Revuelta vecinal en la frontera de Galicia y Asturias contra una escollera de 3,6 millones: «¡Salvemos la ría!»

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

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Como ocurrió hace 30 años con la obra de la Xunta en Ribadeo, ahora ribereños se levantan contra la que tramita el Principado en Figueras

29 nov 2023 . Actualizado a las 20:33 h.

Las aguas vuelven a bajar revueltas en el Eo. A principios de la década de los 90 del siglo pasado, la Xunta de Galicia (entonces con Manuel Fraga en la presidencia) construía la famosa escollera y relleno del puerto de Ribadeo, sin estudio de impacto ambiental y que con el tiempo se vio que alteró -como no podía ser de otro modo con una intervención de semejante calibre en el estuario- las corrientes y tesones. Entonces el Principado presentó un recurso de constitucionalidad que no prosperó y hubo un importante movimiento vecinal de protesta, a ambos lados del Eo, creándose la en su momento muy activa y popular Plataforma pola defensa da ría.

Ahora los ánimos vuelven a caldearse por una intervención que en este caso proyecta el Principado en Figueras (Castropol), con una escollera que protegerá el puerto deportivo y los pantalanes (las plazas de amarre cobran especial interés con las del puerto ribadense deportivo agotadas). En este caso, la Xunta no opina (en su línea tradicional, al contrario del Principado, de no pronunciarse sobre las obras en la margen asturiana del Eo) y la oposición vuelve una vez más a estar liderada por la iniciativa popular, por vecinos mayoritariamente de Figueras, que han creado la asociación BioEo y denuncian de impacto que tendrá la obra en un espacio tan sensible. Creen que podría ser la muerte de la ría. Ya convocaron una concentración de protesta y el sábado se celebrará una reunión informativa, a las 11.00 horas, en la Casa de Cultura de Figueras, abierta al público para, entre otros asuntos, analizar las medidas a tomar.

Sus argumentos en contra de la obra se pueden sintetizar en cinco razones: el impacto medioambiental («viola todas las figuras de protección de la ría); estrechará aún más la ría modificando las corrientes y obligando a reiterados dragados; supone la privatización del puerto de Figueras («dejándolo solo en poder de quienes tengan una embarcación)»; es una obra innecesaria («Figueras, al igual que el resto de la ría tiene necesidades más acuciantes, no deben despilfarrarse casi cuatro millones de euros en una veintena más de amarres»), y la escollera tendrá un gran impacto visual.

En un extenso y elaborado artículo titulado «¡Salvemos la ría! (Razones para un ¡no! a la escollera de Figueras)», dos conocidos activistas, Evaristo Lombardero Rico y Gonzalo Moure Trenor, analizan el proceso seguido para llegar al punto actual y los riesgos que, a su entender, implica la obra: «Una escollera en el puerto de Figueras, supuestamente para proteger a sus embarcaciones del oleaje, pero también con el fin de privatizar todo el puerto, demoliendo lo poco que queda del muelle de siempre. Una escollera que, de no parar su construcción, sería un nuevo acúmulo de piedras y tierra a la ría, miles de toneladas, y se uniría a la escollera de Ribadeo y a las pilastras del Puente de los Santos, y sería una herida tal vez definitiva».

Las consecuencias de la ejecución de obras a ambos lados del Eo, sin una visión global de su impacto en la ría, están a la vista. Hasta 1970 llegaban al puerto de Vegadeo mercantes de hasta 300 toneladas, algo inimaginable hoy en día.

Gonzalo Moure y Evaristo Lombardero inciden en la circunstancia de que las administraciones alardeen de su defensa de la ría y la promuevan como un icono turístico, cuando «ningún gobierno, ni ninguna universidad, ni ninguna entidad bancaria ha dedicado la más mínima atención al proceso de degradación progresiva de este medio natural».

Con el proyecto de la escollera de Figueras llueve sobre mojado. Ahora el Principado, que se opuso y denunció la escollera de Ribadeo, la promueve en su territorio. De los partidos políticos, en este contexto, esperan poco, por lo que apelan a la concienciación y movilización ciudadana para lograr que no se haga la obra. Y así ha nacido BioEo-Figueras, a quien auguran, a la vista de las simpatías y adhesiones que está suscitando entre la población, «un futuro activo y eficaz».