Los acusados eran profesionales con formación militar y eran parte de una red para introducir cocaína
30 oct 2023 . Actualizado a las 18:43 h.La Fiscalía del Principado de Asturias pide la condena de cuatro procesados por integrar una red de 'narcobuzos' y haber intentado introducir en Asturias más de 72 kilos de cocaína por el puerto de Avilés en el año 2020. En total son 54 años de prisión los que pide la Fiscalía, repartidos entre los cuatro acusados.
La vista oral está prevista para el próximo 22 de noviembre en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. Tres de los acusados nacieron en Lima (Perú) y el otro en Vlore (Albania). Todos tienen ordenada su expulsión del país y se encuentran en prisión provisional por esta causa.
A uno de los acusados le solicitan 19 años de prisión (15 por tráfico de drogas y cuatro por atentado); otro se enfrenta a 15 por tráfico de drogas, mientras que el tercero a 10 años por tráfico de drogas, al igual que el cuarto acusado.
Sostiene el Fiscal que en fechas próximas a los primeros meses del año 2020, los cuatro procesados integraban una organización que se dedicaba a realizar los actos necesarios para introducir en España grandes cantidades de sustancias estupefacientes para su posterior distribución por el territorio nacional. Todos ellos formaban parte de un entramado perfectamente organizado y jerarquizado, en el que cada uno realizaba una función concreta con el fin de distribuir con rapidez las sustancias.
El líder del grupo, militar de profesión, era el máximo responsable de la operación. Estaba encargado de preparar la logística dirigía y coordinaba las tareas de los demás miembros de la organización. Otros dos procesados son buzos militares, con amplio conocimiento en operaciones subacuáticas.
Según el escrito del fiscal, a comienzos de 2020, el líder del grupo, desde Perú, llevó a cabo las gestiones oportunas para, junto con los miembros de su organización, introducir en la caja de mar de un barco dos bolsas de lona que contenían 60 paquetes (30 paquetes en cada bolsa) de una sustancia que resultó ser cocaína. En concreto, los paquetes se introdujeron en la caja de mar del lado de estribor del buque, a unos 35-45 pies de profundidad.
El barco tendría como origen el Puerto Callao de Lima (Perú) y como destino el Puerto de Avilés e iba a hacer, al menos, una escala en el Fondeadero de Balboa (Panamá). Posteriormente, y con el fin de preparar la logística necesaria para recuperar la droga del buque, el líder del grupo viajó en avión desde Perú hasta París. Realizó una escala en Ámsterdam, se introdujo después en España por un medio de transporte no conocido y llegó hasta Cataluña, donde se reunió con otro de los integrantes.
Una vez en España, los dos llevaron a cabo los preparativos necesarios para buscar alojamiento al resto de los miembros de la organización y proveerse de medios de transporte con los que desplazarse. Así, en febrero de 2020 alquilaron a través de Internet una vivienda vacacional en Avilés y dos vehículos, uno marca Volkswagen modelo Caddy y un Audi A-8. A su vez, se encargaron de adquirir los medios materiales necesarios para realizar la operación, en concreto, equipamientos para la práctica del buceo.
Llegaron a España los otros dos acusados, quienes realizaron el viaje el día 5 de marzo de 2020 en un vuelo procedente de Lima con destino Madrid. Al llegar a Madrid y fueron recogidos por los otros dos compañeros. Los cuatro se desplazaron hasta Avilés, para esperar la llegada del buque, lo que finalmente se produjo el 10 de marzo de 2020.
El aviso de la DEA
Las autoridades militares de Panamá tuvieron conocimiento de la existencia de la carga ilegal en el buque por la Agencia Antidroga de Estados Unidos(DEA).
