Adrián Barbón: «No querría que Asturias se convirtiera en un parque de atracciones y estemos aquí plagados de personas que la hagan inhabitable»

ASTURIAS

Adrián Barbón durante la entrevista
Adrián Barbón durante la entrevista Tomás Mugueta

«Ha sido la legislatura más difícil de la democracia. Lo ha sido por la pandemia, por sus consecuencias económicas, por todo lo que tuvo que ver con el estrangulamiento de las materias primas, por la guerra de Ucrania, la inflación y, para rematar, los incendios»

23 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La legislatura toca a su fin y es el momento de hacer balance. Adrián Barbón, presidente del Principado, tiene claro que ha sido «la más difícil de la historia» y que la pandemia ha sido, sin duda, el más grave de todos los problemas a los que ha tenido que enfrentarse. Pese a ello, presume de haber aprobado los cuatro presupuestos en minoría parlamentaria y de haber sentado las bases de la transformación industrial a la que se enfrenta la región. En el debe, destaca la aprobación de la ley de reto demográfico, que se marca como prioridad para el próximo mandato si es reelegido, o que «me hubiera gustado afrontar antes la guerra a la burocracia». Con estas premisas, el presidente dibuja una Asturias sostenida por cuatro pilares: esa industria transformada; el sector agroalimentario; el turismo; la ciencia y la recuperación de la identidad de Asturias.

-Parece que ya se ha olvidado, pero esta legislatura está marcada por el coronavirus, la pandemia y las consecuencias. En líneas generales, ¿cuál es el balance de estos cuatro años?

-Ha sido la legislatura más difícil de la democracia, desde que existen autonomías, desde el año 82 cuando entró en vigor nuestro Estatuto de Autonomía. Lo digo con total sinceridad. Fue la más difícil por la pandemia, por las consecuencias de la pandemia con la crisis económica. Luego todo lo que tuvo que ver con el estrangulamiento de las materias primas, la guerra de Ucrania y la inflación y, para rematar, los incendios. Yo creo que es imposible encontrar tantos problemas juntos y de esas dimensiones. La más grave, sin duda, la pandemia.

-¿A pesar de todas esas dificultades, con qué se queda de este periodo?

-Me quedo con algunos elementos que creo que incitan, al menos, a la esperanza. La primera, que a pesar de todas las dificultades mantuvimos la estabilidad política en esta comunidad autónoma sin tener mayoría absoluta. Sacamos los cuatro presupuestos del Principado de Asturias adelante. Esto es algo que no pasaba en un gobierno en minoría desde hace muchísimos años. En segundo lugar, porque es la legislatura de la transformación industrial de Asturias. Somos conscientes de que tenemos que cambiar nuestra industria, que la industria asturiana era insostenible por envejecida y hay que ir hacia un modelo de descarbonización. Es también la legislatura de la ciencia y de la innovación. Por primera vez tomamos conciencia de la importancia que tiene y, de hecho, hoy el 3,5% de nuestros empleos están ligados a la alta tecnología. Es algo que nos sitúa como la cuarta comunidad más importante de España por detrás de Madrid, País Vasco y Cataluña. Es decir, estamos en un top puntero, sin duda. Como elementos positivos yo diría eso, la estabilidad política, lo que ha sido la transformación económica industrial y, en tercer lugar, la apuesta por la ciencia y la innovación. 

-¿Qué le ha quedado por hacer?

-A mí me gusta siempre hacer un análisis crítico. Lógicamente, la pandemia marcó casi dos años enteros de legislatura. Solo siete meses han sido de legislatura normal. Pero fíjese. A mí me hubiera gustado afrontar antes, por ejemplo, lo que es la guerra a la burocracia, a pesar de que ya conseguimos aprobar dos leyes importantísimas en los últimos plenos. En segundo lugar, una ley que va a ser de las tres primeras que presentaremos en el inicio de la próxima legislatura, como es la ley de reto demográfico. 

-¿Y la reforma del Estatuto y cooficialidad del asturiano?

-Claro que me hubiera gustado, pero es una cosa muy fácil de entender. Hacen falta 27 votos y solo había 26. Hubo un momento ahí, un ensoñamiento casi, como si fuera un sueño dulce de verano, en el que parecía que había 27, pero no. Había 26. Depende de los asturianos el que haya esos 27 votos. 

-¿El compromiso sigue siendo el mismo en la próxima legislatura?

-Por supuesto.

-¿Cuáles son los pilares sobre los que se debe construir la Asturias del futuro?

