La brecha social que abrirán las «gravísimas» listas de espera en Asturias: «Acabaremos vendiendo una vaca para operarnos de apendicitis»
ASTURIAS
«Si el servicio pública acaba atendiendo solo a los que no tienen recursos acabará siendo un servicio de beneficencia», advierte Carlos Ponte, presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública en Asturias
06 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública clama ante las «gravísimas listas de espera» que hay en Asturias. Su presidente en el Principado, Carlos Ponte, asegura que se trata de «un gran problema para la sociedad asturiana». Los últimos datos del Servicio de Salud del Principado de Asturias (Sespa), actualizados el pasado mes de julio, reflejan que en la región hay un total de 24.667 pacientes que precisan una intervención, 1.926 más que el año pasado. El número de pacientes que a esa fecha se encontraban a la espera de una consulta con un especialista era de 100.576.
El tiempo medio de espera estructural se sitúa en 92,9 días. Los datos muestran que del total de pacientes que esperan una intervención 13.866 sufren una demora de al menos 90 días, 8.530 de entre 91 y 180 días y 2.271 de más de 180 días. «Esta situación abrirá una brecha social en la comunidad, ya que los pacientes que se lo puedan permitir tendrán que recurrir a la sanidad privada», lamenta Carlos Ponte: «Pasará como se hacía antes, que habrá gente que acabe vendiendo una vaca para poder operarse de apendicitis».
La federación ha elaborado un informe basado en 16 puntos para instar al Sespa a mejorar la situación actual. El primero de todos, y al que se refieren como «una prioridad máximas», pasa por solventar las listas de espera sanitarias. Continúan en su escrito por la Atención Primaria o el incremento y la redistribución de los presupuestos sanitarios. Rezan en el documento los siguientes puntos: «proteger la salud es la mejor receta para el bienestar y la prosperidad»; «el gobierno abierto y la reconstrucción del consenso son las bases para una gestión pública eficaz»; «renovar la arquitectura institucional»; «control social y palancas selectivas de la prestación tecnológica y farmacéutica»; «stop a la medicalización»; «la función social de la atención hospitalaria»; «una estrategia de salud mental comunitaria»; «cambiar el modelo sociosanitario»; «constituir una agencia de integridad pública, recuperar la dimensión ética y defender la independencia del sistema»; «regular la actividad pública y privada»; «liderazgo público en la formación e investigación»; «otras políticas para gestionar los recursos humanos»; y «recuperar derechos y avanzar en nuevas prestaciones».
Carlos Ponte: «Si la sanidad pública acaba atendiendo solo a los que no tienen recursos acabará siendo un servicio de beneficencia»
Según desarrolla Ponte, aproximadamente el 47% de los recursos de la sanidad pública asturiana van dirigidos al personal sanitario. «Son el principal activo del sistema y es donde se han venido aplicando políticas de austeridad, desde hace años. Me refiero, por ejemplo, a la alta temporalidad o las jubilaciones sin cubrir», clama el presidente en Asturias de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Otro 40%, aproximadamente, del presupuesto sanitario, explica Ponte, va dirigido financiar recursos tecnológicos o medicamentos. El resto del presupuesto, según comenta, iría destinado al gasto administrativo e inversiones menores. «Se han hecho estrategias de ahorro en personal, pero el gasto tecnológico y de medicamentos no ha parado de crecer. Ese es el problema. Y es así porque detrás hay grandes intereses económicos», denuncia Carlos Ponte.
Falta de respuesta para toda la demanda social
Señala Ponte que «la sanidad pública asturiana no da respuesta a toda la demanda social que existe», advirtiendo además que de no solventar la problemática todo desembocará en un sistema sanitario dual, en el que la privada logre un mayor peso que el servicio público. «Si la gente que tiene recursos se va a la privada por las esperas se está abriendo la puerta a una brecha social», explica. Se trata de una situación palpable a nivel nacional. Y si bien es cierto que el gasto sanitario en Asturias ha sido más elevado que el de otras comunidades, para Ponte «la situación continúa siendo crítica».
Es precisamente esa temporalidad, entre otros factores, los que ha propiciado que muchos profesionales sanitarios asturianos hayan emprendido camino hacia el extranjero. «Nosotros apostamos por la redistribución del gasto. Es decir, gastar donde hay que gastar. Y en el personal sanitario es necesario invertir. Hablamos, por ejemplo, de recortar a nivel de farmacia. El gasto en ese aspecto es desmedido», apunta Carlos Ponte. Bajo su punto de vista «la democracia no ha llegado a la sanidad pública», argumentando que la que existe a día de hoy es «delegada y partidista». «Los partidos hacen y deshacen lo que les parece mejor sin contar con la opinión de los propietarios, que son los ciudadanos; y sin contar con lo que digan los sanitario, que son los que hace que todo funcione», clama.
El presidente en Asturias de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública remata, respecto a la brecha social que ya se está abriendo, diciendo que «un servicio para pobres será siempre un pobre servicio». «La preocupación crece en la sociedad ante esta problemática. Y es que la sanidad pública acabará atendiendo tan solo a la gente que tenga menos recursos económicos, por lo que terminará siendo un servicio de beneficencia». A su juicio existen tres vías para revertir esta situación: conciencia ciudadana, movilización social y voluntad política por parte de los gobernantes. «Tengo la esperanza de que se den cuenta de que el sistema necesita un giro respecto al modelo. Todavía estamos a tiempo», aguarda.