El gobierno bipartito, a cuatro manos entre PP y Ciudadanos, que llevó la gestión de la capital asturiana en esta legislatura se rompió oficialmente este martes, cuando apenas restan unas semanas para las elecciones locales y casi 150 horas después de que Ignacio Cuesta (que fuera el máximo dirigente naranja en Asturias) cumpliera el secreto a voces más conocido de la comunidad: su salto al PP.
Los concejales de Ciudadanos en Oviedo se tomaron con calma la digestión de la marcha de Cuesta. Tras unos cuantos días, con un fin de semana en medio de reflexión, anunciaron que rompían el acuerdo de gobierno con Alfredo Canteli. Luis Pacho y Alfonso Pereira, los que quedan, dijeron en todo caso que ahora, ya por fin, tras estos cuatro años sufriendo en silencio y cuando ya ha arrancado la cuenta atrás para la llamada a la urnas, ahora finalmente, es cuando pueden expresarse con libertad. Antes no podían, al parecer, y lamentaron que su partido hubiera tenido una política «entregada» al equipo de Canteli.
Su disgusto con esta línea política que han mantenido inamovible hasta hace exactamente hace cuatro días y que era del todo imperceptible para la prensa y los ovetenses, tiene pese a todo un largo tiempo de fermentación, según aseguraron. Pacho y Pereira confesaron que ya comenzaron a notar gestos que nos les convencían al comienzo del mandato. Según citó Europa Press, Pacho ha reconocido que a lo largo de estos cuatro años de coalición, Ciudadanos ha tenido que «tragar muchas cosas», empezando por la retirada de los bancos arcoíris de la Plaza de la Escandalera. Ese fue, según Pacho, un «punto clave» en el que vio que «las cosas no iban como tenían que ir».
A ello Pacho (que encabezará la lista naranja en mayo en Oviedo) ha sumado el proyecto de distritos que defendía su formación, «coartado» por el PP, o el proyecto para resolver la estructura de la cubierta del estadio Carlos Tartiere.