-Esa nueva Asturias se construye en primer lugar sobre una base industrial, pero no de la industria que hoy conocemos, sino de una industria transformada. Por eso es de tanta importancia la ayuda que aprobó el Gobierno de España a ArcelorMittal de 450 millones de euros, el PERTE de la descarbonización que nació en este despacho porque le dije abiertamente a la vicepresidenta Nadia Calviño que si queríamos garantizar seguir siendo una comunidad industrial hay que hacer algo de aportación de política pública. A ella le gustó la idea. Se trata de la transformación de nuestra industria en una verde, digital y de futuro. Recuerdo cuando visité hace cuatro años el centro de I+D+I de Arcelor, que  hoy tiene a mucha más gente trabajando allí, pero es que incluso la parte que no tiene que ver con la investigación del acero se ha desgajado del centro, The Next Pangea, que está en La Granda y que es impresionante los proyectos en los que están trabajando. Esa es la nueva industria del futuro de Asturias y ahí está naciendo ahora. En segundo lugar creo que tenemos que potenciar nuestro sector agroalimentario. Tenemos algunas de las empresas más potentes, Central Lechera y Reny Picot, por ejemplo, son dos de ellas, pero hay mucha base sostenible en ese sentido. Y eso en un mundo, en una Europa que ha tomado conciencia después de mucho tiempo de la necesidad de lo que se llama soberanía alimentaria. La guerra de Ucrania nos lleva a ello. Hay que potenciar la actividad ganadera con condiciones de rentabilidad y también con ayudas a través de la PAC, como no puede ser de otra manera. 

El tercer eje tiene que ver con turismo, los datos hablan por sí solos. El año pasado Asturias recibió 2,4 millones de viajeros, hubo 6,1 millones de estancias y tenemos que seguir en esa línea. Una cuarta cuestión es que Asturias tiene que ser el territorio de la ciencia y la innovación. No nos podemos conformar con la industria tradicional, tenemos que estar en la innovación permanentemente, por eso una de las apuestas políticas, y que en su momento más se descalificó, fue cuando cree la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad, y hoy todo el mundo reconoce que ha sido clave en la materia. Así que son esos cuatro ejes de la Asturias del futuro. Y sumaría un quinto, el de una Asturias que cree en sí misma, que es una reanimación de la identidad Asturias, una recuperación de esta autoestima que, a golpe de reconversión,  hemos ido perdiendo. Parece muchas veces que pensamos que la solución a nuestros problemas tiene que venir de fuera, que no somos capaces de solucionar problemas aquí, o tenemos la sensación de que somos menos que los demás y no es así. Lo dice muy bien José Andrés, este asturiano universal, cuando dice lo de que en Asturias tienen que creérselo. La autoestima pasa por nuestra identidad con orgullo y no tener ningún miedo a reivindicarla, que es algo sano. Además, nuestra identidad es totalmente respetuosa con el proyecto común que es España, el proyecto común que es Europa, no hay ningún problema y eso también tiene mucho que ver con nuestras tradiciones, con nuestra cultura, nuestra lengua, con nuestras lenguas.

-Respecto al turismo, ¿se corre el riesgo de morir de éxito como en otras comunidades?

-Yo espero que no. Nuestra política va en la línea de un turismo sostenible. No querría que Asturias se convirtiera en un parque de atracciones y que estemos aquí plagados de personas que hagan inhabitable la propia comunidad. No es eso lo que queremos, nosotros queremos un turismo sostenible. Sostenible desde el punto de vista de las personas y para eso es muy importante la desestacionalización y es algo que se va logrando. En segundo lugar, sostenible ambientalmente. Porque si algo nos hace atractivos como experiencia turística, aparte de los paisanos, porque somos abiertos, somos gente acogedora, es el paisaje, el entorno natural.

-Durante estos cuatro años hubo algún cambio de consejeros ¿Qué grado de satisfacción tiene con la labor de su equipo de gobierno?  

-Los consejeros siempre digo que están en examen permanente porque tienen que rendir al 100%. Eso no significa que haya cambios porque no rindan, sino sencillamente porque en cada contexto puedes encontrar que sean mejor unas dinámicas o unos perfiles distintos. Pero no haré ahora un balance de los consejeros porque creo que en las elecciones se va a valorar también el futuro, un programa del gobierno. Somos un partido que ha presentado un programa de gobierno frente a otros que presentan programas electorales. Pero además, como diría aquel político por desgracia tan famoso, ‘no toca’. No toca hacer elucubraciones de quién seguirá o quién no. Eso procederá después de haber celebrado las elecciones, tras conformar, evidentemente con esa mayoría que espero tener gracias al apoyo ciudadano, para configurar el nuevo gobierno de Asturias.

-Sí que ha dicho públicamente que le gustaría que siguiese Cofiño…

-Tiene mi total confianza. Los únicos tres puestos que me reservé en los puestos de salida de la candidatura, uno es para Cofiño, otro para Concepción Saavedra y otro para Celia Fernández, la que fuera presidenta de Cruz Roja y hoy vicepresidenta de la Junta. El resto, todos han salido por votación de la militancia, cosa que nos distingue también de otros partidos. Otros en los que un señor elige a otro señor y esos a otros señores; y aquí no.

Objetivo electoral

-¿Qué objetivo tiene para las elecciones de mayo? ¿Se conformaría con repetir resultados?

-He visto recientemente a otro partido decir que aspiran a una veintena de diputados y 24 alcaldías, me parece que lo dijo un político de Madrid, uno de estos que tutelan a la franquicia aquí. Yo nunca le he puesto números a la aspiración. Yo aspiro a ganar y gobernar, a tener el suficiente apoyo ciudadano para gobernar. Aspiro a ello con total humildad. Y a los ciudadanos les diría que, lógicamente, cuantos más diputados tengamos, más fácil será la acción de gobierno. Pero no le pongo número; el objetivo que nos marcamos es ganar y gobernar. 

