Lolo Gurdiel se retira tras 50 años en los fogones: un pionero en la cocina asturiana

ASTURIAS

Lolo Gurdiel
Lolo Gurdiel

Con tan solo 16 años comenzó como camarero en Casa Víctor y ahora es uno de los cocineros más afamados de Gijón. Tras una larga trayectoria en la cocina, Lolo se retira y da paso a las nuevas generaciones

06 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel García Gurdiel, más conocido como Lolo Gurdiel, se retira de las cocinas tras 50 años de trayectoria. El que fue aprendiz en el año 73 de Vitorón, ha decidido poner fin a su carrera como cocinero y delegar su actual restaurante, La cocina de Lolo, en su hijo Samuel. Medio siglo cargado de recuerdos y anécdotas que el chef recuerda con «especial cariño».

Lolo Gurdiel comenzó en la hostelería con tan solo 16 años, cuando Vitorón, dueño del emblemático restaurante gijonés Casa Víctor, le propuso a él y a su hermano mayor comenzar a trabajar allí como camareros. «Yo vivía en un pueblo que se llama Villaseca de Laciana, en la provincia de León. Vitorón era muy aficionado a la caza e iba por aquella zona. De aquella, se le había marchado uno de sus camareros y, entonces, le propuso a mi hermano si queríamos venir a trabajar a Gijón. Solo había dos alternativas, o marchabas del pueblo o trabajabas en la mina. Vinimos los dos, pero mi hermano se volvió al año porque se había apuntado a la mili. Me quedé yo solo con 16 años», recuerda Lolo.

Tan solo dos años después, comenzó a trabajar en la cocina mano a mano con la madre de Vitorón, «el alma máter de aquella cocina», señala Lolo. Y con tan solo 20 años se convirtió en el encargado de cocina. Más de 40 años en uno de los restaurantes más afamados de Gijón, por donde pasaron y se formaron de la mano de Gurdiel conocidos cocineros. «Estuve allí trabajando desde el año 73 hasta el 2013. Por allí pasaron todo tipo de cocineros como Pino, dueño del bar Somió.  Fuimos socios y después él se marchó para el Club Náutico y yo me hice cargo del restaurante».  Otro de los cocineros junto a los que trabajó y que Lolo recuerda con especial cariño, fue con el chef de Casa Marcial, el afamado cocinero Nacho Manzano. «Era un crío, entró con 16 años a Casa Víctor y estuvo cuatro años allí conmigo, hasta que se fue a hacer el servicio militar. Nacho Manzano sabía tanto de cocina como yo cuando empecé, no sabíamos nada ni él ni yo, pero de aquellas ya apuntaba maneras de ser un gran chef».

Lolo añora aquella época en la que la cocina asturiana «comenzaba a pegar el tirón de la innovación. A grosso modo, para lo que era la cocina en sí en aquella época, éramos innovadores. Fuimos los primeros en Gijón o en Asturias que empezaron a cocinar con oricios y con algas». Aunque reconoce que el sector de la hostelería ha seguido avanzando y cambiando, «cuando yo empecé lo que había eran sidrerías. En Gijón había solo tres o cuatro restaurantes. Un poco más adelante, cuando Casa Víctor hizo la gran reforma, comenzó a haber más restaurantes. Después, llegaron las pizzerías, la comida rápida... Todo eso cambió el sistema de la cocina».

En todos estos años de trayectoria, el chef confiesa que las anécdotas «han sido muchas» y recuerda entre risas «una vez cuando entró un señor a Casa Víctor, y a la hora de salir cuando le cobramos, de aquella aun eran pesetas, le dijo un señor «hasta luego» y contestó «hasta nunca», porque le había parecido caro, estaba acostumbrado a la sidrería y al pasar a restaurante era otro tipo de categoría distinta».

En 2015 decidió abrir su actual restaurante, La cocina de Lolo, situado en un pequeño local en la Calle Marqués de Casa Valdés, en Gijón, donde junto a su hijo Samuel y su mujer Feli, han estado cerca de 10 años ensalzando la cocina asturiana. Ahora Lolo se jubila, pero deja el negocio en manos de su hijo, quien lleva ya más de cuatro años trabajando en la cocina del restaurante.  Aunque asegura que recuerda sus años como cocinero «con especial cariño, sobre todo a Vitorón porque fue el que me enseñó la cocina y a cocinar».