La prestigiosa revista destaca que estos lugares captan la esencia marinera o montañesa de la región
27 ago 2023 . Actualizado a las 14:06 h.Que Asturias es un auténtico paraíso natural es algo que todo el mundo sabe, o debería. Sus inigualables paisajes de postal en los que el verde de las montañas se funden con el intenso azul del mar Cantábrico encandilan a cualquiera. Lo mismo pasa con sus impresionantes pueblos. Estos no solo están llenos de vida y de color sino que también están repletos de fascinantes historias dignas de conocer. Es por ello que no resulta nada fácil elegir la localidad más atractiva de la región, ya que cada una tiene su encanto único. Como bien dice National Geographic, «el Principado atesora un buen puñado de pueblos bonitos para captar su esencia marinera o montañesa». Por este motivo, la prestigiosa revista ha seleccionado un total de nueve aldeas que «entre hórreos, yacimientos de hierro y casas de piedra» son las «más bellas» de nuestra comunidad y que anima a conocer.
Cudillero
Como era de esperar, puesto que no es la primera vez que la revista cae rendida a sus encantos, Cudillero forma parte de esta flamante selección. La revista resalta que la localidad pixueta hace bandera de la Asturias más marítima. «Escondido tanto desde el mar como desde la tierra», este pueblo que en más de una ocasión se ha colado entre los más bonitos de España «presume de sus tradiciones pesqueras, de un puerto digno de un Óscar (allí se rodó Volver a empezar de José Luis Garci) y del Versalles asturiano, apodo con el que se conoce el Palacio la Quinta de Selgas del siglo XIX que da la bienvenida al visitante que entra por el interior». De todos los rincones, el afamado magacín recomienda visitar las casas indianas de El Pito, aparte de disfrutar de las «espectaculares vistas» desde el faro y la atalaya.
Llanes
«Es la perla del oriente asturiano». Así define National Geographic a Llanes que también ha sido elegido como uno de los pueblos más bellos del Principado. «Aquí el urbanismo está marcado por los caprichos de la naturaleza, pero esta localidad ha sabido llenarlo con numerosos monumentos y rincones que merecen ser descubiertos», resalta en una publicación. El «colofón a tanta belleza» es su frente marítimo, donde las barcas meciéndose en el mar comparten protagonismo con los cubos pintados del artista Agustín Ibarrola «que demuestran que el land art es una oportunidad para ensalzar la naturaleza». Un enclave que aconseja conocer al igual que el Torreo y sus murallas medievales, la Basílica de Santa María o los edificios indianos «que aportan una dosis de color a sus retorcidas calles».
Lastres
Lastres también forma parte de la selección. La revista señala que este pueblo pesquero «de casas colgadas» guarda su mayor tesoro en el puerto: «allí permanece la actividad pesquera, la famosa subasta y una variedad de restaurantes y sidrerías que hacen honor a la cocina lastrina». También su playa tiene su encanto. Este arenal no solo es el «escenario perfecto para darse un baño o practicar deportes acuáticos» sino que permite «viajar a la prehistoria», dado que cuenta con huellas de dinosaurio.
De la misma manera, el interior de este pueblo «encajonado entre el mar y la montaña» también es digno de admirar. De todos sus rincones, National Geographic resalta la Torre del Reloj de la que destacan que « fue reconstruida gracias al esfuerzo de las mujeres del pueblo», la Iglesia de Santa María de Sábada y las ermitas de San José, el Buen Suceso y San Roque, así como casonas y palacios del siglo XVIII..
Luarca
National Geographic también cae rendido a los encantos de Luarca, donde «la esencia marinera y las mareas del Cantábrico han marcado desde siempre la vida de este puerto inmaculado emplazado entre acantilados y playas vírgenes». Y es que al fin y al cabo, este pueblo asturiano tiene una especial conexión con el mar. «De ahí que todo mire a las olas», incluso su cementerio que es «uno de los más fotogénicos de España».
