¿Fue Covadonga el primer «refugio climático»?: Un estudio revela el impacto de la sequía en la caída del reino visigodo

F.S.

ASTURIAS

F. Sotomonte

Una investigación de la Universidad de Granada publicada en Nature recoge la influencia de las hambrunas provocadas por el clima en la conquista musulmana de la península

23 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde el final de la pandemia, el sector turístico en Asturias ha vivido un empuje inédito y la comunidad se ha beneficiado, como otros territorios del norte, de un cambio en las expectativas de los viajeros en verano que buscan, cada vez con más frecuencia, climas más suaves frente a los que ya empiezan a notar de forma muy intensa las temperaturas abrasadoras del calentamiento global. La etiqueta de «refugio climático» ha comenzado a hacerse habitual. Pero ¿y si no fuera la primera vez que ocurre? ¿y si el clima y una intensa ola de calor en la Edad Media hubiera influido de forma crucial en la historia de Asturias?

Es lo que sugiere un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Granada, que se ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Nature, y que ha recogido evidencias de que en los años finales del reino visigodo, a comienzos del siglo VIII, la península ibérica padeció un fuerte período de sequías que provocó hambrunas e inestabilidad, lo que podría haber facilitado el derrumbe del poder gótico y la rápida conquista por parte de las fuerzas musulmanas. Hasta la rebelión astur en el norte.

Los científicos de la Universidad de Granada y del CSIC que han participado en esta investigación analizaron más de 100 registros de polen fósil procedentes de toda la Península Ibérica y el Norte de África de forma que «la señal polínica obtenida ha puesto de manifiesto que, a finales del siglo VII y principios del siglo VIII (695-725 AD), se alcanzó la máxima expansión de plantas del género Artemisia, relacionadas con ambientes áridos, lo que apunta a un período de extrema sequía en la región».

Ese pico del registro de la huella de estas plantas «coincide con un mínimo de la insolación solar y con otras señales de aridez de registros en cuevas». Los investigadores --entre los que se encuentran expertos en paleovegetación, geoquímica, historia y arqueología, junto con una matemática finlandesa-- contrastaron «sus resultados con las evidencias recogidas en textos históricos de la época y en evidencias arqueológicas. Las fuentes escritas, incluyendo crónicas, leyes, etc. señalaban grandes penurias, hambrunas, pandemias, disturbios y agitación política».

En sus conclusiones indicaron que todos estos factores climáticos, y su influencia social, determinaron que «en una sociedad cuya economía y supervivencia se hallaban ligadas al éxito de las cosechas, un período tan extremo de aridez significaba hambrunas devastadoras, pobreza generalizada y un debilitamiento general de la población, que quedaba mucho más expuesta a la acción de pandemias como la peste bubónica».

En este sentido resaltaron que «todos estos factores debieron repercutir en la solidez y estabilidad del Reino Visigodo, facilitando su caída ante el avance de las tropas musulmanas. Estas crisis climáticas, que afectarían sobre todo al cereal, fueron frecuentes en los años posteriores del siglo VIII, pudiendo estar ligadas también a las grandes rebeliones internas de la propia al-Andalus, como la que aconteció en el año 740».

¿Y qué pasó en Asturias?

Todavía de forma muy reciente, el escritor José Ángel Mañas desató la polémica por una entrevista de promoción de su última novela diciendo que la «nación española nace en Covadonga» y lo cierto es que no, porque el concepto de nación contemporáneo, esa idea de una comunidad unida por una historia, unos rasgos culturales y con frecuencia una lengua común, es muy reciente apenas tiene 200 años. No es cuna de España y tampoco la España de verdad y el resto tierra conquistada. Lo que nace en Asturias es el reino de Asturias, una entidad política nueva e independiente, distinta del reino visigodo de la que no se sentiría heredera hasta mucho tiempo después, hasta que se extendió mucho más hacia el sur y llegó a dominar buena parte de la meseta central. Fue entonces cuando a los soberanos de Asturias y de León les empezó a interesar y mucho presentarse como legítimos continuadores del trono de Toledo porque ahora sí veían posible hacerse con el control de la península ibérica.

Fue con Alfonso III cuando el reino de Asturias alcanza su máxima extensión con ese nombre y es bajo su dominio que llegan esa Asturias los mozárabes, que influirán de forma determinante en su arte y también en esa concepción política sobre la legitimidad cristiana como heredera de los visigodos. Los mozárabes eran los cristianos que vivían en el Al Ándalus, pagaban un tributo mayor que los musulmanes, y en determinados momentos vivieron en paz. En otros no, por eso emigraron a los reinos del norte, buscando un refugio. Pero no climático.