Jacobo Silva, jefe de Cirugía Cardiaca del HUCA: «Asturias es un sitio que recomendaría para venir a trabajar»
ASTURIAS
Entre los objetivos que plantea para el Servicio que dirige está reducir la lista de espera a niveles prepandemia, mejorar los resultados en cirugía coronaria aunque el hospital ya esté en primer lugar a nivel nacional, incluir técnicas mini invasivas en las operaciones y hacer que la cirugía cardiaca sea lo menos traumática posible para el paciente
12 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Jacobo Silva es el jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) desde octubre de 2014, centro hospitalario por el que apostó para desarrollar su carrera tras formarse en el Hospital Gregorio Marañón y trabajar en otros grandes hospitales de Madrid, como el Hospital Clínico San Carlos y el Ramón y Cajal y haber pasado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas. Tras más de ocho años en la región, manifiesta en la entrevista concedida a La Voz que «Asturias es un sitio que recomendaría para venir a trabajar a cualquier profesional sanitario» y es que considera que ésta es una comunidad «que vive un momento histórico en el ámbito sanitario» por ser la que más dinero por habitante destina a la sanidad y por tener un centro hospitalario como el HUCA que, reconoce, le sorprendió cuando llegó «por las instalaciones, la infraestructura, los medios y por la calidad de los profesionales». Su aportación al mismo ha sido situarlo a la cabeza en el panorama nacional en lo que a cirugía cardiaca se refiere siendo, junto al Clinic de Barcelona, el que realiza un mayor número de cirugías y obtiene mejores resultados con una mortalidad en su área del 3,3%. Aún así, la filosofía con la que trabaja y dirige a su equipo es que «lo que no mejora, empeora», por lo que siempre ve margen de mejora. Entre los objetivos que se plantea para el Servicio, está reducir la lista de espera a los niveles anteriores a la pandemia de la Covid-19, mejorar los resultados en cirugía coronaria aunque el hospital ya esté posicionado en primer lugar a nivel nacional, incluir técnicas mínimamente invasivas en las operaciones y hacer que la cirugía cardiaca sea lo menos traumática posible para el paciente.
-El HUCA se ha puesto a la cabeza de la cirugía cardiaca nacional ¿cuánto de satisfacción y cuánto de responsabilidad supone algo así?
-Es un trabajo de todo un equipo durante estos últimos ocho años, no sólo es una cuestión personal. La cirugía cardiaca es una disciplina, como se dice ahora, multimodal, porque afecta a muchas especialidades: trabajamos muy íntimamente con la cardiología, con los cuidados intensivos cardiológicos, con anestesia, con la cardiología clínica… y siempre con el apoyo de enfermería especialista de la cirugía cardiaca y de los perfusionistas, que son los enfermeros que llevan la circulación extracorpórea… Nos hemos puesto a la cabeza con un gran trabajo y en el volumen de cirugías somos, junto con el Clinic de Barcelona, los dos hospitales que más operamos en el país con resultados muy buenos. El año pasado tuvimos una mortalidad del 3,3%, que en cirugía cardiaca está muy bien. Ahí se incluyen pacientes urgentes, emergentes y pacientes de lista de espera. Y esto supone una satisfacción pero también mucha responsabilidad. Es un trabajo muy duro porque hay que trabajar mucho y los pacientes no siempre van bien. Los médicos tratamos siempre de sacar nuestros pacientes adelante pero, insisto, a veces las cosas no van bien. Aún así, nuestros resultados son muy buenos. Un ejemplo comparativo respecto al país: hay un estudio a nivel nacional sobre la cirugía coronaria y tanto en mortalidad como en estancia hospitalaria, al HUCA nos colocan en primer lugar dentro del país en cirugía coronaria. Son datos publicados a los que todo el mundo puede tener acceso.
-Su área está a la cabeza por número de cirugías y por tener excelentes resultados ¿aún hay margen de mejora?
-Siempre hay margen de mejora. Para los médicos y los cirujanos, cada paciente que fallece, a veces porque llega en muy mal estado y no podemos hacer nada, lo vivimos como un fracaso y algo de lo que debemos aprender para que con los próximos pacientes no ocurra. Tenemos unos resultados buenos pero siempre hay que mejorar. Yo tengo una frase que dice que lo que no mejora, empeora. Y esa es la filosofía del servicio, la mejora continua, por eso analizamos cada paciente que tiene complicaciones o fallece y tratamos de sacar conclusiones para que no se vuelva a repetir.
