Barbón se asegura los apoyos para culminar la legislatura con todos los presupuestos aprobados

L.O.

ASTURIAS

F. Sotomonte

Los escaños de IU y el Grupo Mixto garantizan la mayoría suficiente pero el diálogo se demora a finales de año para tratar de sumar más respaldo entre los grupos

24 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con una alta probabilidad Adrián Barbón cerrará el año con el presupuesto aprobado, el cuarto consecutivo de su mandato y terminará la legislatura con un logro inédito para varios presidentes del Principado anteriores, haber tenido en tiempo y forma las cuentas vigentes en todos y cada uno de los años de su presidencia. La «alta probabilidad» fue, de hecho, la previsión de los actores implicados en el acuerdo, Armando Fernández Bartolomé, diputado del Grupo Mixto que junto a los dos de Izquierda Unida (que meses atrás recalcaron que harían un esfuerzo máximo para aprobar las cuentas de cara a facilitar la obtención de fondos europeos), suman los tres escaños que junto a los 20 del PSOE conceden una mayoría absoluta en el parlamento autonómico.

La probabilidad elevada la marcaron los actores y la portavoz parlamentaria socialista, Dolores Carcedo, hizo público este miércoles el calendario al término de la Junta de Portavoces: el proyecto, el borrador, del presupuesto recibirá la luz verde el Consejo de Gobierno la próxima semana y los trámites parlamentarios ocupará todo el mes de diciembre; el día 1 entrará el documento en la Junta General, entre el 9 y el 16 se celebrarán las comparecencias de los consejeros, y el pleno para debatir y votar las enmiendas de totalidad que presenten los grupos se celebrará el 22 de diciembre. La aprobación definitiva, si se rechazan todas las enmiendas a la totalidad, sería el 30 de diciembre. Al igual que todos los años, apurando el final del calendario, pero, entonces ¿por qué adelantó Barbón las negociaciones a la segunda mitad de septiembre si la prolongación de las conversaciones no ha servido para avanzar ningún plazo?

El presidente, acuciado por los grupos de la oposición en el Debate de Orientación (el conocido como debate sobre el estado de la región) que le recriminaban no tener un verdadero interés en sacar adelante el último presupuesto, respondió adelantado la ronda de diálogo. En los primeros contactos con IU se zanjó de plano tocar la fiscalidad, ni alza ni a la baja, en un momento además en que el debate nacional presionaba desde Andalucía y Madrid para suprimir el impuesto de Patrimonio. Las conversaciones con Armando Fernández Bartolomé (expulsado de Ciudadanos) se concretaron sin muchas dificultades y desde el Ejecutivo se acogieron sus propuestas hacia la eliminación de burocracia en la administración regional y un aumento de la inversión destinada a Atención Primaria y Salud Mental.

¿Espera entonces Barbón culminar el acuerdo con un número superior de apoyos? En Gijón, este mismo miércoles el presidente declaró que «todo lo que podamos acordar lo vamos a acordar y con cuantos más, mejor» y enfiló en concreto la posibilidad de que Podemos se sume al pacto «más allá de que hay avances con muchos grupos».

Pero los morados viven una situación de zozobra interna que no ha terminado de asentarse después de un tenso proceso de primarias, una votación para los órganos de dirección internos y otras para encabezas la candidatura electoral que se saldaron con victorias para dos sectores enfrentados. La organización, dirigida por Sofía Castañón junto a Rafael Palacios como portavoz parlamentario, ha participado en las conversaciones; pero la candidata Covadonga Tomé ha declinado hacerlo. En declaraciones a La Voz de Asturias agradeció la invitación y manifestó que respaldaba a su grupo aunque consideraba que no había tomado parte en ninguna propuesta. Si Castañón, bregada en el Congreso de los Diputados, tiene una amplia experiencia en el entendimiento con el PSOE que dio luz al gobierno de coalición nacional, Tomé representa la desconfianza que está en la base de buena parte de la militancia morada de Asturias hacia la FSA: «hay una serie de cuestiones como la gratuidad del 0 a 3 o el aumento de inversión en primaria o en salud mental que no son una realidad porque el Ejecutivo de Barbón no quiere», dijo en una entrevista concedida a este diario.

Ciudadanos ha sido pieza clave con su respaldo o abstención en presupuestos anteriores de Barbón, pero el movimiento de Armando Fernández Bartolomé los dejó fuera de juego al no ser ya imprescindibles. Pero no ser indispensable no significa que no sean una pieza valiosa para sumar mayorías más amplias o para acuerdos paralelos.

Algunos de los actores políticos implicados en el diálogo consideran que el retraso de Barbón, para terminar llevando a finales de diciembre el acuerdo presupuestario, tenía como objetivo ganar todo el tiempo posible parar sacar adelante otras leyes que quedarán necesariamente demoradas cuando empiece la tramitación de los presupuestos. Y señalan dos: la Ley de Calidad Ambiental y la nueva Ley de Empleo Público. Ambas normas han sido objeto de deseo del vicepresidente, Juan Cofiño, pero también punto de graves desencuentros con IU y de fricción con los naranjas.