Las previsiones de aumento de la demanda de energía en verano han incrementado los precios
05 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.A pesar de que acumuló enormes demoras, no sólo por desde su construcción por problemas en los tribunales, sino por retrasos burocráticos para su puesta en marcha definitiva este año, la regasificadora de El Musel ha arrancado con el viento a su favor y un alza precios en el mercado. Escoltado por la Guardia Civil, el primer metanero llegó al puerto de Gijón el pasado fin de semana para descargar nada menos que 150.000 toneladas de gas licuado en un proceso que se prolongó varias jornadas. Y además lo hizo en un momento de repunte de precios.
Los últimos ejercicios han sido de una escalada permanente del mercado del gas debido a la invasión rusa de Ucrania y, de hecho, el conflicto tuvo su impacto en el rediseño de usos para la infraestructura asturiana, como buena de parte de los proyectos para Asturias, guardado en un cajón en la sede de organismos estatales que no suelen considerar nada relativo al Principado una prioridad. Pero la guerra hizo que toda Europa volviera sus ojos al Atlántico para recibir el gas, fundamental para países de Centroeuropa, tras cortarse el suministro por las sanciones impuestas a Rusia. La regasificadora, que se planificaba recuperar como un eslabón del gran proyecto del hidrógeno verde, debió rediseñarse de nuevo para gas, pero sólo como almacén.
Este nuevo propósito llega en una alza de precios, para agosto, según Bloomberg, por encima del 1,44%. En el diario La Vanguardia se hicieron eco de las valoraciones de la agencia especializada para recalcar que «Los futuros de referencia terminaron junio más de un 30 % más altos. Es el primer aumento mensual desde marzo y el salto más grande desde julio pasado». Así mismo recogió que si bien los precios del gas no llegan a las cifras de máximos que se alcanzaron el pasado ejercicio y que a ello se suma las reservas superan una media del 77% en Europa, el 90% en España, en el movimiento de los mercados ha tenido su impacto todo un conjunto de factores: la previsión de aumento de la demanda para el gasto energético en veranos cada vez más calurosos; el breve motín de los mercenarios de Wagner en Rusia, el recorte de oferta por el mantenimiento de plantas en Noruega y la puja entre Europa y China que también desea este fuente de energía.
La competencia
Incluso después de que la regasificadora de El Musel recibiera la luz verde del Gobierno para su puesta en marcha tras la guerra de Ucrania, el proyecto demoró su apertura durante casi un año por ideas y vueltas en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Incluso después de que se hiciera la primera selección de plantilla, en el verano de 2022, el organismo estuvo mareando la perdiz con los usos de la infraestructura durante meses.
En ello tuvo que ver seguramente el rediseño de la infraestructura, si estaría conectada a la red o sólo serviría de almacén (se adoptó esta última decisión) y los cambio en la propiedad, ya que junto a Enagás se unió Reganosa haciéndose con un 25% del capital. Pero quizá también, y ha sido una sospecha insinuada por sectores empresariales asturianos, la falta de interés en en abrir el abanico de la competencia a las regasificadoras de Galicia (Ferrol) y País Vasco (Bilbao). De hecho Crónica Vasca se hacía eco precisamente de que la planta gijonesa supone una alternativa en la misma área de acción cantábrica para el Ente Vasco de la Energía (EVE) y que estima una entrada vía negocios gasistas de casi 13,5 millones de euros, de los que unos 7 millones corresponderían a la regasificadora bilbaína. La publicación cita al director del EVE, Iñigo Ansola, reconociendo que la planta asturiana les resta protagonismo y reclamando para Bilbao un segundo cargadero.
Pero Gijón no tiene conexión, es más bien parte de un gran almacén español para Europa. Al Musel llegarán barcos para descargar gas, que o bien se guardará en los depósitos, o bien se transferirá a otros buques, que podrán tener múltiples destinos. Dispondrá de cargadero para vehículos pesados y «el servicio de carga de cisternas de gas natural licuado muestra niveles de utilización elevados en determinadas plantas del sistema gasista. En concreto, en la zona de la cornisa cantábrica», según subrayó el Ministerio de Transición Ecológica en la orden que regula los servicios en la factoría. Por ello, añade que será clave para descongestionar esa prestación, y para el fomento de las exportaciones a Europa. Durante el pasado año, de las plantas españolas salieron 1.265 camiones cisterna para Andorra, Francia, Italia, Portugal y Alemania.
Aunque el Departamento que dirige Teresa Ribera incide en que la puesta en marcha de El Musel resultará «beneficiosa para el sistema gasista», también admite que su arranque podría implicar «situaciones de congestión», que afectarán «principalmente a la capacidad de emisión de la planta situada en Mugardos».
Se originarán «en situaciones en las que se produzcan altas actividades en ambas plantas de regasificación, y siempre que la demanda de la zona más la capacidad de exportación de la misma no sean suficientes para absorber la producción combinada de ambas plantas». Esto se produce porque las instalaciones energéticas asturianas tendrán que regasificar una parte mínima de gas para garantizar que la actividad logística se lleva a cabo en perfectas condiciones. Aunque Enagás había solicitado autorización de regasificación máxima por 64 gigavatios hora al día, se ha quedado en 45. Transición Ecológica también incide en la vertiente económica que implicará la puesta en marcha de la terminal. Pondrá fin a la retribución que percibe Enagás por su estado de hibernación, que ascendía a 25,7 millones de euros al año. La compañía pasará a ingresar 25,3 millones en concepto de prestación de servicios con acceso regulado.