Una muestra de ADN para encontrar a su bisabuelo desaparecido en el franquismo: «No sabemos la historia de su muerte»

Borja Zapico
Borja Zapico REDACCIÓN

ASTURIAS

Patricia Rodríguez realizando la prueba de ADN.
Patricia Rodríguez realizando la prueba de ADN.

Patricia Rodríguez, biznieta de José Manuel Álvarez, que falleció en 1937, estrena el banco de ADN de Asturias

01 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta es una de las miles de historias que están enterradas bajo tierra y que en los próximos meses poco a poco van a ir viendo la luz. Gracias a la nueva Ley de Memoria Democrática, a las once de la mañana del  lunes, Patricia Rodríguez Estrada fue la protagonista del primer análisis de ADN que se realizaba en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Asturias, el día en el que se celebra el homenaje a las víctimas del franquismo. Rodríguez busca los restos de su bisabuelo, José Manuel Álvarez, que murió durante la Guerra Civil, en 1937, en Santianes de Molenes, pueblo del concejo de Grado. Precisamente en el cementerio del pueblo es donde creen sus familiares que pueden encontrarse sus restos.

«Realmente, a ciencia cierta, no sabemos la historia de su muerte. Él era el alcalde del pueblo y no estamos seguros si lo mataron o se suicidó. Era viudo y tenía tres hijas pero el día de su muerte estaba solo. Vinieron a casa dos guardias civiles, seguramente preguntando por sus hijas, las tres eran maestras y habían estudiado, algo muy raro en la época, y eso generaba envidias» narra su biznieta. «Mi bisabuelo no tenía una ideología clara, ni estaba vinculado a ningún partido, como le pasaba a mucha gente, aunque lógicamente no tenía ideas de derechas. En aquella época, si alguien se empeñaba y te denunciaba, no te iban a preguntar. Quien sí tenía ideas de izquierdas era una hermana de mi abuela (una de sus hijas) y puede ser que por eso quizás lo mataran» relata Patricia Rodríguez. 

Para comprobar el ADN de Patricia, el siguiente paso, como comenta, «es excavar, para ello hay que pedir permiso al Arzobispado, porque es un cementerio de la Iglesia, que creen que no van a poner problemas» pero antes han dado varios pasos. La avilesina explica el proceso que ha vivido para llegar hasta el día de hoy. «Me puse en contacto con la consejería del Principado de Asturias, que me desvió a un contacto, al cuál yo le envié un correo electrónico. Posteriormente ellos se pusieron en contacto conmigo por correo electrónico».

 

Patricia Rodríguez, en los  momentos previos a la realización de la prueba de ADN
Patricia Rodríguez, en los momentos previos a la realización de la prueba de ADN

Más tarde Rodríguez dio otros dos pasos. Por un lado, «realicé un registro telemático para iniciar el proceso, y por otro lado se puso en contacto conmigo una empresa auxiliar, que se encarga de ir a los sitios donde se creen que hay restos e investigan el terreno. Vino una chica arqueóloga y un chico con un georradar y fuimos al pueblo donde suponemos que están los restos, que es a la puerta del cementerio de Santianes».

Un cementerio que ha sufrido varias modificaciones, lo que provoca que en caso de estar allí, los restos se situarían a 8 metros de la puerta de entrada. «Sabemos que está ahí porque a una persona en concreto le mandaron cavar una tumba y luego el hombre del georradar nos dijo que posiblemente estuvieran porque se veía un movimiento de tierra de unos 90 centímetros de ancho, lo que podía equivaler a una caja».

Estos indicios corroboran lo que siempre había pensado la familia. «Siempre estuvimos muy seguros de la localización de los restos porque mi abuela siempre vivió conmigo y siempre supo donde estaba su padre. De hecho, ella nunca solía entrar al cementerio de Santianes porque suponía que estaba pisando donde estaba su padre». Pero, con el tiempo, las dudas llegaron a la cabeza de Patricia, especialmente «cuando empezaron a aparecer fosas comunes en la zona de Grado, especialmente la de Llantrales, donde muchos restos están sin identificar. «Por eso queremos quitarnos la duda», explica.

Patricia define lo que sería encontrar los restos de su bisabuelo «mi abuela era una mujer con ideas de izquierdas pero muy católica, muy cristiana, y ella murió con esa pena. También  a mi madre, que falleció hace dos meses, le hubiera gustado enterrar a su familiar, como a todos nos gustaría poder hacer un duelo». Para Rodríguez, «es una asignatura pendiente que nos gustaría finalizar y poder hacer justicia social».

Patricia se muestra favorable a que este 31 de Octubre se rinda homenaje a las víctimas del franquismo porque «creo que hay que dar visibilidad a las cosas que pasan y a lo que ha ocurrido, porque si esto no ocurre no se puede pasar página y una vez que se pasa página yo creo que es cuando empieza realmente la Democracia, poder vivir en paz»

 Y eso es precisamente lo que buscan Patricia Rodríguez y sus familiares 85 años después, dar luto a su familiar para poder vivir en paz.