Una pareja de lesbianas cierra su chigre en Cudillero tras denunciar un brutal acoso machista

María Sánchez Condado
María S. Condado REDACCIÓN

ASTURIAS

Chigre de Fadeo
Chigre de Fadeo

Carol y May han decido renunciar al establecimiento tan solo 15 días después de su apertura

22 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 26 de noviembre se les adjudicó a Carol y May, una pareja homosexual, el chigre de Faedo, en Cudillero. Con toda la ilusión puesta en este nuevo proyecto y con el objetivo de afrontar los gastos que conllevaba el reacondicionamiento del local la pareja pidió un préstamo de 4.000 euros. Que se han visto obligadas a intentar recuperar tras renunciar a la gestión del chigre debido al continuo acoso machista que recibían de parte de algunos cliente, segun denuncian.

El 4 diciembre consiguieron abrir el negocio al público, como ellas mismas expresan, «con los corazones llenos de ilusión», aunque la alegría duró poco. Tras los primeros quince días de apertura, un desafortunado suceso ha hecho que ambas renuncien a la gestión del chigre de Faedo. La pareja cuenta a través de un comunicado que desde el primer día la situación se hizo insostenible: «Ir al Chigre era soportar acoso machista por parte de la clientela, que se negaban a entender, aparte de todo, que somos pareja». Sin embargo, el sábado pasado la pareja sufrió «un claro episodio de violencia machista», según explican la presidenta y un vocal de la asociación de vecinos, que ha hecho que ambas hayan decidido abandonar el local.

Desde la asociación vecinal han explicado que Carol y May «han sido víctimas de un acoso brutal por parte de un grupo de malnacidos babosos que, después de cenar, han estado diciéndoles todo tipo de comentarios asquerosos, mirándolas de arriba a abajo constantemente de manera lasciva, intentando bailar con ellas, molestándolas en la barra buscando rozarse con ellas e incluso alguno pasando al otro lado de la barra, con la excusa de tirar algo a la basura y así poder mirarlas mejor y buscar el roce…». La situación se agravó cuando uno de los clientes, según denuncian, comenzó a amenazar a las propietarias asegurándoles que volvería a conseguir su licencia de armas y que mataría a su perro e incluso las amenazó con pegarle un tiro a una de ellas.

May y Carol expresan su incredulidad ante la actitud de esos vecinos. «Unos estaban muy a gusto con la situación. Otros se reían con los comentarios... Alguno les llegó a decir que la hostelería es así y que les tocaba aguantar... Otro que si echaban a su amigo que no volvía más por allí... Y otros se levantaron y se fueron en un claro acto de cobardía... y eso lo hace cómplices», explican.

Aseguran que nadie hizo nada a excepción de una pareja de nuevos vecinos que salieron en su defensa. «A la chica también la acosaron y este elemento llegó a encararse con ella con la intención de pegarle. Al chico lo golpearon con varias sillas después de tirar al suelo al acosador, que hacía caso omiso de marcharse del bar por las buenas», relatan.

La pareja no pudo abrir el local el domingo después de lo sucedido y, según explican la presidenta y el vocal, cuando acudieron a hablar con ellas se encontraron «unas personas en un estado de nervios importante y presas de un pánico». Desde La Junta aseguran que no van «a tolerar bajo ningún concepto este tipo de acciones y ya hemos tomado las medidas pertinentes».

May y Carol han tomado la decisión de renunciar al local tan solo 15 días después de su apertura. Aseguran que las les gustaría continuar, pero que lo acontecido el pasado sábado no es un acontecimiento aislado. Y esperan que su experiencia sea «clave para que la sociedad se quite la venda ante esta cruel realidad que ha mantenido y mantiene en silencio a tantas mujeres hoy en día, el miedo». Además, han puesto en marcha un crowdfunding en la plataforma Go Fund Me con el que pretenden recuperar los 4.000 euros invertidos en el local.