Existen distintos arenales de la región de tradición naturista, donde poder despreocuparse de las miradas indiscretas y disfrutar de una jornada veraniega en el impactante entorno del litoral
15 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Algunas sorprenderán por su fama para cualquier visitante medio y otras, en cambio, constituyen las sorpresas mejor guardadas del litorial asturiano por su gran belleza y escaso reconocimiento. Pero todas estas playas tienen un denominador común: en ellas se puede dejar a un lado el bañador y practicar nudismo. Es una forma de aproximarse a las jornadas de sol y playa de la manera más natural posible, así como normalizar la experiencia de lo corporal en la libertad y la desnudez, tal y como suelen clamar aquellos que lo practican. Tomar en sol sin ninguna prenda sin ropa, darse un baño en el mar completamente desnudo... y qué mejor que hacerlo en contacto con el entorno y paisajes de postal que deja la costa cantábrica del Principado. Aquí se configura un listado de los arenales frecuentados por naturistas más destacados por la Federación Española de Naturismo y la Asociación Naturista de Amigos del Principado (ANAPA):
Playa de Torimbia
Se trata de la pionera, ya que se convirtió en la primera playa nudista que se estableció en Asturias, por eso la revista Traveller la califica como «icono nudista desde los 60». Este arenal llanisco, de no más de 100 metros de longitud, también goza de mucho renombre entre los visitantes y turistas de la región por su gran belleza, por eso «muchos naturistas la consideran la playa nudista más bella de España» según la FEN.
Pero lo que más la caracteriza es, sin duda, la sensación de retiro y tranquilidad, al estar bastante alejada de las zonas urbanizadas más próximas. De hecho, solo se accede de forma peatonal tras recorrer un sendero durante unos 600 metros, con aparcamiento al inicio del trayecto. «Sigue manteniendo algo de su ambiente hippie y algunos acampan con disimulo», cuentan desde la Federación. Por último, cuenta con socorristas durante la temporada de baño, así como de chiringuito y duchas.
Playa de Barayo
Esta playa de arena oscura, a caballo entre Navia y Valdés, coincide con Torimbia en su tranquilidad. Con casi 700 metros de longitud, Barayo se 'refugia' de la civilización a través de una amplia extensión de bosque de ribera a sus pies, a través del cual fluye el río que le da nombre y por eso, al pasear por su orilla y los alrededores, se puede llegar a tener la sensación de permanecer aislado del mundo.
El ala oriental de esta salvaje playa suele estar frecuentado por aquellos que optan por hacer nudismo, y se accede a la misma a través de un recorrido a pie de un kilómetro de duración desde el aparcamiento. Son muchos los usuarios que elogian el paraje ante el que poder practicar naturismo. «Entorno privilegiado con dunas y frondosa vegetación», comparte un usuario en Tripadvisor. Eso sí, no cuenta con servicio de socorristas ni duchas.
Playa de Mexota
Mexota, en Tapia de Casariego, se une a los arenales anteriores en la atmósfera discreta y poca masificación que quizá conserve gracias a su único acceso andando desde la localidad de Serantes o desde Villamil. Esta «bonita playa de aguas cristalinas y arena blanca», como describe la Guía Repsol en su ránking de las mejores playas nudistas españolas, está al abrigo de miradas indiscretas al encajarse en los altos acantilados que la esconden, pero no del viento. Por esa habitual ventosidad, suele contar con un oleaje moderado.
No tiene servicio de socorristas durante la temporada de baño ni tampoco duchas, pero en sus proximidades hay un camping y un hospital. Se divide con su vecina, la playa de Serantes, a través de un islote central y solo se comunica con esta en bajamar. ANAPA también la incluye entre los arenales más recomendados para practicar naturismo.
Playa del Silencio
Uno de los arenales más 'instagrameados' de Asturias está, desde siempre, conquistado por la práctica nudista, un dato que pocos visitantes conocen. Aun así, la FEN advierte que «en los últimos años, el nudismo ha disminuído al mejorarse sus accesos». No obstante, la federación de carácter nacional anima a recuperar el hábito naturista de esta «playa paradisíaca» y recuerdan que «las playas naturistas se crean por el uso».
Para llegar a la playa del Silencio o de El Gavieru o Gavieiro hay que dejar el coche en el pueblo de Castañeras, en Cudillero. Tras diez minutos de camino a pie, se descubre el arenal en el que «el rugir del Cantábrico se convierte en murmullo» gracias al resguardo de los islotes que lo rodean y suavizan la fuerza del mar, según describe Turismo Asturias. Aunque se perfile como una de las localizaciones más visitadas de la región, sigue sin contar con servicios como socorrismo o duchas debido a su carácter salvaje,
Playa de Serín
A las afueras de Gijón, bajo la ermita de La Providencia, se encuentra este arenal naturista en el cual, según FEN, «cada vez hay más afluencia de nudistas», por eso lo consideran uno de los más populosos de Asturias en los últimos años. Aunque se encuentre en una zona bastante remota, cuenta con la ventaja de las comunicaciones propia de un concejo urbano, porque en sus proximidades pasan las líneas 14 y 25 del servicio de autobuses de la ciudad, además de parking gratuito cercano. Tiene poco oleaje al estar protegida por los acantilados que la rodean y por eso la recomiendan para ir en primavera.
Playón de Bayas
Aunque no se encuentre en una ubicación tan remota como algunas anteriores, lo que incluye a esta playa de Castrillón entre las recomendadas la Asociación Naturista de Amigos del Principado es su longitud. Se trata del 'playón' más largo de Asturias, con unos seis kilómetros de longitud entre todas las divisiones en las que se fragmenta (Bayas, Quebrantos...).
De arena oscura y fina, tiene zona de aparcamientos próximos pero de nuevo, al avanzar en su vasta extensión se consigue alcanzar privacidad, por eso suele estar muy concurrida por nudistas. «Toda la playa es de tradición nudista y es mejor olvidarse de denominaciones parciales», describe FEN. Cuenta con salvamento los fines de semana y su fuerte oleaje hace que hasta ella también peregrinen los amantes del surf.
Playa de Vega
Tdo el entorno que la rodea, Entrepeñas (en Ribadesella), ha sido declarado Monumento Natural por sus acantilados y la belleza de sus dunas, además de ser el hábitat de distintas especies de fauna y flora de especial valor como el sapo, una planta que sólo crece en esta punta de la costa asturiana.
Esta playa colindante con la localidad de La Vega, de la que recibe el nombre, también se considera una de las más largas de la región y está dividida por la desembocadura de un pequeño arroyo. Su amplia apertura al mar hace que se exponga a un fuerte oleaje. El extremo occidental suele ser la zona frecuentada por aficionados al naturismo y en el rincón contrario, al oriente, se conservan huellas de dinosaurios, como ocurre en otros muchos arenales de esta parte del litoral asturiano. Constituye otra de las recomendaciones de ANAPA.