Los cabezas de lista de los principales grupos cruzaron puyas y réplicas en una cita en la que la despoblación planeó sobre todo los temas
18 may 2023 . Actualizado a las 01:54 h.Al filo de la una de la madrugada terminó el único debate que celebrarán los candidatos a las elecciones asturianas y que retransmitió la televisión autonómica. El formato, con unos bloques temáticos en que cada uno podía administrar su tiempo y el hecho de que haya hasta siete grupos con opciones de representación, encorsetó en cierta medida el diálogo aunque el ambiente fue calentándose algo más en el tramo final. Con todo sirvió especialmente para perfilar un escenario de bloques en el próximo parlamento que se constituya tras los comicios del 28M.
Siendo Adrián Barbón quien aspira a revalidar su presidencia entraba dentro de lo esperado que centrara ataques y réplicas de todos los grupos y durante parte del debate fue así, pero lo cierto es que donde más saltaron chispas fue en los encontronazos entre los cabezas de lista de los partidos del espacio del centro a la extrema derecha. El caladero conservador está muy fragmentado en el Principado y la pelea por cada voto es intensa y es algo que se notó especialmente en las puyas lanzadas desde Ciudadanos, Foro, en menor medida Vox, hacia el candidato popular Diego Canga, que empezó tratando de resistirse pero acabó entrando al trapo a medida que pasaban los minutos.
Barbón aprovechó para lanzar un anuncio muy relevante: su propuesta de gratuidad para todos los padres de niños el ciclo de 0 a 3 años a partir de septiembre de 2024. En casi todas sus intervenciones quiso dar un tono institucional que le lastró en algunos momentos mientras trataba de enumerar datos que le fueran ventajosos en el discurso. Pico, y picó a Canga con la pregunta de si dejaría Asturias tras los comicios, (Canga dijo que no) y si se quedaría en todo caso los cuatro años. El candidato del PP exhibió en muchos momentos un aire de displicencia que fue visto como debilidad especialmente por parte de los Adrián Pumares, de Foro, y Manuel Iñarra de Ciudadanos.
De forma explícita el cabeza de lista de IU-Convocatoria por Asturies, Ovidio Zapico, señalaba que su objetivo era participar en un gobierno «de reformismo fuerte» que siguiera la estela de la coalición en La Moncloa. Esto era señalado como un peligro de «tripartito» desde el atril del PP. Pero también de forma explícita la candidata de Vox, Carolina López, remarcó que Castilla y León era su ejemplo y no habría alternativa de gobierno sin ellos. Tanto Barbón como Canga pretendieron no darse por enterados de tales cortejos, pero volverán el día 29.
Los siete aspirante dispusieron de un minuto inicial y uno final para explicar sus propuestas y luego tuvieron que administrar cuotas de tres minutos en distintos bloques temáticos: uno dedicado a economía e industria, otro a transporte e infraestructuras, uno al medio rural, otro a servicios públicos y uno último a prioridades y pactos.
Pese a a esa división de bloques temáticos una gran sombra volvía una y otra vez sobre cada área de debate: la despoblación, la pérdida del millón de habitantes, el envejecimiento. Apareció en las discusiones sobre economía que se trataron con una cierta superficialidad ya que el conjunto de partidos del bloque de la derecha ofrece como solución panacea las bajadas de impuestos. Todo se arregla con rebajas fiscales. Barbón esgrimía los datos de empleo, que son mejores ahora que hace cuatro años, y Canga le replicaba que era porque se perdía población ocupada.
En el momento en que se trataron los problemas del medio rural, se habló del lobo especialmente y su inclusión como especie no cinegética, de las protestas recientes de los ganaderos de los incendios pero, y a pesar de que los fuegos de semanas atrás que obligaron a desalojar a centenares de personas fueron provocados y además las primeras detenciones están relacionadas con quemas para pastos, solo Covadonga Tomé apuntó que sería necesario reformar la ley de acotamientos además de hablar de prevención. Pumares la acusó de criminalizar al campo y Canga incluso llegó a anunciar que si gobierna el consejero de Medio Rural tendría capacidad de vetar leyes de otras consejerías.
La sanidad ocupó la mayor parte del tiempo dedicado a servicios sociales. Y no es extraño; aunque la pandemia quedó atrás fue sin duda el fenómeno que marcó esta legislatura en Asturias en cualquier territorio. Barbón presumió de que en Asturias no se negó hospitalización a nadie en función de la edad y reconoció que había sido un test de estrés muy intenso para el sistema. Los demás grupos no dejaron de recordarle hasta qué punto se le empiezan a ver las costuras en Atención Primaria sobre todo y en las listas de espera.
Podemos y Foro (que trata de marcar un perfil regionalista más fuerte) coincidieron en un punto; la propuesta de que Asturias asuma la gestión de las cercanías ferroviarias. Pese a las demoras de la Variante se hizo poca sangre con el asunto y de hecho, Ovidio Zapico (que también defiende asumir las competencias ferroviarias) fue casi más optimista que Barbón al señalar que los túneles abrirán de forma inmediata y debe pensarse ya en los usos más eficaces.
Fue en general un debate respetuoso en general aunque tajante en muchos momentos y además con candidatos con muy poca química personal, las puyas más grandes se dirigieron a Canga, que se picó con Iñarra y le despachó un «eso son tonterías» en un momento de réplica que el naranja consideró muy descortés. Aprovechó Barbón para recomendar «humildad» en los debates.
De forma sistemática la candidata de Vox, Carolina López, era la que se quedaba con más tiempo sin usar porque sus argumentos (aún con la virtud de no tener que leer notas como otros adversarios) se reducían a tres o cuatro lemas multiuso para todos los escenarios; y fue especialmente beligerante con «los bables» que, a su juicio, se perderán si hay oficialidad del asturiano. Por cierto que todos los grupos fueron bastante claros sobre lo que harán al respecto la próxima legislatura, algo más misterioso Foro, como en la anterior.