Tras recibir la información, contactaron con la Fiscalía Superior de Drogas de Panamá para llevar a cabo una actividad encubierta e identificar a los responsables del alijo, consistente en retirar los 60 paquetes de la sustancia estupefaciente que se encontraba en las dos bolsas dentro de la caja de mar del casco de estribor y reemplazarlos por otros 60 paquetes de similares características, en los que se introdujo una sustancia inocua para la salud. A su vez, incorporaron un dispositivo con sistema de posicionamiento global (GPS) para conocer su ubicación en todo momento.
La operación se llevó a cabo el 15 de febrero de 2020 por buzos profesionales del Servicio Nacional Aeronaval de la República de Panamá, con la coordinación de la Fiscalía Superior de Drogas. Una vez que se sacaron las bolsas a la superficie, fueron custodiadas hasta que se entregaron en el Laboratorio de Sustancias Controladas del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá.
Tras el análisis de las sustancias aprehendidas, el laboratorio emitió informe pericial, el día 16 de febrero de 2020, en el que se concluyó que los 60 paquetes intervenidos contenían una sustancia que resultó ser cocaína, arrojando un peso bruto de 72,14 kilos.
Con el fin de identificar y detener en España a las personas que iban a recoger la droga, el Fiscal Superior de la Fiscalía Especializada en delitos relacionados con drogas de la República de Panamá solicitó una entrega vigilada. A su vez, se encomendó a la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDyCO) la investigación.
Así, los agentes establecieron entre un dispositivo de vigilancia en las proximidades de la vivienda ocupada por los procesados en Avilés. Comprobaron que, sobre las 22.15 horas del 11 de marzo de 2020, los procesados salieron de la vivienda a bordo del Volkswagen y se dirigieron hasta la zona conocida como Playa Pekes en Zeluán, próxima a la playa de San Balandrán, en el término municipal de Avilés. Una vez allí, tres de los procesados se bajaron del coche y permanecieron en el lugar, mientras el conductor del vehículo continuaba su marcha.
Cuando entendieron que podían actuar con seguridad, uno de ellos dio orden de iniciar la operación, decidiendo que él y el otro fueran los encargados de recuperar el cargamento, mientras que a otro se le encomendó la tarea de vigilar.
Sobre las 02.00 horas del 12 de marzo de 2020, debidamente equipados con equipos de buceo, se introdujeron en el mar y accedieron hasta el barco, donde recogieron del interior de la caja de mar del buque las bolsas de deporte que contenían los 60 paquetes con las sustancias sustituidas.
A continuación, regresaron buceando a la playa, donde fueron sorprendidos por los agentes, que procedieron a su detención. También detuvieron al que estaba haciendo vigilancia en la orilla contraria a la que encontraban sus dos compañeros.
La persecución
Posteriormente, sobre las 04.00 horas, los agentes se dirigieron a las proximidades de la vivienda utilizada por los procesados para detener a otro de los integrantes del grupo, que se dirigía a la vivienda a bordo del Audi A-8.
Para ello, uno de los agentes, ataviado con un chaleco de alta visibilidad, se aproximó al vehículo y le ordenó que detuviera el motor y se bajara del turismo. No obstante, el hombre aceleró el vehículo, obligando al agente a tirarse al suelo para evitar ser atropellado.
Acto seguido prosiguió su marcha, circulando a gran velocidad por Avilés hacia la carretera nacional N-632, perseguido por cinco vehículos policiales con los dispositivos acústicos activados.
En un momento determinado, uno de los vehículos policiales trató de bloquear el paso del Audi A-8, si bien el procesado logró zafarse y prosiguió su marcha tras golpear la parte delantera del coche oficial.
Una vez en la autovía, detuvo de manera brusca la marcha, salió del vehículo y echó a correr en dirección al embalse de Trasona. Fue finalmente alcanzado unos metros más adelante por los agentes, que le redujeron.
El valor en el mercado ilícito de la droga que los procesados pretendían introducir en España es de 2.560.537 euros en el caso de que la venta se produjera por kilogramos y de 4.459.694 euros en el caso de que la venta se produjera por gramos.