El avilesino Manuel García Reyes se ha propuesto batir el récord mundial de dominada lastrada para llamar la atención sobre los niños con parálisis cerebral y otras discapacidades
16 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El avilesino Manuel García Reyes se ha hecho un propósito que parece imposible: batir el récord mundial de dominada lastrada, que consiste en levantarse a sí mismo en una barra con un peso añadido, y que actualmente posee el chino Liu Weiqiang en 109 kilos y 200 gramos. La razón de este reto tiene un nombre: Xana. Es su hija y tiene parálisis cerebral, y Manuel no hace más que ponerse obstáculos y retos para emular a su niña.
Quiere llamar la atención y que se conozca su historia, y de paso la de otras muchas personas con parálisis cerebral u otras discapacidades que luchan como nadie en su día a día. Es un reto muy difícil, porque él nunca había hecho nada relacionado con la fuerza. Pero de eso se trata. «Siempre me he metido en retos que para mí fueran imposibles, porque son retos parecidos a la vida de Xana», explica, y no le falta razón.
Xana García es una superviviente. A sus 14 años, la vida la ha puesto a prueba muchas veces y ha sobrevivido. Fue la única que salió adelante de un embarazo de trillizos que se complicó y se adelantó cuando su madre estaba embarazada de seis meses. A raíz de eso, la niña estuvo 13 meses en el hospital. Pasó un año entero en la UCI, y tuvo un montón de problemas: fue víctima de virus y numerosas infecciones, hubo que hacerle una traqueotomía y, en total, fue sometida a más de veinte operaciones. Y sobrevivió a todo. Su padre asegura que fueron muchas las veces que les dijeron que la niña no sobreviviría. Decían que las lesiones que tenía no eran compatibles con la vida. Pero ella luchó y salió adelante.
El caso es que, al principio, recibía poco tratamiento, pero con el tiempo fueron aumentando sus necesidades y, con ellas, se dispararon los gastos. Entonces, crearon la asociación XanaPuede para recaudar fondos, y empezaron a organizar eventos deportivos solidarios, que han conseguido un respaldo extraordinario.
Además,la madre de Xana, Alba Barón, escribió dos cuentos infantiles, «Kendra» y «El hada que no sabía volar», con los que también han conseguido recaudar fondos.
Manuel García Reyes no quiere parar, y se lleva metiendo en retos imposibles desde hace años. El de las dominadas es el séptimo reto que ha emprendido, y supone un giro de 180 grados respecto a lo que estaba haciendo hasta ahora. En su día, él jugó al baloncesto y practicó algo el kárate. Esa era su actividad deportiva. A partir del nacimiento de Xana, empezó a ponerse metas que siempre parecían por encima de sus posibilidades.
El primero, hacer una Ultra Trail; el segundo, superar la distancia en asfalto de la doble maratón, 84.400 metros; el tercero, 180 kilómetros en bicicleta y correr acto seguido una maratón. Los cumplió todos.
A partir del cuarto reto, las cosas se complicaron un poco. Este consistía en ir corriendo desde Avilés hasta Covadonga. La distancia es de 108 kilómetros. El caso es que, el día que llegó la prueba, le entró una gastoenteritis y, aun así, no quiso echarse atrás. A pesar de esta dificultad añadida, cumplió su objetivo. Pero el exceso tuvo su precio. Tuvo que pasar la noche ingresado en el Hospital de Arriondas.
El quinto y el sexto retos no los pudo completar. Llegó lejos pero no hasta el final. Hizo un primer intento de hacer un Iron Man completo. Cumplió con los 3,8 kilómetros a nado y los 180 de la bicicleta, pero cuando llevaba 26,5 kilómetros corriendo, decidió parar. «Hacía mucho calor, 36 grados en Avilés, llevaba 15 horas y 20 y era la una de la mañana; me estaba dando un sueño un poco extraño y decidí parar», relata.
El segundo intento de hacer el Iron Man tampoco fructificó. Fue tan solo quince días después de hacer el anterior. En este caso, había hecho la natacion y 100 kilómetros de bicicleta y se levantó un viento muy fuerte. En otras ocasiones iba con asistencia médica. Ese día iba solo y decidió parar.
El séptimo reto, el de la dominada, supone un cambio radical. «Me divorcié el año pasado, y pensando un poco en mi situación me di cuenta de que tenía que coger el toro por los cuernos. Si quiero cambiar verdaderamente, tengo que hacer un cambio radical. Y, por supuesto, con el ejemplo de la vida de mi hija, con lo imposible, con ser fuerte en la vida, ir a por los objetivos sin poner excusas y mirar muy alto», señala.
Al hacerse ese planteamiento, buscó en los retos de fuerza el que le parecía más difícil y eligió la dominada lastrada. Hasta marzo de este año en que lo consiguió el deportista chino, el récord lo tenía un español, David Marchante, algo que le hace «mucha ilusión». Es un ejercicio muy difícil porque se necesita mucha técnica y fuerza. Y además, para él es doblemente difícil porque es un cambio radical respecto a los deportes que estaba emprendiendo hasta ahora.
Lleva cerca de un mes entrenandose, y actualmente está lastrando su peso con 20 kilogramos. Teniendo en cuenta que tiene que añadir 90 kilos más para alcanzar su propósito, no es fácil adivinar la extraordinaria dificultad de su reto. Su intención es intentarlo en un año, pero no es un plazo inamovible: «el tiempo lo van a decir las marcas», asegura.
Para conseguirlo, además de entrenar una hora y media diaria seis días a la semana, tiene que hacer un esfuerzo de alimentacion, porque tiene que ganar músculo y fuerza pero no grasa, ya que además del lastre tendrá que levantar su propio peso, y es posible que cada gramo de más se note. Aunque a veces se permite algún capricho, lo que menos consume son productos con grasa. Necesita, asimismo, hidratarse muy bien y dormir muy bien. Para tener la alimentación correcta cuenta con un nutricionista. Y tiene un entrenador especialista en fuerza. Es muy posible que dentro de unos meses lleve su entrenamiento el equipo del propio David Marchante.
Encuentro con Barbón
Está documentando y haciendo público todo el proceso en las redes sociales. Que sea visible es lo importante. «Me interesa mucho esa parte, la de poder ayudar a otras personas; represento a las familias, a cualquier persona que cuida a gente con discapacidad». De hecho, el próximo mes tiene concertado un encuentro con el presidente del Principado, Adrián Barbón, para transmitirle todas las necesidades de las familias y los niños dependientes.
Su intención es hablar de la conciliación familiar plena. «Necesitamos que haya respiros, tiempos de descanso para los cuidadores, una verdadera conciliación laboral y que haya ayudas para cubrir los gastos de todo lo que necesitan esos niños».
Actualmente, los tratamientos de fisioterapia y logopedia son privados en Asturias, y muchas familias tienen dificultades para hacer frente a todos los gastos. Por otra parte, Manuel García señala que la ley de dependencia asturiana «está bien, pero todavía tiene que mejorar», sobre todo porque muchas familias quedan fuera de su ámbito.
«En definitiva, lo que yo busco es que nadie pase por donde nosotros hemos pasado, y si alguien tiene un hijo o hija con discapacidad que pueda llevar una vida normalizada; y, sobre todo, que los niños puedan tener tratamiento de rehabilitación», concluye.