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El auge de la tecnología openEHR sigue “in crescendo”. Los grandes actores en el panorama de la atención médica han corroborado las ventajas de este nuevo sistema de gestión sanitaria y han adoptado openEHR como el estándar para la persistencia de datos, implementando en un número creciente de países en Europa. España, entre ellos, no es una excepción. Por un lado, recientemente el Servei Català de la Salut (CatSalut) ha aprobado implementar la plataforma de gestión de medicamentos Better Meds basada en openEHR en más de 60 hospitales de Cataluña -CatSalut da cobertura a una población de unos ocho millones de personas, gestiona el sistema público de prestaciones de Cataluña y está integrada en el Sistema Nacional de Salud de España (SNS)-. Y por otro, a principios de este 2023 nació el proyecto Infobanco en la Comunidad de Madrid, una iniciativa, pionera en el uso de openEHR en España, que permitirá la unificación de datos sanitarios de la red hospitalaria madrileña, empezando por el Hospital Universitario 12 de Octubre. Además, actualmente hay más procesos abiertos en distintas regiones explorando la implementación de este estándar.

¿A qué nos referimos exactamente cuando hablamos de openEHR?

La tecnología openEHR (historia clínica electrónica, por sus siglas en inglés) es el estándar abierto de referencia internacional, creado para el diseño de modelos de informática clínica, que está cogiendo fuerza en el sector sanitario global. En un contexto donde los avances tecnológicos están a la vanguardia de todos los sectores, en el sistema sanitario español nacional y regional, los datos de los pacientes no están conectados entre hospitales y centros de atención primaria de diferentes comunidades o provincias. Como consecuencia, se duplican las consultas y los procedimientos, afectando directamente la salud de los pacientes. Ante esta incertidumbre surgen las plataformas de gestión sanitaria basadas en openEHR, ya que permiten tener el control de los datos y la capacidad de crearlos, repetirlos y mejorarlos rápidamente sin grandes costes asociados, devolviendo así el poder a las personas.

El estándar openEHR permite pasar de unos sistemas informáticos basados en una red de aplicaciones distintas que gestionan sus propios datos sin ser compartidos, a un nuevo paradigma -una arquitectura de red- donde los datos del paciente se sitúan en el centro y todas las aplicaciones se rigen y se nutren alrededor de estos.

Asturias podría ser una de las próximas regiones de España que se beneficie de esta nueva tecnología. Cuenta con el tercer mejor sistema sanitario de España, formado por más de 20 hospitales, y es la comunidad que más gasto sanitario tiene por habitante en el país, con 2.022 euros por habitante cada año, según la Radiografía de la Sanidad de RTVE. En los últimos años, la comunidad está invirtiendo cada vez más en digitalización, por las ventajas para los pacientes y la reducción de los costes que supone. De hecho, ya están desarrollando diferentes aplicaciones y trabajan en la implementación de la telemedicina.

En paralelo, en Asturias podemos encontrar también los problemas habituales de la gestión sanitaria: no hay suficientes médicos (sobre todo de familia), estos están sobrecargados de trabajo, las instituciones sanitarias privadas y públicas no están conectadas y hay largas listas de espera.

Las soluciones sanitarias digitales, como las plataformas de datos abiertos, pueden ser una solución. Estas permiten principalmente mejorar la fluidez de datos y la interoperabilidad. Además, dan la posibilidad de crear un ecosistema de aplicaciones clínicas y de pacientes, apoyar aún más la iniciativa de telemedicina, implicar al paciente en el proceso y reducir la carga del personal clínico. Así, si Asturias sigue el ejemplo de Cataluña y Madrid, integrando en todo el sistema sanitario plataformas de gestión sanitaria basadas en openEHR, tiene la oportunidad de construir una historia clínica electrónica longitudinal centrada en el paciente y en los datos.

En un futuro muy próximo, los equipos clínicos apostarán cada vez más por las plataformas abiertas y se alejarán de las soluciones más tradicionales, como las soluciones basadas en el trabajo en silos. Así, podrán colaborar con cualquier proveedor de soluciones digitales sin atarse a uno de concreto.

Recordaremos el 2022 como el año en que todos los grandes actores del panorama sanitario adoptaron el openEHR como estándar para la persistencia de datos y algunas grandes compañías, como Microsoft y EY, se unieron a la comunidad openEHR. Tal como afirma Erik Vermeulen, líder global de salud tecnológica de EY, en un post de LinkedIn: “OpenEHR es el único estándar internacional de datos sanitarios abiertos que puede hacer frente a la complejidad de la semántica sanitaria y, además, está específicamente diseñado para la persistencia”.

En definitiva, la tendencia de la gestión de los datos clínicos de los próximos años será construir nuevas infraestructuras en torno a los datos abiertos. Más allá de los procesos en marcha en España, la nueva tecnología se está aplicando en toda Europa, en hospitales como los del Reino Unido (The Christie NHS Foundation Trust, OneLondon), Alemania (HighMed consortium), Suecia (Hospital Karolinska y regia Stockholm), Eslovenia (sistema EHR nacional) o Italia. Así, vemos que mientras la comunidad openEHR crece, se van sentando las bases para construir las plataformas de salud digital de próxima generación.