Paula Domenech: «En la violencia de género, necesitamos que las mujeres denuncien; la Guardia Civil las protegerá 24 horas al día»

 La responsable del área de Igualdad y Mujer de la Unión de Guardias Civiles de Asturias, Paula Domenech Ferreiros, considera esencial, en los casos de violencia de género, «que las víctimas colaboren; es muy importante llegar a las mujeres que denuncian». Según explica, se han dado casos en los que no ha habido denuncia previa y que han acabado mal, y por ello «tenemos que llegar a esas personas para que sepan que están protegidas».

En el caso de la Guardia Civil, si se constata un caso, la protección es absoluta, asegura Domenech. Cuando se da, en primer lugar actúa la patrulla, que es la que va de inmediato a atender a la víctima. Todos los agentes tienen formación y siguen protocolos muy eficaces que se van actualizando e incorporando nuevas instrucciones. Después se incorporan los equipos de seguimiento de violencia de género que se dedican única y exclusivamente a esta área. Hacen lo que se llama Valoración Policial de Riesgo (VPR) y, en el momento en que se estima que existe la violencia «la Guardia Civil tiene una protección las 24 horas del día. No se hacen rondas esporádicas. Está protegida todo el día», señala.

El único pero que la representante de la Unión le pone al trabajo en esta y otras áreas es que todavía está muy limitado el número de efectivos. A su juicio, se necesitan mucho más recursos, más personal. Es cierto que, últimamente, muchos de los agentes que hasta ahora estaban en reserva se están reenganchando pero, aun así, es insuficiente.

Por otra parte, la Unión reivindica el establecimiento de turnos de trabajo. Actualmente, no hay turnos establecidos, lo que hace difícil conciliar la vida familiar y laboral. Un avance que se ha hecho son los cuadrantes: los horarios en que trabajará cada miembro del cuerpo se comunican con un mes de antelación. Aunque los cuadrantes mejoran la situación, Domenech considera que no son suficientes, «porque no puedes plantearte nada a dos meses vista, ni la gestión de los niños, ni las vacaciones: es algo con lo que estamos luchando y que todavía no hemos obtenido».

También trabajan por conseguir la equiparación salarial, y una de sus reivindicaciones más recurrentes es que consideren la suya una profesión de riesgo. Ya tienen esta consideración las policías autonómicas (Policía Foral de Navarra, Ertzaintza y Mossos D’Esquadra), pero no la Guardia Civil ni las policías Nacional y Local. Esta equiparación influiría en las cotizaciones y, en consecuencia, en su jubilación.

Otra de sus peticiones es que los agentes relacionados con la seguridad cuenten con un táser, un arma de descargas eléctricas. No supondría un gasto importante y sería un medio mucho menos lesivo para las personas, que además está amparado por el ordenamiento jurídico. Es consciente de que una táser no resuelve todos los problemas, pero en muchas ocasiones ayuda, por una parte, a disuadir a los delincuentes, y por otra, a hacerles menos daño en caso de que hubiera que intervenir.

Igualdad en el propio cuerpo

Respecto al trato de hombres y mujeres dentro del instituto armado, considera que hay «igualdad plena; en ningún momento te sientes discriminada por la Guardia Civil ni por los mandos ni por los compañeros. La mujer está a la misma altura que el hombre. En ese aspecto la Guardia Civil ha mejorado muchísimo».

Y también ha habido otros avances importantes, como las mayores facilidades que hoy se dan a las parejas. Hace años, dos personas de diferente escala dentro del cuerpo no podían pedir el mismo destino. Entonces, los matrimonios de guardias civiles que estaban destinados a distintos lugares no podían conseguir que los trasladaran a ambos a una misma provincia. Ahora, sin embargo, pueden solicitar la concurrencia y los dos van destinados al mismo lugar.

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