«Con la mosca detrás de la oreja»: calma tensa de los ganaderos de Picos por la presencia de ántrax en explotaciones de la zona

Marcos Gutiérrez ASTURIAS

ASTURIAS

Vacas en Asturias
Vacas en Asturias Eloy Alonso | EFE

El regidor de pastos de la Montaña de Covadonga, José Antonio García Álvarez, explica que, pese a que entre el 30 y el 40% de las reses no están vacunadas, la situación no llama a «alarmarse más de lo normal»

18 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Las ganaderías de los Picos de Europa empiezan a estar «con la mosca detrás de la oreja» por la presencia de ántrax (carbunco bacteridiano) detectada o acerca de la que existen sospechas en algunas explotaciones de la zona. La situación de calma tensa de los expertos y dueños de explotaciones de debe fundamentalmente a que ya se han dado algunos casos, antes de lo que viene siendo habitual y a que no toda la cabaña bovina está inmunizada.

Sin ir más lejos, hace menos de una semana España notificaba a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) un foco de ántrax en una explotación de 56 reses en Cangas de Onís, que afectó a media docena de animales.

El regidor de pastos de la Montaña de Covadonga, José Antonio García Álvarez, admite que se trata de un problema que se detectó el año pasado y está causando, si bien no alarma, si dificultades. «Ahora estamos con la mosca detrás de la oreja», explica.

Comenta que este problema surgió «el año pasado hacia el otoño, que es cuando suele empezar a afectar esta enfermedad». Añade que el carbunco es «en épocas de sequía» cuando «pega» más fuerte. En este caso estamos hablando de «una variante nueva» surgida el otoño pasado «entre Onís y Cangas» que en el momento en que se trató «pararon de morir» los animales.

José Antonio García Álvarez apunta, sin embargo, que no se podía prever que el retorno de esta enfermedad «iba a ser tan rápido», hasta el punto de volver a producirse en julio, en lugar de septiembre u octubre.

Una de las causas de la inquietud del regidor de pastos de la Montaña de Covadonga de Cangas de Onís tiene que ver con el hecho de que «no se vacunó el 100% de la cabaña» contra el ántrax. Asimismo, considera que, pese a que se están empezando a corregir ciertos hábitos, se arrastraban años de «hacer mal o no lo suficientemente rápido los enterramientos».

Calcula que en torno al «60 o 70%» de las explotaciones tienen a los animales vacunados debidamente, si bien advierte de que «en Cangas de Onís hay mucho ganado». Cree que es necesario esperar para ver «cómo se desarrollan los acontecimientos ahora».

La vacuna contra el carbunco se pone a los seis meses después de la primera aplicación y posteriormente ya de manera anual. Cree que la situación no llama a «alarmarse más de lo normal», si bien cree que es labor de los ganaderos cumplir metódicamente con las indicaciones de los veterinarios y enterrar adecuadamente a los animales muertos por la enfermedad.

El carbunco es una enfermedad infecciosa grave causada por una bacteria y que puede encontrarse naturalmente en la tierra. Por regla general afecta a mascotas y animales salvajes en todo el mundo, pese a que de manera menos común las personas que hayan estado en contacto con animales infectados o productos contaminados pueden contraerlo.

El contacto con el ántrax puede provocar una enfermedad grave tanto en humanos como en animales, si bien no se trata de una enfermedad contagiosa como, por ejemplo, un resfriado.

En el caso del ganado y los animales salvajes que viven en libertad lo más habitual es que se infecten al respirar o beber esporas, ya sea del terreno, presentes en plantas o en agua contaminada.