Que el rey reina pero no gobierna es un principio básico, muy básico, de las monarquías parlamentarias y las democracias modernas, pero hay a quien le cuesta asumirlo. El papel que la Constitución otorga al monarca en la formación del Gobierno es el de iniciar primero conversaciones con los partidos (una ronda de citas que comenzará el próximo 17 de agosto) y luego constatados los apoyos de todos ellos proponer al Congreso de los diputados un candidato para la investidura. Uno que no necesariamente tiene por qué ser elegido, si no obtiene los votos necesarios, por lo que el rey tendría que iniciar de nuevo los contactos con las distintas formaciones políticas y hacer una nueva propuesta a la cámara (en el pasado reciente Mariano Rajoy, por ejemplo, se negó a aceptar ser propuesto, tuvo que presentarse la candidatura de Pedro Sánchez y, por falta de apoyos, se fue a una repetición electoral).
El caso es que en la villa y corte de Madrid hay grupos que se han tomado de forma literal lo de la corte, lo de los lacayos y los pajes, y han llegado a urdir la posibilidad de que Felipe VI se negara por cuenta propia, sobrepasando los límites de su papel constitucional, a proponer a Pedro Sánchez para la investidura si reúne los votos necesarios. Y ha llamado la atención en redes sociales que lo difunda un duque «asturiano».
Enrique Fernández-Miranda es hijo de Torcuato Fernández-Miranda, uno de los arquitectos de la Transición, de la estrategia de «de la ley a la ley» para pasar de la dictadura a la democracia. Y por esa labor le concedió el anterior monarca un ducado que ahora posee, y ostenta, su vástago. Enrique se define como «asturiano de Gijón viviendo en Madrid desde los 5 años,marido y padre de madrileños»; es decir, en cierta manera como los estadounidenses que se declaran irlandeses o polacos por la nación de algún antepasado. Con emojis de aplausos, el duque ha jaleado la propuesta que el artículo de Ramón Pérez Maura recoge, nada menos que «no ofrecer a Sánchez la candidatura a la Presidencia del Gobierno tras un eventual fracaso de Núñez Feijóo» porque el autor estima que Sánchez quiere acabar con la corona y hacer referendos de autodeterminación en Cataluña y el País Vasco también.
Doctor en Medicina y honoris causa en Ciencias Políticas, el duque fue diputado del PP muchas legislaturas, entre 1989 y el año 2000 y también formó parte de los gobiernos conservadores como Secretario de Estado de Extranjería e Inmigración dos años, entre 2000 uy 2002. Luego saltó en una portentosa puerta giratoria a la filial de la multinacional PricewaterhouseCoopers en España.
No fueron pocos lo que le señalaron que el verdadero suicidio de la monarquía sería tomar partido en el debate político, pero en sus comentarios tuiteros, entre burlas negacionistas del cambio climático y revisionismo franquista de la Guerra Civil, Enrique contesta con carcajadas.