y la política) lleva horas recibiendo el pésame, el cariño y el reconocimiento de cientos y cientos de personas. Tantas, que alguien hacía la consideración en la mañana de este lunes de que «en Mieres no hay tanta gente como la que ha venido ya a despedir a Aníbal».
El aprecio y el cariño que despertó Aníbal Vázquez como alcalde durante los últimos 12 años, pero con anterioridad, como representante sindical, como fundador y presidente de la Asociación «Santa Bárbara», como minero y como vecino de Mieres, lo han querido demostrar también sus convecinos, colectivos vecinales, asociaciones, clubes deportivos, instituciones u organizaciones con firmas y dedicatorias en los múltiples libros de condolencias puestos a disposición en los soportales de la Casa Consistorial y con decenas de coronas y ramos de flores que han llenado la fachada a izquierda y derecha de la puerta principal.
Con dos claveles rojos envueltos en un papel craft y una foto de Aníbal en un acto de Proyecto Hombre en un sobre acudió a mostrar sus condolencias Marta Álvarez, una vecina de Mieres que con mucha dificultad por la emoción explicaba el enorme cariño que sentía por el alcalde por haber apoyado a colectivos como el citado que tanto ayudan a personas con adicciones: «yo lo conocía de Proyecto Hombre porque a mí se me murió un hijo y siempre nos dio mucho apoyo, así que yo lo quería muchísimo y no tengo palabras para expresar lo que siento porque se haya ido una persona así», señala Marta, que antes de acceder al ayuntamiento deja junto al resto de ramos sus dos claveles rojos tan cargados de sentimiento con la foto.
Otros dos claveles rojos portaba también Blanca Isolina González, quien no quiso dejar de acudir a despedirse de Aníbal Vázquez y mostrar sus condolencias a la familia en correspondencia al cariño que ella recibió por parte del alcalde cuando su padre falleció: «cuando mi padre, Nativo González, murió, Aníbal acudió a darnos el pésame porque le conocía de trabajar en la mina. Pero mi padre se murió en junio de 2011 con la alegría de saber que Aníbal había ganado las elecciones. En este tiempo ha sido buena persona y buen alcalde», apuntó Blanca Isolina, que si bien añadió que ella coincidía con Aníbal en los ideales políticos, también reconoció que fue un alcalde que tenía el cariño y la consideración de quienes tenían esos ideales de quienes no.
Y así lo expresaba otra vecina de Mieres, Berta, en la cola para acceder a la capilla ardiente: «Aníbal es una persona muy querida y fue alcalde por el cariño que la gente le tiene, no porque fuera de ningún partido», indicaba la misma apesadumbrada por la pérdida de quien, además, «fue muy muy buen alcalde».
Desde luego, la forma de ser amigable, campechana y dialogante de Aníbal Vázquez más allá de ideales políticos es algo que han destacado desde que se conociera su fallecimiento autoridades de cualquier rango, dirigentes de partidos, de sindicatos o de cualquier otra institución en declaraciones, mensajes o post en redes sociales. También lo comentaba en la cola de acceso a la capilla ardiente del alcalde Eliseo Carbajal, hijo de Eugenio Carbajal, quien también fuera alcalde de Mieres por el PSOE en dos ocasiones y presidente de la Junta General del Principado. Eliseo explicaba que acudía a mostrar sus condolencias «por amistad, por respeto, porque era amigo de mi padre y porque era una persona con un gran nivel humano», trasladaba el mismo asegurando seguidamente que «sin duda es una gran pérdida para Mieres».
Tampoco quiso faltar a mostrar sus respetos el recién designado párroco de Turón, José Javier, quien tuvo en cuenta que el alcalde había estado en su toma de posesión hacía dos meses y, por tanto, debía acudir «a expresar mis condolencias» a familiares y amigos de una persona tan afable y querida.
Así, lo que están poniendo de manifiesto y lo que están expresando quienes acuden a despedirse del alcalde con mayúsculas de Mieres, aunque ya era sabido de antes, es que Aníbal era una persona capaz de aunar, de empatizar y de ganarse «con un saludo y una sonrisa por encima de ideologías» el cariño de cuantas personas le conocían. Y es que como ha dicho este lunes alguien que le quería enormemente: «Aníbal era mucho Aníbal». Si hubiera que añadir una palabra más, esa palabra sería «eterno».