-La pandemia de la Covid-19 obligó a posponer consultas y cirugías, sobre todo, en los primeros meses de expansión del virus ¿cómo están hoy por hoy las listas de espera? ¿aún quedan secuelas de la pandemia en tu servicio?
-La cirugía cardiaca fue muy sensible al Covid. Hay que tener cuenta que todos los pacientes recién operados del corazón van a la UVI y en la época de la pandemia, la UVI cardiaca estaba llena de pacientes covid. Durante dos años, nosotros hemos tenido un parón importante que ahora estamos recuperando y la lista de espera, obviamente, se ha visto incrementada. Pero ahora tenemos un proyecto, y ya estamos en ello, para aumentar la actividad para reducir esa lista de espera que nos preocupa mucho y que estamos continuamente tratando de reducir. Como digo, estamos en el camino, aumentando la actividad, pero aún no queda un año 2023 de mucho trabajo. Ya lo hicimos cuando yo inicié la época de responsable del servicio en 2014, cuando había 400 pacientes en lista de espera y en dos años había 70 pacientes en lista de espera y nadie esperaba más de dos meses para operarse del corazón. Ahora estamos otra vez en esa situación: hay que aumentar la actividad y ponernos a trabajar muy duro. Esa es la filosofía del servicio en estos momentos.
-¿En qué cifras está actualmente la lista de espera en cirugía cardiaca?
-Tenemos a 260 enfermos en lista de espera.
-No tiene nada que ver con lo que había en 2014, cuando se puso al frente del servicio…
-Ya, pero el protagonista aquí es el enfermo que está esperando para operarse y hay que ponerse en su piel, esa incertidumbre es muy dura y, por tanto, para nosotros es nuestra obligación volver a los indicadores prepandemia con una lista de espera saneada.
-Aunque estuviste varios años en funciones, ya lleva ocho años al frente del Servicio de Cirugía Cardiaca del HUCA ¿cuál es su balance?
-Yo que he trabajado en los grandes hospitales de Madrid, en el Marañón, en el Clínico, en el Ramón y Cajal…, desde el primer momento el HUCA me sorprendió por las instalaciones, la infraestructura, los medios y por la calidad de los profesionales. Esto lo digo con orgullo, el HUCA, en cirugía cardiaca, es uno de los grandes centros del país y eso no es porque lo diga yo, es porque es uno de los primeros centros que se eligen para hacer la especialidad. Es un orgullo la sanidad que tenemos en Asturias y especialmente, el área del corazón, donde cardiólogos, cirujanos, intensivistas, etc. trabajamos de una forma conjunta. Diría que no es un servicio, es un área y esto es inédito en el país. Muy pocos centros pueden presumir de esta forma de trabajar, por tanto estoy muy muy contento de poder seguir trabajando en Asturias y en el HUCA, que es un gran hospital y así nos colocan cada año al estar entre los 20 mejores hospitales del país. Obviamente los hospitales de las grandes ciudades tienen más visibilidad, pero trabajamos día a día para que el HUCA sea visible. Este año organizamos el congreso nacional de la especialidad en Oviedo y fue un congreso record en asistencia en el que participaron especialistas nacionales e internacionales. Es nuestra obligación como profesionales sanitarios dar visibilidad al HUCA. El médico es algo que a veces no entiende, pero tiene la obligación, como tiene el político, de comunicar a los medios su actividad y lo que hace porque es la sociedad y el ciudadano quien nos paga a nosotros y, por tanto, tenemos esa obligación, además de mejorar día a día.
-¿Qué destacaría del trabajo de todos estos años?
-La mejora en los resultados y que la cirugía cardiaca del HUCA se ha colocado entre las mejores del país. Es lo que destacaría pese a que ha sido un trabajo duro. En el 2015, batimos el record histórico de cirugías en el país. Operamos mil enfermos cuando nadie había operado mil enfermos nunca en ningún servicio de cirugía cardiaca y, además, sobre todo, el trabajo en equipo y de muchos profesionales, porque esto no es el trabajo de un jefe de equipo, insisto, esto es el trabajo de mucha gente.
-El HUCA destaca por hacer trasplantes y también por utilizar técnicas innovadoras ¿se incluirán nuevos procedimientos a corto o medio plazo en la cirugía cardiaca?
