La factura de luz y gas deja en shock a la Universidad de Oviedo

Elena G. Bandera
Elena G. Bandera REDACCION

ASTURIAS

fachada.Universidad de Oviedo
Universidad de Oviedo Paco Rodríguez

Solo en marzo fue de casi un millón de euros. Pese a un ahorro del 20% en el consumo, «difícilmente concluiremos por debajo de los 7 millones de euros», lamenta el rector

18 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La factura de luz y gas del pasado mes de marzo en la Universidad de Oviedo fue de casi un millón de euros. En 2019, que es el año de referencia al no haber estallado entonces la pandemia de coronavirus, se presupuestaron unos 2,5 millones de euros para cubrir la factura de energía de todo el ejercicio. En marzo de este año, la de la luz ascendió a más de 700.000 euros, un 228% más que la del mismo mes de 2019 pese a que los consumos prácticamente fueron parecidos. La del gas supuso casi otros 190.000 euros y, aunque el consumo fue un 24% superior al de marzo de 2019, la facturación se duplicó. Marzo es hasta ahora el mes con la factura de la energía más cara que ha tenido que asumir la institución académica, que finalizará este año de récords en la subida de los precios con un descenso en el consumo de energía del 20% y, pese a ello, camino de superar los siete millones de euros de gasto.

El rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, explica que se ha realizado un esfuerzo en reducir el consumo ante la subida de los precios de la energía como prueba ese «meritorio» 20% de ahorro global en estos meses, pero remarca que solo se ha ahorrado en consumo. «Consumimos menos, pero la Universidad de Oviedo no tiene capacidad para influir sobre el precio. El problema que nos hemos encontrado es que los precios han seguido siendo muy inestables, y además al alza, con lo que en buena medida, a pesar de nuestro esfuerzo no nos ha acompañado el precio de la energía. No quiero pensar cuánto hubiéramos tenido que pagar si no hubiéramos hecho ese esfuerzo de ahorro», indica.

Villaverde explica en 2022, tomando como referencia esos 2,5 millones de euros que se habían presupuestado en 2019, se había destinado una partida un poco mayor para cubrir la factura de energía, teniendo en cuenta también que en 2021 había habido un repunte de los precios que la había elevado a cuatro millones de euros. Pero se quedaron muy cortos ante todos los récords en los precios que se han ido batiendo este año. «A partir de enero, en contra de toda previsión, los precios se volvieron a disparar y eso nos ha truncado toda la planificación presupuestaria porque hemos tenido que allegar muchos recursos para cubrir una estimación de incremento de la factura de la energía que este año difícilmente concluiremos por debajo de los siete millones de euros».

Si en la mayoría de los hogares, los vaivenes al alza de los precios están siendo y se prevén aún más insoportables, también lo son en una institución que tiene en funcionamiento siete campus con 22 edificios. «Nos descuadra completamente cualquier planificación presupuestaria, porque tenemos que dedicar mucho presupuesto a pagar la factura de electricidad y gas y a intentar tener previsiones de futuro, ya que los precios están actuando de una manera aleatoria y es absolutamente imprevisible lo que puede ocurrir», señala Villaverde.

La adopción de medidas es inevitable. «Estamos tratando de adoptar las medidas que estén en nuestra mano para que con la reducción y el ahorro de consumos podamos intentar paliar los incrementos del precio de electricidad y gas y con eso garantizar la continuidad de la Universidad a pesar de las dificultades presupuestarias a las que nos vamos a tener que enfrentar», indica Villaverde, que aprovecha para agradecer a la comunidad universitaria la responsabilidad y el compromiso que vienen demostrando estos meses «porque gracias a su esfuerzo de ahorro hemos conseguido contener un gasto que no nos da respiro». Medidas, como puede ser el cierre de edificios en Navidades, que en todo caso se tienen que abordar en el consejo de gobierno de la Universidad

Los consumos y las facturas, de enero a agosto

Prueba de ello son los datos que se reflejan en el informe sobre la situación energética en la Universidad que ha realizado la vicegerencia de Infraestructuras, dependiente del Vicerrectorado de Sostenibilidad, Movilidad y Medio Ambiente, comparando los consumos y las facturas de electricidad y gas entre enero y agosto de este año y del 2019. Al margen de marzo, un mes en el que aunque hubiera habido ahorro en los consumos la factura hubiera sido igualmente millonaria, el balance global de los ocho primeros meses del año es un ahorro del 12,3% en el consumo eléctrico con respecto a 2019 y un incremento de la factura de un 106,3%.

Es decir, se consumieron 1,35 millones de kWh menos y se facturaron casi dos millones de euros más. El mes en el que más se ahorró en consumo fue mayo, hasta un 21,7%, pero la factura subió un 65,8%. Ningún mes de bajó de los 300.000 euros, ni siquiera en agosto que se facturaron casi 400.000 aunque la universidad cerró 15 días aunque la refrigeración en los laboratorios y otras instalaciones que la requieren siguen lógicamente en funcionamiento. En 2019, ninguna factura de electricidad pasaba de los 300.000 euros mensuales e incluso hubo meses en los que se bajó de los 200.000.

En el caso del gas, el informe analiza los meses de enero a julio, cuando el ahorro fue de casi un 6% en comparación con el mismo periodo de 2019. Como saben quienes hacen uso de esta energía, la factura pese a ello se duplicó y supuso algo más de 900.000 euros. El informe también analiza los consumos del mes de agosto, con esos 15 días de cierre de por medio, en los edificios de los diferentes campus universitarios.

Las facturas de agosto, por campus

En el de El Cristo, los mayores ahorros se registraron en el de la Biblioteca y Enfermería (55,9%), Económicas (55%) y Química (38%) y las mayores subidas de las facturas en Biología (un 128% pese a que el ahorro en el consumo fue del 20%) y en el Severo Ochoa, donde la factura subió un 113% aunque el incremento del consumo fue del 24%.

En Gijón, prácticamente todos los edificios -salvo Marina- registraron ahorros en el consumo de entre un 10 y un 42%, aunque también todos registraron incrementos en la factura de más del 90%. En Mieres, lo mismo, se consumió casi un 25% menos de energía y se pagó un 202% más.

En el resto de campus, Milán, Llamaquique, Catalanes y Centro, también se alcanzaron ahorros de hasta el 55% y también se incrementó la factura desde un mínimo del 10% hasta un máximo del 135%. El balance global de agosto fue un ahorro de electricidad de casi el 13% y un incremento de la factura del 79,5%.

Aparatos apagados y desenchufados

Ante lo que pueda pasar este invierno la Universidad está recordando a su plantilla que apague los ordenadores, o como mínimo los dejen hibernando con la pantalla apagada, fuera del horario de trabajo, además de que siempre que sea posible se trabaje aprovechando la luz natural, acondicionando o reorganizando las áreas de trabajo si fuera preciso.

Como los aparatos enchufados consumen y todo cuenta, también se les pide colaboración para que desconecten alumbrado, fotocopiadoras, impresoras y otros equipos en todos los espacios docentes, de investigación y administrativos. Y se prohíbe usar electrodomésticos particulares, especialmente estufas, calefactores y climatizadores.