Pero el encanto de esta villa marinera no queda reducido a su paseo marítimo. La revista recomienda deambular por sus callejuelas que dan a barrios de pescadores y casonas «cuyas ventanas buscan el horizonte marítimo». Y «como guinda» aconseja a todo aquel a perderse en el «enorme jardín» de Fonte Baxa. Un espacio natural «que ejemplifica los alardes de un millonario que quiso crear un bosque con especies de todo el mundo y con pequeños monumentos que, además de ser un pastiche, es un mirador perfecto».
Tazones
«En 1517, Carlos V entró a la Península por primera vez por el puerto de Tazones, que en la actualidad puede presumir de ser el único de la zona que forma parte de las rutas imperiales de Carlos V en Europa» Con estas palabras, la afamada revista destaca y resume la historia de esta localidad maliaya que también se cuela entre las más bellas de Asturias. Recomienda visitar la Casa de las Conchas, «que se ha convertido en un reclamo turístico por excelencia», así como yacimiento de huellas de dinosaurio que hay en su costa. De estas precisa que son visibles «sobre todo» con la marea y que se encuentran junto a la zona del faro.
Cangas de Onís
En esta selección de los pueblos más bonitos de Asturias no podía faltar Cangas de Onís y su puente romano. También su ermita prerrománica «levantada sobre un dolmen del 3.000 a.C.» atrae las miradas de cientos de turistas. Unos visitantes que en su mayoría «ignoran la belleza rural» de este municipio que se ha convertido en «la puerta más concurrida» a los Lagos de Covadonga y los Picos de Europa. «Esta localidad sorprende con un ajetreado mercado dominical que sigue manteniendo la esencia de Asturias, y algún que otro rincón apetecible como la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y el entorno de la calle San Pelayo», destaca la revista.
Taramundi
Contar una navaja de Récord Guinness y una Ruta del Agua llena de encanto han permitido a Taramundi colarse entre los pueblos más bellos de nuestra región. De esta localidad del interior, la revista destaca que es un destino perfecto para desconectar, no sin antes señalar que su historia está ligada a la cuchillería. Esta práctica «que se remonta a sus yacimientos de hierro» se ha convertido en la seña de identidad de este paraje natural.
Para conocer este ancestral trabajo, National Geographic recomienda visitar «La Casa Museo de la Cuchillería Tradicional de Taramundi». «Ya inmerso en el pueblo, uno puede visitar edificios históricos como la iglesia parroquial y su campanario o La Rectoral, antigua casa del cura que a día de hoy se ha transformado en un hotel rural, de esos que prometen tranquilidad y de los que hay muchos en Taramundi», apunta.
Bandujo
No solo es el mejor pueblo del Principado para hacer un viaje al pasado, concretamente a la Edad Media, sino que también es uno de los mejores conservados del entorno rural asturiano. Por estos motivos, entre otros muchos, Bandujo forma parte de la prestigiosa lista realizada por National Geographic de las aldeas más bellas de nuestra región. Enclavada en un paraje «excepcional», la historia de esta localidad de Proaza se cuenta a través de sus edificios más singulares, como puede ser la Torre de Tuñón, la iglesia de Santa María o el Palacio. Pero también sus barrios son testigos del paso del tiempo. El de La Molina, el Palacio, Entelaiglesia, La Reguera, el Campal y el Tora atesoran también «hórreos antiguos, un viejo lavadero y casas de piedra que conviven con el desnivel característico del pueblo, encaramado en una cresta en forma de herradura».
Bulnes
Aunque asegura que el famoso Picu Urriellu eclipsa Bulnes, lo cierto es que quien se ha quedado prendido de este pueblo de la Asturias más montañosa ha sido National Geographic. Por eso lo han seleccionado como uno de los más bellos del Principado, completando así la lista. «Es toda una sorpresa» pero también «un secreto» ya que según señalan y como todo el mundo sabe llegar hasta este lugar «es toda una aventura».
«Los que lo hacen por carretera, tienen en el puente La Jaya un preludio de este paraíso de piedra y agua, ya que aquí está el desvío que sube hasta este pueblo. Los que optan por el transporte público tienen un funicular que lo conecta con Poncebos», asegura la revista. Tome el camino que se tome, al llegar, lo que espera es «una aldea donde la montaña se confunde con los tejados, donde el turismo rural ha revitalizado las casas y les ha dotado de magnificencia y donde el río Texu dibuja estampas idílicas en sus orillas».