-¿Cómo cree que puede afectar la crisis en Podemos Asturies entre el electorado de izquierdas?

-Espero que no afecte. Espero que se resuelva lo mejor posible. Yo soy consciente de que hay un espacio a la izquierda del PSOE que seguramente nunca nos va a votar pero yo les respeto mucho. Siento un profundo respeto por los votantes de Podemos y por los votantes de Izquierda Unida. Es verdad que hemos ganado la confianza en muchos de sus votantes, pero yo deseo que esa crisis no afecte y que haya una movilización del espacio progresista en su amplio espectro. 

-¿Qué papel está jugando Adriana Lastra en la elaboración del programa electoral? 

-Adriana está centrada en la labor del comité electoral, que es el que diseña la estrategia, y eso es algo que yo le pedí personalmente. Quería que participara compatibilizándolo con la maternidad. Adriana viene con una trayectoria muy conocida a nivel nacional y reconocida por la militancia asturiana. Está trabajando de lleno en el Comité Electoral y no puedo más que destacar que su futuro político pasa, como todo el mundo sabe, por ser nuestra cabeza lista en las elecciones generales de diciembre.

-Para la necesaria transformación de la industria, ¿qué importancia tienen los fondos europeos? ¿Está Asturias capacitada con el sistema y la administración que tiene para gestionarlos?

-De los fondos que hemos recibido, ya tenemos movilizados y hechas las convocatorias de en torno al 58% del total. La vicepresidenta Calviño nos puso de ejemplo como la segunda comunidad que mejor estaba gestionando esos fondos. Frente a las dudas que algunos quisieron lanzar, no hizo falta que contestáramos nosotros, lo hizo Nicola De Michelis, el director de Crecimiento Inteligente y Sostenible y Ejecución del Programa IV de la Dirección General de Política Regional y Urbana de la Comisión Europea, al señalar que Asturias está gestionando eficientemente los fondos europeos. Lo reconoció y se acabó el debate. Es verdad que todo puede ser mejorable, todo se puede acelerar, pero en esta comunidad vamos a ser capaces de aprovechar los fondos muy bien, entre otras razones porque creamos a tiempo su arquitectura institucional, para cómo gestionarlos, y eso se nota.

-A todos los ciudadanos nos preocupan los problemas que está evidencian el sistema de salud. 

-La pandemia fue un test de estrés para nuestro sistema sanitario y desde luego lo ha desgastado, y eso hay que reconocerlo. Hay que replantear cómo lo vamos a reanimar y por eso estamos invirtiendo cada año más en la sanidad pública. ¿Cuál es el problema principal? Es la falta de profesionales. Pero no solo aquí, yo hablo con los presidentes del PP que antes he citado y me dicen todos lo mismo. Y esto no pasa por castigo divino o porque la gente haya dejado de estudiar Medicina, es porque en el año 2012, con motivo de la crisis económica, el Gobierno Rajoy decide que hay que reducir las plazas de formación de médicos. Y en Asturias por ejemplo en la especialidad de médico de familia pasamos de 62 a 32 MIR. Cuando se hace eso se estrangula al sistema, porque salen más médicos jubilándose que los que entran. Quien vio esto e hizo algo para cambiarlo fue María Luisa Carcedo, que elevó las plazas de nuevo y a partir del 2024 vamos a empezar a tener ya más médicos y médicas que saldrán y se irán incorporando al sistema. Estos años van a ser difíciles hasta que empiecen las nuevas generaciones a sustituir a los médicos que se jubilan. Y, mientras tanto, tenemos que agradecer el esfuerzo de los médicos y médicas de familia que no se jubilan, sin ellos estaríamos mucho peor. Hemos llegado a acuerdos para la reorganización del sistema, de estabilización del personal, creo que llegaremos a más acuerdos. Desde luego lo que no van a poder decir de este presidente es que insulta a los manifestantes en defensa de la sanidad. Creo que hemos demostrado a lo largo de esta legislatura que capacidad de diálogo tenemos.

-Ocurre, ya pasó con los camioneros, que junto a los sindicatos tradicionales pueden surgir plataformas que obligan a replantear las negociaciones.

-Eso está en un contexto de cambio del modelo de relaciones laborales,  que trasciende el ámbito asturiano, y es mucho más profundo y que en mi opinión tendría que abordarse a nivel nacional. Yo siempre he sido un defensor de la acción sindical organizada. Porque es muy importante que los trabajadores se agrupen en la defensa de sus derechos, no para una cuestión temporal sino de forma permanente. La historia nos ha demostrado que los grandes avances, la jornada laboral de ocho horas, es una conquista de los sindicatos. Ahora están constantemente atacados e insultados, da igual el tipo de sindicato que sea, no hablo solo de los de clase. Y hay que reconocer que los sindicatos han sido protagonistas de muchos avances, en la transición política, en los pactos de la Moncloa... fueron fundamentales para que la llegada de la democracia fuera tranquila pese a momentos de gran tensión como la matanza de los abogados de Atocha.