Los dueños del narcosubmarino contactaron con una organización en Asturias para recoger la droga tras fracasar con las planeadoras en Galicia

Javier Romero Doniz
Javier Romero A ILLA

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Parte trasera del narcosubmarino, con la hélice.
Parte trasera del narcosubmarino, con la hélice. Martina Miser

El segundo semisumergible confiscado en Galicia y Europa se reflotó en A Illa 32 horas después de hallarse a la deriva en la ría de Arousa sin alijo ni tripulación; la investigación prosigue en tierra

16 mar 2023 . Actualizado a las 10:39 h.

Los encargados de construir el segundo narcosubmarino decomisado en Europa tras cruzar el Atlántico cargado de cocaína cumplieron una máxima en el sector marítimo: bautizar el artefacto. Eligieron el nombre del dios de los mares, Poseidón, según la mitología griega. Pintaron las letras de azul, en horizontal, cerca de la proa, a babor. El nombre se hizo ayer visible durante la reflotación del semisumergible, hallado en la parte interior de la ría de Arousa, entre Vilagarcía y Boiro. Los trabajos se ejecutaron en tres horas y media, desde las 9.30, con la ayuda del remolcador Insuiña Rande y buzos de la Guardia Civil. Primero desenterraron la popa, con la hélice y la pala del timón hundida en el fondo marino. Una vez en horizontal, sobre la superficie del agua, se confirmó que dentro no había ni alijo ni tripulación.

A El Poseidón -se le llama así, con artículo- se le inyectó aire para ganar flotabilidad y mantenerlo elevado, pero la presión ejercida hizo que la escotilla se abriera sola. Emanó una mezcla pestilente de agua, combustible y aceite. En el interior se hallaron garrafas vacías de agua potable, otra con orín, restos de comida y un colchón. Evidencias, todas, de la precariedad que suponen estas travesías a vida o muerte a cambio de un puñado de billetes. La pericia de los buzos y del patrón del Insuiña Rande permitió achicar en la misma ría el líquido almacenado en el narcosubmarino, a la vez que se recuperaban con un bichero todos los objetos que brotaban por la escotilla. Una vez estabilizado, vaciado y atado a la proa del remolcador, se emprendió el viaje al principal muelle de A Illa, O Xufre.

Restos hallados dentro del narcosubmarino.
Restos hallados dentro del narcosubmarino.

La singladura duró casi de tres horas sorteando los polígonos de bateas. El patrón solo hizo una parada, a la fuerza. El semisumergible se soltó y fue necesario amarrarlo. Ayudo el buen estado de la mar, calma, en comparación con las fuertes rachas del lunes.

El Poseidón hizo acto de presencia en A Illa a las cuatro de la tarde, amarrado a la proa del Insuiña Rande haciendo de mascarón de proa. La llegada del narcosubmarino generó expectación en la isla, con varios centenares de personas presenciando la arribada desde el terraplén contiguo.

Una vez en la posición correcta para elevarlo con las cintas de la grúa portuaria, empezó a emerger lentamente. Se elevó sobre la rampa en seco para, tras colocar una base, depositarlo. Solo entonces se dimensionó el tamaño real del casco: 23 metros de eslora, uno y medio más que el narcosubmarino requisado en la ría de Aldán en noviembre del 2019. Agentes de los cuerpos que integran la investigación, Servicio de Vigilancia Aduanera, Guardia Civil y Policía Nacional, pudieron analizarlo para extraer las primeras conclusiones. Entre los integrantes de Vigilancia Aduanera, aunque satisfechos por recuperar el narcosubmarino, existía una sensación de cierta rabia por lo cerca que estuvieron de darle caza en alta mar. Ocurrió entre el 20 y el 22 de febrero, cuando casi alcanzan a las dos narcolanchas que tenían que haber salido al encuentro del semisumergible.

Las tuvieron a punto, incluso estableciendo contacto visual desde un medio aéreo con ambas planeadoras y sus tripulaciones. Pero finalmente desaparecieron para, ya acorraladas, renunciar al encargo, dirigirse a tierra y abandonar ambas embarcaciones en la playa de O Vilar, Ribeira, la madrugada del miércoles de ceniza. «Se escaparon por poco, y de no ser así, nos hubieran llevado al semisumergible. Era cuestión de tiempo de no habernos detectado», explicaba ayer un integrante de Vigilancia Aduanera presente en aquel operativo mirando el casco ya reflotado.

Ahora, ya descartada la presencia de droga o tripulantes, la investigación prosigue en tierra para analizar el interior del artefacto y saber si la información recopilada por los tres cuerpos policiales servirá para avanzar en forma de detenciones o recuperar el alijo transportado en el vientre del Poseidón.

Nombre del narcosubmarino, El Poseidón.
Nombre del narcosubmarino, El Poseidón. Martina Miser

Concretar qué pasó a bordo del narcosubmarino entre el 22 de febrero, cuando aparecen abandonadas dos planeadoras en Ribeira, y este lunes, al hallarse el semisumergible, sigue siendo la gran pregunta sin resolver de todo lo relacionado con la investigación. Los tres cuerpos policiales que participan, Servicio de Vigilancia Aduanera, Guardia Civil y Policía Nacional, manejan informaciones propias que, juntas, permiten recrear un posible escenario. Llaman la atención los datos manejados por las unidades especializadas en la Guardia Civil en la provincia de Pontevedra y Galicia, que apuntan a un cambio de tablero tras el intento frustrado de las dos primeras planeadoras.

Los dueños del alijo, al tener que organizar una segunda operativa para salir al encuentro del semisumergible, habrían contactado con al menos una organización en Asturias para asumir ese trabajo a cambio de dinero o de un porcentaje de la mercancía. El nuevo plan supondría para la tripulación de narcosubmarino el más difícil todavía: tras cruzar el Atlántico a bordo de ese ataúd moldeado en fibra de vidrio propulsado por solo una hélice, seguir navegando hacía el norte, hasta llegar al mar Cantábrico, para cruzarse con sus salvadores en algún punto pactado. La información manejada por la Guardia Civil añade que el plan se abortó finalmente, y que se apostó por una organización de O Salnés. La misma que habría salvado las vidas de los tripulantes y puesto a buen recaudo el millonario alijo de cocaína.