-Sí, entre ellos, la cirugía mini invasiva, que ya se está desarrollando; seguiremos desarrollando los corazones artificiales y las técnicas menos invasivas para solucionar los problemas de los pacientes cardiológicos.
-Como jefe del servicio ¿qué objetivos se marca para los próximos años?
-Mejorar los resultados, aunque como digo son buenos; seguir realizando programas de investigación clínica, en cirugía valvular, en cirugía de reparación aortica, desarrollar aún más el programa de asistencia ventricular y seguir trabajando por reducir la estancia y que la cirugía cardiaca sea lo menos traumática posible para el paciente que se opera.
-Uno de los hándicaps de la sanidad asturiana es la falta de facultativos. ¿Cómo está la cosa en el área de la cirugía cardiaca? ¿Cuentan con suficiente personal?
-Nosotros contamos con suficiente personal. Tenemos en la plantilla estructural nueve cirujanos y esos nueve están trabajando y luego tenemos dos o tres residentes. Elegimos residente cada dos años y tenemos una dotación de personal adecuada desde mi punto de vista. El cirujano para mantenerse con unos buenos resultados debe operar mucho, esto está demostrado desde hace mucho tiempo. En general, como cirujano y como servicio, el tener un volumen alto te permite adquirir mucha experiencia y tener buenos resultados.
-¿Se están formando suficientes profesionales en esta especialidad?
-Al contrario que en otras especialidades, en cirugía cardiaca, por una cuestión histórica, se han formado demasiados profesionales. Es una especialidad en la que hay paro o subempleo, por llamarlo de alguna manera, contratos de guardias, contratos en clínicas privadas. Es algo que hemos reclamado los jefes de servicio a la comisión nacional de la especialidad y a la Sociedad Española de Cirugía Cardiovascular, que se tienen que formar menos residentes. De hecho, nosotros, en consonancia con esto y siendo coherentes, formamos un residente cada dos años, no uno cada año, y hay servicios que forman uno cada año y tienen muchísima menos actividad que el HUCA. No es una especialidad con falta de profesionales, todo lo contrario.
-Teniendo en cuenta que hay muchas otras especialidades que sufren la falta de profesionales ¿por qué resulta tan atractiva esta especialidad que parece muy sacrificada?
-Es una especialidad de cinco años dura física y psicológicamente porque a veces son jornadas muy largas de cirugía. Hoy entraba en el hospital a las seis y media de la mañana y he salido del hospital a las seis de la tarde y, vamos a decir, que no ha sido un día especialmente largo. Físicamente es duro porque a veces las operaciones duran ocho o diez horas. Pero resulta muy atractiva porque combina una actividad manual, que es muy enriquecedor, con una actividad intelectual. Además, se mezcla con otras especialidades, como son los cuidados intensivos, la cardiología, la medicina interna… y todo eso la hace muy atractiva como especialidad. Además, la cirugía cardiaca tiene un apoyo tecnológico muy importante. Como digo, todo esto la hace muy atractiva, pero insisto en que es muy dura física y psicológicamente porque a veces hay complicaciones que uno debe resolver en segundos, por ejemplo, el sangrado, que es nuestro principal problema cuando los pacientes son intervenidos. Y a veces, problemas técnicos hay que resolverlos en muy toco tiempo y tomar decisiones. Pero aún así, es una especialidad que recomendaría a la gente que le gusta. Yo la volvería a hacer.
- El presidente del Principado llamaba a los sanitarios que sintieran «trato deficitario» a venir a trabajar a Asturias ¿cómo ve lo de captar talentos de otras comunidades autónomas?
-Asturias es una comunidad que vive un momento histórico en el ámbito sanitario. Es una comunidad que ha crecido mucho en prestigio sanitario y hay que recordar que es la primera comunidad en inversión por habitante en sanidad pública. Con mi experiencia tras haber trabajado en Madrid, yo animaría a otros profesionales a venirse a Asturias, no sólo por las condiciones de trabajo y los medios, sino también porque Asturias es un lugar maravilloso. Hace unos días hacía una ruta por el Mirador del Fitu y ese mismo día bajaba a la playa a comer. Eso se da en muy pocas comunidades autónomas. Asturias es un sitio que recomendaría para venir a cualquier profesional sanitario.
-Tú mismo pasaste por otros hospitales antes de fichar por el HUCA y por Asturias ¿cómo fue aquella decisión y qué impresión tienes ahora con la perspectiva del tiempo?
