Todos los secretos de OVO, el nuevo espectáculo del Circo del Sol que llega a Gijón
ASTURIAS
Más de 50 acróbatas realizarán el show entre el 26 de julio y el 6 de agosto en el Palacio de Deportes de La Guía
27 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Acrobacias imposibles que llevan al cuerpo humano a límites insospechados y una familia de insectos que incluye grillos locos, libélulas flexibles, mariposas valientes y hormigas asombrosas conquistará la ciudad de Gijón. Así es OVO, la nueva función del Circo del Sol que llega a Asturias y que no dejará indiferente a nadie.
El nuevo show comenzó este 26 de julio y estará disponible hasta el próximo 6 de agosto en el Palacio de Deportes de La Guía «Presidente Adolfo Suárez». «Cuando un misterioso huevo aparece entre ellos, los insectos se quedan atónitos y sienten una intensa curiosidad por este objeto icónico que representa el enigma y los ciclos de sus vidas». Bajo esta premisa se desarrolla el espectáculo escrito y dirigido por Deborah Colker.
El show cuenta con personajes de lo más curiosos como La Mariquita, que destaca por ser grande y fuerte y que a diferencia del resto de insectos no forma parte de una familia o El Viajero, una mosca en constante movimiento, lleno de chulería y confianza desmedida... El Maestro Flipo, jefe de la comunidad de insectos, será otro de los personajes que amenice al público durante la velada, al igual que una familia formada por 13 grillos.
Los 52 artistas participantes ya han comenzado a ensayar en las instalaciones que se han diseñado específicamente para el espectáculo y con las cuales viajan por cada una de las ciudades que recorren a lo largo de toda su gira. Además, el montaje y la preparación ha sido posible gracias a más de 150 técnicos, 100 de ellos trabajadores locales de Asturias.
La previa del estreno
A escasas horas del comienzo de la primera función en el pabellón gijonés, los nervios y las ganas comenzaban a sentirse. Kilian Moneey es uno de los trece grillos que forman parte del espectáculo y que deslumbrará al público con su show de tumbling, una disciplina basada en las acrobacias y mortales en camas elásticas. El joven, originario de París, formó parte de la selección francesa de tumbling. «Se trata de un espectáculo impresionante en el que hay mortales en todos los lados. Es el último acto del show e intentamos poner la máxima energía posible».
Cuando era niño visitó el show Alegría y desde entonces se quedó enamorado del Circo del sol. «Para mí formar parte de esto es como un sueño. Trabajé durante más de diez años para estar aquí hasta que finalmente cuando cumplí 21 años lo conseguí», relata con una sonrisa.
El espectáculo cuenta con una gran influencia brasileña que se ve claramente reflejada en los ritmos musicales, en el vestuario caracterizado por colores vivos y llamativos y en el tono bromista de la obra. «Deben esperar una historia bonita y fácil de entender llevada a cabo por un equipo de profesionales», destaca Kilian.
El francés se muestra entusiasmado ante el nuevo estreno, «a pesar de los años de entrenamiento, es un show que requiere de mucha elaboración. Además de practicar, debemos prepararnos, maquillarnos a nosotros mismos, estirar para evitar dolores…» A tan solo unas horas de subirse al escenario Kilian confiesa tener «ganas de ver como es el público en esta ciudad, aunque estoy seguro de que será genial, como en cada ciudad de España, donde la gente siempre es muy cálida».
Danira Quintanar es otra de las jóvenes acróbatas que llenan de vida OVO. «Realizo el acto de suspensión capilar, es decir, estoy suspendida en el aire únicamente por mi cabello». Un peinado que lleva a la artista cerca de media hora realizar y del cual los asistentes podrán disfrutar hasta en dos ocasiones a lo largo de la función.
El espectáculo no solo se caracteriza por las acrobacias sino también por un vestuario impregnado de intensos colores. Una indumentaria que pretende aludir a la fisionomía de cada insecto sin copiar su anatomía real. Este fue uno de los grandes retos a los que tuvo que hacer frente Liz Vandal, diseñadora de vestuario, el cual resolvió junto a su equipo diseñando «técnicas de plisado de tejidos para crear músculos, volúmenes y caparazones tridimensionales», comenta Vandal. «El resultado es una especie de origami orgánico. El ejemplo más evidente son los trajes de los grillos. El equipo también exploró las texturas de alas y caparazones utilizando la técnica de la sublimación para poetizarlas y darles una textura evocadora».
Cada traje, explican desde la organización, se realiza a medida para cada artista desde las oficinas centrales de Canadá. Además, cuatro sastres acompañan al equipo para dejar todo a punto después de cada actuación. Otro de los elementos fundamentales de la caracterización son los zapatos, decorados cada uno de ellos con distintas técnicas, le dan el toque definitivo a cada insecto.
Como curiosidad, la mayoría de los personajes cuentan con dos trajes: el primero más ligero y funcional, para su actuación acrobática, y el segundo, que cuenta con más detalles y por tanto es más pesado para su vida en la comunidad.
El broche de oro en OVO lo pone la música en directo. Interpretada por una banda de siete músicos que incluye un bajista y un contrabajista, un percusionista, un violinista, un instrumentista de viento, un teclista, un guitarrista y un cantante, todos ellos acompañados bajo la dirección de Berna Ceppas.