Los especialistas advierten de que los niños menores de dos años estaban más protegidos de lo habitual ante virus respiratorios por las mascarillas contra el covid
28 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Es una de las principales pesadillas de los papás de toda la península con la llegada del primer frío intenso del año: la bronquiolitis, enfermedad respiratoria que afecta a los niños, puede hacerlo de forma severa en el caso de los muy pequeños, y ha llenado las consultas pediátricas, también en Asturias, desde el inicio del otoño.
Con todo, los especialistas han llamado a la calma, apunta a que se trata de una ola normal, quizá una cierta intensidad superior este año, que se ha adelantado en algunas semanas (es más frecuente entre diciembre y enero) y que tiene como diferencia fundamental respecto al pasado más reciente que todo el mundo acaba de pasar una pandemia singular y, de distintas maneras, esto ha influido en cómo se reciben los nuevos contagios.
«Durante todo el año circulan virus respiratorios; ocurre que en las condiciones en que hay frío nos encerramos en casa, la calidad del aire es peor, respiramos más virus y los niños enferman», destaca la médico preventivista Carmen Natal quien advierte además de que «venimos de un momento en que las condiciones de asepsia han sido tremendas; el año pasado no tuvimos gripe, apenas tuvimos virus respiratorios, no tenían dónde alojarse porque estábamos todos con mascarilla pero vuelven al dejarse esas medidas y regresar de alguna manera a la normalidad».
En términos similares, el director de la unidad de gestión clínica de Pediatría del HUCA, Corsino Rey, apunta a que lo vivido este otoño es lo habitual «los pediatras esto lo hemos vivido año a año toda la vida, no es una situación nueva», eso sí, todo lo vivido con la resistencia al covid ha tenido su impacto y «estos dos años supongo en las familias las infecciones virales fueron mucho menores y todos los niños que han nacido en estos dos últimos años hasta esta temporada no han vivido esto».
Es algo que Natal también apunta. Los más pequeñitos han pasado los primeros años de vida en unas condiciones de protección frente a virus respiratorios mucho más extremas que las vividas por el resto. «Hay niños menores de dos años que no habían tenido nunca un contagio de un virus respiratorio en su vida y ahora están cogiendo todo lo que encuentran. Y por eso hay una cierta alarma pero no parece que la incidencia está siendo mayor de lo que era en períodos prepandemia, es pronto para decirlo pero no lo parece».
¿Y qué se debe hacer cuando aparecen los síntomas? ¿cuándo hay que preocuparse de verdad?
«Si tienes a un niño con un cuadro catarral, con mocos, un poco de fiebre, los pediatras aconsejamos la administración de anti térmicos y limpieza de las fosas nasales. Si el niño empieza a tener dificultad para respirar, con fiebre muy alta, si el estado general del niño es de estar muy apático, con dificultad para alimentarse, que no come que vomita, en esos casos sí tendrían que acudir al hospital», destaca Corsino Rey apuntando que la preocupación siempre es lógicamente mayor en niños muy pequeño, con uno o tres meses de vida.
Carmen Natal destacó que lo vivido en la pandemia es la lección más valiosa y que ha supuesto un curso intensivo de aprendizaje para protegerse del contagio de enfermedades respiratorias. «En primer lugar la higiene de manos, con las manos se transmiten los microorganismos, y en segundo lugar el uso de la mascarilla. Los niños pequeños no se ponen mascarilla pero las personas de su entorno sí se la pueden poner».
En este sentido la médica insiste en que «en este momento sería una recomendación general para toda la población ante cualquier síntoma de tos, de fiebre, malestar general, es conveniente empezar a utilizar mascarilla para evitar contagiar a las personas que nos rodean; son medidas que hemos aprendido y que deberíamos aplicar por higiene para siempre si hay esos síntomas, para proteger a nuestro entorno».