-Cualquier cambio genera una incertidumbre y no se sabe como va a salir por mucho que te digan. Fue una decisión difícil porque me vine con toda la familia, pero salió bien. Es verdad que lo que sabía y los datos que yo tenía la hacían muy atractiva y Asturias siempre me había gustado. Mi abuelo materno era asturiano y conocía Asturias de hacía tiempo. No obstante, lo que decía, cualquier cambio es duro y mi experiencia personal después de haber trabajado en cuatro hospitales públicos, es que de los cambios, aunque te equivoques, siempre aprendes. Yo algo que recomendaría a todo el mundo es cambiar, sobre todo, en una etapa profesional: en el cambio conoces a nuevas personas, nuevas formas de ver las cosas, nuevos procedimientos… yo he aprendido de mis compañeros en el HUCA y supongo que habré aportado algo, pero sobre todo he aprendido mucho con el cambio.
-Ya se sabe que las comparaciones son odiosas pero ¿cómo es trabajar en el HUCA respecto a otros hospitales en los que haya estado?
-Yo estoy más contento que en Madrid. Hay que conocer lo que son otras comunidades, pero el personal sanitario en Asturias está bien tratado, bien remunerado respecto a otras comunidades y el HUCA o Cabueñes, donde también tenemos consulta y a donde voy cada 15 días, son grandes hospitales. Yo siempre lo digo a mis compañeros, tenéis que conocer lo que hay fuera para saber lo que tenéis, valorarlo y generar sentimiento de orgullo y compromiso con la institución.
-Sin embargo, a nivel nacional estamos viendo que hay muchos profesionales de la sanidad reivindicando mejoras laborales…
-Esto es innegable, la sanidad pública está en crisis y no se puede decir de otra forma. El Covid ha sido un mazazo para todos los profesionales sanitarios, especialmente enfermería de plantas covid y UVI, los médicos intensivistas y los médicos internistas se han sometido durante dos años a una presión que les ha agotado y esto es así, y la sanidad tiene que reinventarse. En el congreso nacional de la especialidad invitamos al doctor Rafael Bengoa que es antiguo consejero de Sanidad del País Vasco, miembro de la OMS, asesor de Obama en el Obama Care y él dijo que la Sanidad está en crisis y que corríamos el peligro, son palabras suyas y con el debido respeto, de que la Sanidad española se latinoamericanice, es decir, que se convierta en sanidad para ricos y en sanidad para pobres por el crecimiento de la privada. Por lo tanto, debemos ser los profesionales los que luchemos por la sanidad publica. Él decía como una de las posibles soluciones dar autonomía a los profesionales, que nosotros gestionemos nuestros servicios e, insisto, debemos luchar y cuidar lo que tenemos. El problema es que, si no, la sanidad pública puede verse abocada a un retroceso y yo soy un defensor de la sanidad pública y siempre lo he sido durante mis 30 años de experiencia profesional desde la residencia, siempre he luchado por la medicina pública. Creo que es la forma más justa de tratar a los pacientes.
-¿Recomendarías a colegas sanitarios que vengan a ejercer su profesión a Asturias?
-Sí, sin duda, yo recomendaría venir a trabajar a Asturias a profesionales sanitarios porque los medios no tienen nada que envidiar a los grandes centros de las grandes ciudades, porque la calidad de vida en Asturias, o las cosas que puedes hacer en un día en Asturias cuestan tres días en Madrid, por ejemplo, y no sólo de mi actividad profesional, sino también de mi vida privada. Hoy he operado dos enfermos, he estado trabajando en el hospital hasta las seis de la tarde y ahora, probablemente, me de tiempo a ir al gimnasio y luego he quedado para cenar. Esto en Madrid es impensable. Por lo tanto, tanto a nivel profesional como en calidad de vida en Asturias, yo lo veo un sitio idóneo. Y ya si el clima es como el año pasado, esto es el paraíso. Yo viajo mucho porque soy asesor y ayudo a colocar corazones artificiales en España y Portugal, y mis compañeros reconocen que mi situación es envidiable. También cuando vienen a este hospital a verlo o cuando se organizan reuniones en el HUCA, porque ven que tenemos mucha cirugía, que tenemos un magnífico hospital y vivimos cerca del centro de trabajo. Probablemente la gente de dentro es muy crítica pero también es importante saber lo que hay fuera y mis compañeros de especialidad me reconocen que fue una gran decisión venirme a Asturias.