La familia que cambió Gandía por Espinaréu: «Fue llegar a este pueblo y enamorarme»

Carmen Liedo

ASTURIAS

Ihintza y Jesús, con su bebé Gael
Ihintza y Jesús, con su bebé Gael

Ihintza Arévalo y Jesús Aguilar, participantes en el programa «Volver al Pueblo», han decidido que la zona rural de Piloña «es un buen sitio para empezar de cero» y criar a su hijo

29 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Apenas llevan dos semanas en Espinareu (Piloña) y Ihintza Arévalo Sola y Jesús Aguilar Coronado se declaran «encantados» de haberse venido a vivir a la zona rural asturiana pese a lo drástico de su cambio de domicilio y a lo que conlleva hacer una mudanza cuando, además, lo hacen con un bebé. Ihintza Arévalo, natural de Alicante, y Jesús Aguilar, natural de Málaga, han vivido los últimos cuatro años en Gandía, provincia de Valencia.

Aseguran que hace un par de años tomaron la decisión de mudarse «e investigar otras zonas», aunque reconocen que «no sabíamos para donde tirar». Sí tenían claro que Cantabria o Asturias les gustaba como alternativa, aunque también se planteaban la zona sur de España y, en concreto, Málaga como opción por cercanía a la familia de Jesús tras el nacimiento de Gael.

En un momento dado conocieron la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder) y el programa «Volver al Pueblo», y ese fue el primer paso para un cambio de vida que en boca de Ihintza y Jesús denota ilusión y entusiasmo: «hablamos con la gente de El Prial y se interesaron por nuestros requisitos para venir a vivir aquí y a qué nos gustaría dedicarnos. Nos hablaron de la posibilidad de conseguir una vivienda y en agosto decidimos venir a ver la casa», relatan los nuevos vecinos de Espinareu.

Ihintza explica que «Jesús ya venía convencido venirse a vivir. Yo estaba más indecisa, pero fue llegar a este pueblo y enamorarme», comenta emocionada por haber encontrado «una aldea pequeña que, a la vez, está cerca de una localidad principal como es Infiesto en la que tenemos todos los servicios a una distancia prudencial». Además, «la casa también nos encantó», así que, añade, «decidimos que era un buen sitio para empezar de cero y criar a Gael», comenta ella, que reconoce que era lo que buscaban porque «estábamos buscando un entorno diferente y teníamos ganas de explorar el norte de España. Verlo y vivirlo en primera persona».

Ihintza y Jesús, con su bebé Gael
Ihintza y Jesús, con su bebé Gael

Esta familia apunta que el incremento del coste del alquiler que tenían en Gandía y el encarecimiento del coste de la vida también influyó en una decisión en la que también tenía mucho peso el querer estar en contacto con la naturaleza «y ganar calidad de vida». «Y Espinareu nos transmitió calma nada más llegar», señalan Ihintza y Jesús, que no pasan por alto «la acogida increíble que nos han dado aquí», tanto por parte de los vecinos del pueblo como desde la Asociación El Prial: «nos han ayudado muchísimo desde el programa «Volver al Pueblo», acompañándonos y asesorándonos en todas las dudas que nos han podido surgir», comenta Jesús, que añade que le encanta ver como el pueblo se llena de niños durante los fines de semana.

Por eso y teniendo en cuenta su experiencia, esta familia tiene claro que animarían a más gente «a que vuelva al pueblo», aunque reconocen que «lo del alquiler está fatal». Es por ello que instan a los propietarios que tengan viviendas vacías «a que apoyen estos programas y alquilen sus viviendas» para luchar contra la despoblación de pueblos como Espinareu, la aldea que les encandiló porque, aunque visitaron otras posibles zonas en las que asentarse, «lo de este pueblo fue un flechazo».

Conciliación de la vida familiar y laboral

Otro aspecto que ponen en valor Ihintza y Jesús es que el cambio a Espinareu les posibilita una mayor conciliación de la vida laboral y familiar y la crianza de Gael. Jesús explica que el trabajo de pintar miniaturas que antes hacía de forma esporádica se convertirá ahora en su actividad profesional principal «de forma que, como lo hago desde casa, tendré más libertad de horario para trabajar y la facilidad de cuidar a Gael si Ihintza empieza a trabajar».

Y es que a ella le han ofrecido la posibilidad de empezar a trabajar en el albergue del pueblo a partir de febrero cuando empiece la temporada. No obstante, añade Ihintza que es técnico de laboratorio y que también estaría dispuesta a volver a su profesión si le surgiera la oportunidad. «Y es que aquí en Asturias en apenas una hora están en casi todos los sitios», por lo que residir en Espinareu no supone para ella un hándicap en el caso de que le surgiera trabajo en alguno de los centros sanitarios de la región.

Respecto a si quedarán para siempre en Espinareu o no, Ihintza y Jesús dejan la respuesta en el aire: «no sabemos si esto va a ser para unos años o para siempre, pero sabemos que el cambio nos va a venir bien y vamos a exprimir la experiencia a tope», concluyen.