El Principado ha pedido un inventario pero la colección, con obras maestras, está dispersa incluso fuera de la comunidad
13 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Un pequeño, muy pequeño de verdad, spoiler para empezar: la última película de Indiana Jones arranca con una aventura del arqueólogo buscando el arte expoliado por los nazis al final de la II Guerra Mundial. Salvando todas las distancias, la administración asturiana ha empezado sólo ahora a preocuparse por el destino e inventario de la colección de obra social y cultural de la antigua Cajastur, tras muchas fusiones hoy diluida en Unicaja. Pero nadie sabe realmente ni cuántas piezas tiene la colección, ni dónde están con certeza. Todo ello a pesar de que el Principado ha requerido de forma insistente a la entidad ese catálogo.
Y el contenido de esa colección es valioso: «es historia del arte asturiano, desde luego de la segunda mitad del siglo XX, sin duda; con obras maestras, pero también es historia del arte en Asturias», apunta el crítico Luis Feás Costilla quien recalcó, por ejemplo, que «la segunda exposición del grupo El Paso se hizo en la sala de Cajastur en Oviedo. No tengo ninguna duda de que es una colección importante e histórica».
El Principado movió ficha esta semana al requerir que, en el plazo de un mes, se le remita una copia de los inventarios con que cuenten de la colección de arte de la antigua Caja de Ahorros de Asturias. Esta petición está dirigida a varias entidades. Durante el proceso de transformación bancaria (Cajastur se transformó en Liberbak y luego se diluyó en Unicaja), la colección quedó dividida en 2014 entre la Fundación Bancaria Caja de Ahorros y la entidad Liberbank, si bien el grueso de las piezas -unas 3.000- quedó en posesión de esta última, actualmente integrada en Unicaja; según citó la agencia Efe.
«Para las exposiciones que estoy haciendo del grupo El Paso, se solicitó para una exposición que íbamos a hacer en Salamanca una pieza que era de Cajastur y que ahora se supone que es propiedad de Unicaja y nos contestaron que no saben exactamente dónde tienen las cosas, que son más o menos conscientes de que eso probablemente haya pasado a sus manos pero que no saben localizarlo y que de aquí a cuatro años no van a hacer ese inventario ni van a intentar nada más»; explicó Luis Feás quien señaló que esta conversación la mantuvo el pasado mes de abril.
Obras clave como 'El bodegón de Lastres', de Telesforo Cuevas, o 'Las víctimas de la fiesta' de Dario de Regoyos, sí están localizadas, están depositadas en el Museo de Bellas Artes de Asturias. Pero sobre muchas otras sólo hay incertidumbre: «Hay obras, como los cuadros que hizo Jaime Herrero para los cines Clarín que estaban en sedes de la caja, las alegorías de las artes y las ciencias de Paulino Vicente estaban en la oficina de la calle Argüelles, pero había muchos cuadros que estaban colgados en el Monte de Piedad, que estaba en el edificio histórico de la caja en la plaza de la Catedral de Oviedo. Ese edificio se vendió y nos queda el temor de que si se deshacen de los edificios se acaben deshaciendo también de lo que puedan tener dentro».
El Principado ha iniciado los trámites para declarar Bien de Interés Cultural (BIC) más de un millar de obras del siglo XIX y XX que forman parte de la colección, en ese listado siempre se recogen nombres como los de Nicanor Piñole, Evaristo Valle, Aurelio Suárez, Orlando Pelayo, Joaquín Rubio Camín, Dionisio Fierros, y otros como Eduardo Úrculo, Juan Genovés y Joaquín Vaquero Turcios. Pero, según el expediemte dictado por el gobierno asturiano se desconoce «a ciencia cierta el número total de obras incluidas en las ahora colecciones de las dos entidades», dado que ninguna de ellas ha atendido el requerimiento de solicitud de inventario de las obras efectuado por la Consejería de Cultura (en mayo de 2017 y enero de 2021) después de que «algunos autores elevan ese monto a 5.000 obras e incluso más».
En pasadas ocasiones la cúpula de Cajastur, Liberbank o Unicaja, aseguró que las piezas estaban en el palacio de Revillagigedo, en Gijón. Feas lo cree imposible porque allí se siguen organizando exposiciones y no hay espacio físico suficiente para acoger el volumen total de obras. «Estuve recientemente en la antigua sala de la obra social y cultural de Cajastur en Mieres, y en la planta de arriba, donde esta el ambigú todavía ves obra allí colgada, colgada y abandonada. Debe haber todavía un montón de obra dispersa que está en locales propiedad de Cajastur».
Pero el desinterés por la colección ha marcado todo el proceso de fusión y transformación bancarias. Así Feás aseguró que le consta que «hay obras que están por Castilla-La Mancha, se las llevaron cuando la fusión, allí se almacenaron obras. Lo sabemos porque algunas de las piezas que se expusieron en el Museo Barjola en 2015, llegaron desde allí».
En este sentido, el crítico insistió en que «lo que peor me parece es el desinterés, el abandono, les importa un comino» y recalcó que «quiero reindindicar el patrimonio; no sólo la colección de arte, que por supuesto, no es sólo el archivo, que se menciona poco pero tiene muchísima importancia que en ese archivo está historia del arte español; son también los edificios: se ha vendido la primera sede histórica en la plaza de la Catedral, pero siguen teniendo el edificio nacionalista que tienen en Gijón maravilloso (en la plaza del Carmen) o el mismo edificio de la Escandalera en Oviedo».
Pero no sólo eso, Feás recordó que sigue existiendo una Fundación Cajastur con unas obligaciones y una responsabilidad respecto a esa obra social y cultura y lamentó que la antigua entidad asturiana «es la única que no hace nada. En cualquier otro sitio, en Cantabria, en Galicia o en Madrid, antiguas cajas que han pasado por muchos más problemas que Cajastur, siguen manteniendo su obra social».