Noche en vela por los incendios en Valdés: «Era como un infierno, había fuego por todos los lados»

Cristina Centeno
Cristina Centeno REDACCIÓN

ASTURIAS

Las llamas rodeando Trevías a última hora de este jueves.
Las llamas rodeando Trevías a última hora de este jueves.

La situación sigue «muy complicada» en el concejo. «La cosa no ha terminado y estamos expectantes», dicen los vecinos mientras lamentan que es «la ruina y lo peor que nos podía pasar»

31 mar 2023 . Actualizado a las 12:50 h.

Los vecinos del concejo de Valdés pasaron la noche en vela. La oleada de incendios que asola Asturias se ha cebado con este territorio del occidente. Desde la tarde de este jueves los diferentes focos detectados se avivaron a causa del fuerte viento y las altas temperaturas, un cóctel que provocó que las llamas recorrieran a gran velocidad las zonas de monte, acercándose y afectando a algunos pueblos. Fue necesario evacuar a vecinos y la autovía del Cantábrico estuvo cortada.

Desde Trevías, David Suárez relata que han sido unas horas «muy complicadas» y que fue a partir de las 19.30 horas de la tarde cuando «el fuego se puso a correr por todo el monte». En el concejo el fuego alcanzó viviendas habitadas y paneras. Se vivieron momentos de mucha tensión. «Era como el infierno, había fuego por todos los lados», cuenta este vecino aludiendo al «terrible» viento y al calor, que provocó que «llegase a las casas de Trevías».

Avanzada la mañana de este viernes la situación ha comenzado a calmarse, aunque es una calma tensa. «La cosa no terminó y estamos expectantes», cuenta David mientras celebra la «gran solidaridad» de los ganaderos del concejo, que han colaborado en las labores de extinción en todo momento. «Había mucha gente trabajando, pero no daban a basto», recuerda. 

También en Barcia vivieron una noche difícil. El fuerte viento llevó el fuego al otro lado de la Autovía del Cantábrico y se vivieron momentos de pánico. Isabel Fernández asegura que justo detrás de su casa había «unas llamas espantosas» y «empezó a arder todo». «Yo pensaba que la autovía nos haría de cortafuegos, pero no, el viento te lo enciende todo, pasamos muchísimo miedo, fue increíble», relata. Durante la mañana de este viernes la situación ha mejorado y «hay menos llama, pero muchísima humareda», por lo que todavía «tranquilo no estás». «Nos llegaban fotos y vídeos de otras zonas del concejo y ya vimos que estaba muy mal», recuerda.

El reflejo del fuego en una casa de Barcia.
El reflejo del fuego en una casa de Barcia.

Para Nacho Fano, vecino de Querúas y que regenta una tienda en Luarca, también fue una noche difícil. En esa localidad fueron varios los vecinos desalojados, algunos al pabellón habilitado y otros a casas de familiares y amigos. «Pasamos la noche ojo avizor, mi casa está justo al lado de la autovía y se estaba quemando justo en frente», cuenta. Por lo que el principal temor era que saltase la vía de alta capacidad por el fuerte viento que había en la zona. «Las piñas eran bombas de relojería», asegura. El viento las desplazaba ardiendo y allí donde caían prendían de nuevo.

Pasaron la noche en vela «pendientes por si nos desalojaban». Antes, fue difícil llegar a casa. El trayecto, que recorre a diario en unos cinco minutos, se alargó a última hora de la tarde de este jueves hasta los tres cuartos de hora. También tuvo que retrasar la apertura de su comercio este viernes esperando a que se apagara un foco que tenía justo al lado de casa. 

El corte de la A-8 afectó también a Carmen Moyano y a su marido, que este viernes a primera hora tenía revisión en el Huca después de haber sido sometido a una intervención quirúrgica. Son vecinos de Luarca y salieron de casa temprano, pasadas las 7.00 horas de la mañana. «Íbamos en caravana, a 60 por la autovía, no se veía nada y había fuego por todos los lados», cuenta Carmen. «Daba pánico, toda la salida de Luarca de la autovía eran llamas», relata. Fueron desviados y tuvieron que volver de nuevo a casa porque la autovía estaba completamente cortada. «No hay forma de salir ni de entrar», aseguraba pocos minutos antes de que se reabriese al tráfico la vía. 

Llamas en los montes que rodean la localidad de Trevías.
Llamas en los montes que rodean la localidad de Trevías.

«Esto natural no puede ser», lamenta Carmen Moyano sobre la autoría de los incendios. La oleada supone, a su juicio, «una ruina» para el concejo y es «lo peor que nos podía pasar» a puertas, además, de la Semana Santa. «Hay gente que pierde su medio de vida y lo pierde todo», teme.

Desde Luarca, muchos vecinos estaban también preocupados de los familiares y conocidos que tenían en otros puntos del concejo. «Los teléfonos ardían» con información sobre lo que estaba pasando, asegura Lydia Rico. Desde el casco urbano «impresionaba el resplandor rojo que lo rodeaba todo», asegura. Las viviendas que daban para el sur también «veían los montes de alrededor ardiendo», aunque los focos aún estaban lejos y no llegaron a temer que llegase a la villa.

Eso sí, estuvieron en «vela» por los familiares y conocidos que sí tenían el fuego pegando a sus casas y no se despegaron del teléfono. Aunque en este punto, Lydia considera que hubo mucho alarmismo y corrían las noticias falsas, como la de que había estallado la gasolinera de Quintana, cerca de Cadavedo. «Insistían e insistían en que sí», critica. 

El concejo se mantiene este viernes en calma tensa y deseando que la lluvia llegue pronto y ayude sofocar los incendios. La Agencia Estatal de Meteorología no descarta que haya precipitaciones leves durante la tarde, aunque será mañana sábado cuando, según las previsiones, llueva durante todo el día. El viento sigue preocupando a los vecinos tras una noche de «mucho miedo».